AFP

Semana complicada para América Latina

Triste semana que muestra por qué, cuando se llega a las famosas Cumbres de las Américas, no se concluye nada positivo y práctico; claro que al menos no se cae en la hipocresía y cinismo de los Brics

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26 de junio de 2022 a las 05:00

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Repasemos algunos hechos. Victoria clara del exguerrillero y candidato de los sectores más radicales de izquierda Gustavo Petro en la segunda vuelta de las presidenciales de Colombia el domingo pasado. Violentas protestas de indígenas en Ecuador que llevaron al presidente Laso a implantar el toque de queda en varias provincias. El continuo halo de misterio que sigue envolviendo al avión iraní-venezolano retenido por la Justicia argentina en Ezeiza. Y, por último, la presencia de los presidentes Jair Bolsonaro y Alberto Fernández en la XIV Cumbre de Jefes de Estado del grupo de los Brics –conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, que se realizó el pasado viernes en forma virtual. 

La victoria de Petro abre un amplio margen de incertidumbre sobre el rumbo que tomará Colombia, azotada por el narcotráfico y la violencia. Las protestas en Ecuador no son nuevas, pero tienen una renovada virulencia en medio de una situación económica y social complicada. Lo del avión venezolano-iraní da para hacer una serie de Netflix por la increíble incompetencia inicial de los servicios de seguridad y la complacencia posterior de las autoridades políticas con sus aliados iraníes y venezolanos. De no ser por la eficaz actuación de las autoridades uruguayas el miércoles 8, el avión se hubiera evaporado y continuado su misterioso deambular por países “amigos” de Venezuela o países sorprendidos en su buena fe, como Paraguay.

Lo más sorprendente, si es que cabe hablar de sorpresas a esta altura, es la participación de Jair Bolsonaro en una cumbre de los Brics con Putin, la primera que se realiza después de la invasión de Ucrania el 24 de febrero. La presencia de Alberto Fernández, también sorpresiva, no es de pleno derecho pues Argentina no pertenece a los Brics (nunca fue parte de ese grupo de países de rápido desarrollo) pero fue invitado por el presidente chino Xi Jinping, cuando lo visitó en China el pasado febrero, pocos días antes de la invasión rusa a Ucrania y cuando esta ya era inminente.

Una reunión de este nivel, la primera desde la invasión, en que se invita a Vladímir Putin y no se condena la invasión es algo tremendamente hipócrita. Se dice “hemos debatido la situación en Ucrania y recordamos nuestras posiciones nacionales expresadas en los foros adecuados. Apoyamos las conversaciones entre Rusia y Ucrania”. También el grupo Brics ampliado expresa su apoyo a los esfuerzos de la ONU y de su secretario general, António Guterres, así como a la Cruz Roja por la prestación de ayuda humanitaria en Ucrania. O sea, nada. Pompas de jabón. Aquí paz y después gloria.

Un país viola todos los principios del derecho internacional y solo recibe un “apoyo a las conversaciones con el país invadido”, que además es mucho más pequeño y débil, aunque con una gran fortaleza moral, demostrada desde el primer día, para sorpresa de los propios invasores y de los espectadores mundiales, que esperaban la capitulación en 72 horas. 

China, India y Sudáfrica tienen sus propios códigos políticos. Pero Brasil les hace el juego a ellos y a Putin. Lo peor es que no hay buenas perspectivas para Brasil: será Bolsonaro o Lula. Malo conocido en ambos casos. Más curioso es lo de Alberto Fernández. En grave crisis interna por su pelea fratricida con Cristina, se sube a cualquier barco. Ahora quiere ser miembro del Brics, y de pleno derecho. Pero su país difícilmente califique como en fuerte desarrollo. Sin embargo, dijo algo interesante y que seguramente no se tuvo en cuenta en la cumbre.

Fernández enfatizó que los principios de la política exterior argentina eran “la paz en el mundo; la integración global; la amistad entre los pueblos; la cooperación internacional; el imperio de la justicia; la recuperación de la dignidad humana; la no injerencia entre los Estados; garantizar la integridad territorial; la plena vigencia de los derechos humanos; y el respeto a la diversidad como requisito central de la convivencia democrática”.

¿Habrán reparado los demás miembros en “la no injerencia entre los Estados” y en “garantizar la integridad territorial”? ¿Habrá leído bien Fernández lo que dijo o solo recitado de memoria? Porque precisamente esos dos principios han sido vulnerados por Rusia en su invasión a Ucrania. 

Triste semana para América Latina, que muestra por qué, cuando se llega a las famosas Cumbres de las Américas, no se concluye nada positivo y práctico. Claro que al menos no se cae en la hipocresía y cinismo de los Brics.

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