Tata se quedó con mayorista y elevó preocupación de pequeños comercios e industriales

Además, de la expansión que las propias cadenas están realizando con nuevas bocas de venta o gestión de pequeños locales ya establecidos -que incluso conservan su marca y funcionamiento-, en las últimas horas se confirmó la adquisición del distribuidor mayorista Frontoy por parte de la cadena Ta-Ta, según informó el presidente El Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), Antonio Ameijenda, y confirmó El Observador con autoridades de la Comisión y Defensa de la Competencia del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). 

La comisión mostró su preocupación por la compra por parte del Grupo Ta-Ta del proveedor mayorista Frontoy SA. “Preocupa que las propias cadenas de supermercados estén comprando a los proveedores”, dijo a El Observador la presidenta de la comisión, Luciana Macedo.

La comisión, un órgano desconcentrado que depende del MEF, ya recibió el expediente por el que se notificaba este movimiento, debido a que la facturación de Ta-Ta es superior a las 750 millones de unidades indexadas (unos US$ 86 millones) y está obligado a notificar. Macedo explicó que con estos movimientos quedan “menos operadores” en el mercado con mayor “capacidad para abusar de ese poder de mercado y realizar prácticas anticompetitivas”.

El vínculo entre proveedores y supermercados es un mercado que la comisión viene estudiando desde el 2019 y tiene entre sus objetivos para este año, presentar un manual de buenas prácticas. “A partir del estudio que hicimos el año pasado surgió la idea de hacer un manual de buenas prácticas comerciales”, explicó Macedo. En los próximos meses realizarán una actividad donde se van a presentar los avances que ha hecho la oficina y también se van a recoger las inquietudes de los proveedores que ya han denunciado prácticas abusivas por parte de los supermercados.

Entre las quejas de los proveedores estaba la exigencia de trabajar con determinados bancos para poder cobrar facturas, diferimiento de los pagos y hasta la obligación de tener que colaborar con reformas o mejoras en locales de venta.

En tanto, el titular de la gremial que agrupa a los pequeños comercios del país dijo que si bien Frontoy no es un jugador de peso, el hecho que las grandes cadenas de supermercados incurran en el negocio de la distribución encendió las alarmas en varios de sus asociados. Explicó que en el caso de esta operación de Ta-Ta, desconocen “qué estrategia” tomará la cadena que lidera el empresario argentino Francisco de Narváez, ya que esta compañía cuenta con uno de los mayores y mejores centro de logística y distribución del país. 

El presidente de la Cámara Industrial de Alimentación, Fernando Pache, también cuestionó la operación en sus redes sociales. “Esta concentración de poder de compra de Tienda Inglesa y Ta-Ta, quienes también adquieren a distribuidoras mayoristas, hará que la población pague enormes sobreprecios”, posteó en su cuenta Twitter.

“Continuando con su propósito de bajar el costo de vida del Uruguay, Ta-Ta SA se une a Frontoy SA para sumar fuerzas y brindar beneficios a quienes compran en el canal minorista a través de almacenes y autoservicios, con la consigna de los mejores precios siempre”, respondieron desde Ta-Ta a El Observador ante una consulta sobre esa transacción. 

En tanto, uno de los propietarios de la empresa Frontoy, Agustín Frontini, indicó que la sociedad con Ta-Ta busca “potenciar su propuesta comercial” y brindar “mejores condiciones comerciales a sus clientes”. Este distribuidor uruguayo tiene 75 años de trayectoria en el mercado y atiende a unos 1.500 comercios en todo el país.

De Narváez estuvo reunido con el presidente electo Luis Lacalle Pou en enero, instancia donde volvió a elogiar el clima de negocios para invertir en el país. “Los uruguayos son confiables, es un país estable y la alternancia de los partidos en el gobierno también es muy buena y en Uruguay es ejemplar”, dijo tras reunirse con el presidente electo.

Este grupo empresarial, además de Ta-Ta, es propietario de la cadena San Roque, la plataforma uruguaya de e-commerce WoOW, Motociclo y la tienda de ropa BAS.  Actualmente el grupo tiene 6 mil empleados en todo el país y en 2019, según el propio empresario, crearon 700 puestos de trabajo, el mismo número que proyecta para 2020. “Vamos a seguir invirtiendo en Uruguay. Tenemos mucha confianza”, señaló. 

El riesgo de la concentración

Según supo El Observador hay cuatro o cinco marcas de peso en el comercio minorista (algunas multinacionales) que solo venden su mercadería por medio de distribuidores mayoristas y no aceptan transacciones directas con pequeños comercios. Por tanto, si la torta de los distribuidores se concentra en menos manos y con injerencia de los grandes cadenas, se corre el riesgo de quedar en una clara desventaja, explicaron. Si bien pueden emergen nuevos distribuidores, indicaron que este proceso "no se hace de un día para el otro". 

Días pasados, Cambadu mantuvo una reunión con autoridades de Comisión de Defensa de Promoción y Defensa de la Competencia donde se planteó la preocupación por la expansión de grandes cadenas como Tienda Inglesa bajo nuevos modelos negocios -gestiona unos 16 locales bajo cadenas como Expres o Super Ariel-. En tanto, Cambadu tenía agendado otro encuentro con el futuro secretario de la Presidencia Álvaro Delgado este lunes para hablar de estos temas así como la preocupación que despertaba la factible operación del Grupo Disco y la expansión de las grandes cadenas hacia el negocio de la distribución mayorista. 

La firma de supermercados El Dorado también había expresado su preocupación sobre este tema durante una reunión que mantuvo la pasada semana con el presidente electo en su despacho.

Sigue de cerca operación de Grupo Disco

La Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia también sigue de cerca la posible compra del Grupo Disco por parte del banco de inversiones Goldam Sachs, el principal accionista de Tienda Inglesa. Si bien hasta ahora no tienen ningún tipo de notificación, el organismo está atento a lo que suceda con esta operación y en qué momento se da.

“Hay un tema que es clave, que cambia todo, que es cuándo se concreta la operación. Si empiezan a regir las nuevas disposiciones de la ley –el 12 de abril- nosotros tenemos que autorizar o no esa operación”, explicó Macedo. Los cambios aprobados en septiembre respecto a este tema tienen un plazo de 6 meses para comenzar a regir y a partir de abril todas las operaciones en las que estén involucradas empresas con una facturación superior a US$ 70 millones anuales deben ser autorizadas por el organismo.

Por este motivo, y tal como informó El Observador, los representantes del Goldman Sachs estaban apurados para concretar la operación lo antes posible. Si se concreta antes de la fecha antes mencionada, solo deberán notificar la operación al organismo dependiente del MEF.

“Existen dos riesgos asociados a este tipo de operaciones. La menor cantidad de operaciones, con más poder, y, al mismo tiempo, mayor facilidad de que esos operadores se coordinen entre sí para ejercer prácticas abusivas”, explico Mancedo. Ese es el análisis que realizaría el organismo en caso de que tuviera las potestades que comienzan a regir en abril.

La Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) también mostró su preocupación por este tema ya que dejaría una situación “casi monopólica” en productos muy sensibles como son los de la alimentación. “Creemos que podría repercutir negativamente en la mayoría de las cadenas de proveedores y no vemos ningún beneficio para los consumidores”, dijo a El Observador el presidente de la Cámara de Industrias, Gabriel Murara.

La CIU se reunirá este martes por la tarde con sus servicios jurídicos para ver los pasos a seguir. Murara aseguró que están en contacto tanto con el gobierno electo como con el gobierno actual. La Cámara de Comercio, en tanto, también se reunirá este martes para analizar la situación.