"Te llegó tu hora": fiscalía contó cómo asesinaron a Michelini y Gutiérrez Ruiz

Los hijos de Zelmar Michelini, de Héctor Gutiérrez Ruiz, de Manuel Liberoff y de Rosario Barredo miraban desde el auditorio con atención y escuchaban los "sí, señor" de los represores a los pedidos del juez Fernando Islas, que terminó procesándolos después de 10 horas de audiencia. 

En su solicitud de formalización, el fiscal de Lesa Humanidad Ricardo Perciballe hizo una larga descripción de distintas ilegalidades cometidas durante la dictadura y su relación con los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw; además la desaparición forzada y privaciones de libertad de varias personas, entre ellas Manuel Liberoff, Gabriela Schroeder, Victoria Barredo y Máximo Barredo. También la supresión de estado civil de Macarena Gelman y Mariana Zaffaroni.

El homicidio de Zelmar Michelini

En su alocución, Perciballe recordó las críticas del senador Michelini al presidente Juan María Bordaberry y el hincapié que hizo en las violaciones a los derechos humanos en el período previo a la dictadura, así como su impulso alas investigaciones parlamentarias por tortura. También rememoró su comparecencia en 1974 al Tribunal Russell en Roma donde expuso la realidad de la dictadura uruguaya. Un año después, Michelini había logrado concretar una entrevista con el senador estadounidense Edward Kennedy para exponer ante las Naciones Unidas lo que sucedía. Iba a viajar el 12 de mayo de 1975, pero los servicios de inteligencia uruguayos, que lo monitoreaban, lograron detener el viaje. 

Mientras tanto, Michelini, que residía en Argentina, estrechó lazos con otros exiliados con los blancos Wilson Ferreira Aldunate y Héctor Gutierrez Ruiz y el comunista Manuel Liberoff. 

Un día antes de su secuestro, el senador, consciente de que estaba siendo espiado le dejó una carta cerrada a su amigo y periodista Roberto García, en la que le adelantaba lo que podía suceder. García la publicó en el diario La Opinión el 23 de mayo de 1976. 

El 7 de ese mes, el canciller uruguayo Juan Carlos Blanco mantuvo una entrevista con su par argentino César Guzzetti en una conversación reservada, pero 11 días después un comando armado detiene a Michelini en el hotel donde se hospedaba. "Con las llaves en su poder, algunos integrantes del grupo irrumpieron en la habitación de Michelini preguntaron por él y le expresaron 'Zelmar te venimos a buscar, te llegó tu hora'", relató Perciballe, según consta en la solicitud a la que accedió El Observador. Le vendaron los ojos y lo introdujeron en un vehículo a donde partió sin rumbo conocido. 

El homicidio de Héctor Gutiérrez Ruiz

El entonces presidente de la Cámara de Diputados se refugió en Argentina junto a su cónyuge, Matilde Rodríguez Larreta, y sus cinco hijos en julio de 1973. Fundaron un almacén al que nombraron "Los 33 orientales". En octubre, la autodenominada Justicia Militar libró una orden de detención en su contra. 

"Junto a otros legisladores como Luis Imas, Juan Chenlo, Enrique Erro, Zelmar Michelini y Wilson Ferreira Aldunte conformó el 'Comite Artiguista de Resistencia' para brindar solidaridad a los uruguayos que llegaban a Argentina, así como para conformar un frente opositor al régimen de facto", describió el fiscal. En noviembre de 1975 viajó a Luxemburgo y expuso frente al Parlamento Europeo lo que estaba sucediendo en Uruguay. Mientras tanto, la inteligencia uruguaya seguía sus movimientos de cerca y le interceptó la correspondencia y el teléfono. 

En la madrugada del 18 de mayo —horas antes de la detención de Michelini— cuatro o cinco personas vestidas de civil, pero fuertemente armadas, ingresaron a su edificio. Se identificaron como integrantes de la Policía Federal Argentina, ataron al legislador a una silla y lo encapucharon por una hora y media, durante la cual sustrajeron objetos de valor de su casa. Con lo que robaron llenaron siete valijas. 

Cuando Gutierrez Ruiz le dijo a su esposa que avisara a varios conocidos, mencionó entre ellos a Michelini. Uno de los responsables le dijo: "Bueno, a ese comunista también lo vamos a llevar". 

El homicidio de Rosario Barredo y William Whitelaw

Rosario Barredo y su pareja, William Whitelaw, vivían en Buenos Aires cuando a fines de 1974 él decidió abandonar el MLN dado que entendía que la lucha armada ya no era camino a seguir. Luego fundó la agrupación Nuevo Tiempo junto a otros extupamaros. 

En la madrugada del 13 de mayo, varias personas vestidas de civil, pero armadas, llegaron a la casa de la pareja —en la que vivían los dos hijos de la pareja y la mayor, que era solo hija de ella— en la provincia de Buenos Aires. Se llevaron el dinero que había en el lugar y los secuestraron a los cinco.

Según contó Perciballe, destruyeron lo que quedaba y dejaron las siguientes inscripciones: "10 por 1, no va a quedar ningún zurdo", "zurdos cobardes, den la cara que por más que la escondan los vamos a encontrar igual, pasaremos el rastrillo y no quedará uno vivo", "paredón al zurdaje" y "tupas traidores los vamos a llenar de bronce". 

Luego los llevaron al centro clandestino Bacacay, de donde los adultos fueron trasladados a otro lugar que se desconoce. 

La aparición de los cuatro cuerpos

Los cuerpos de Barredo, Whitelaw, Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron en el mismo auto el 21 de mayo pasadas las 21 horas. El auto, marca Torino, era propiedad de un argentino que lo había denunciado como robado el día anterior. 

Dentro del vehículo se encontró un panfleto con el logo del Ejército Revolucionario del Pueblo argentino que expresaba: "AJUSTICIAMIENTO A LOS TRAIDORES Parte de Guerra. El 20 de mayo a las 21 hs. la Unidad 'JUAN DE OLIVERA' de nuestro Ejército Revolucionario del Pueblo procedió a justiciar, a requerimiento del Comité Central del Movimiento de Liberación 'Tupamaros' a WILLIAM ALLEN WHITELAW, ROSARIO BARREDO, ZELMAR MICHELINI y HECTOR GUTIERREZ RUIZ por ser los responsables de la escisión producida en el MLN (T) con su actitud contra revolucionaria y pequeño burguesa. Los ajusticiados formaban la dirección en Buenos Aires de la fracción 'NUEVO TIEMPO' y con su tarea entorpecían la solidaridad revolucionaria que requiere el enfrentamiento a las dictaduras que padecen nuestros países. Este ajusticiamiento, efectuado dentro del marco de unidad que establece la Junta de Coordinación Revolucionaria debe servir de ejemplo a todos aquellos que pretendan alejarse del camino que cuestione la guerra contra las dictaduras asesinas de Uruguay, Chile, Argentina y Bolivia.. MUERTE A LOS TRAIDORES!".

Y cerraba: "NINGUNA TREGUA A LOS EJÉRCITOS OPRESORES! ESTADO MAYOR CENTRAL E.R.P. ¡A VENCER O MORIR POR LA ARGENTINA! EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO". 

La responsabilidad militar en los hombros de Ricardo Arab