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"Violencia extrema y desproporcionada": jueza condenó a hombre que mató a su vecino en Navidad por haber ayudado a un perro callejero

La víctima había auxiliado a un perro que sufría por la pirotecnia, pero al verlo en el pasillo una vecina enfureció y su hijo terminó disparando cuatro veces
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18 de septiembre de 2023 a las 05:00

A diferencia de la mayoría de los acusados, él entró a la sala de audiencias en la que lo esperaba una condena por homicidio con la frente en alto y un deseo de buenas tardes en voz clara y decidida. A los pocos segundos de sentarse, la jueza Marcela Vargas le dijo que antes de leerle la sentencia, iba a comunicarle, sin vueltas, la resolución. Mirándolo a los ojos le dijo que lo iba a condenar a 10 años de prisión y que su relato estaba lleno de "contradicciones", "vacíos", que utilizó "violencia extrema y desproporcionada" para matar a un vecino que, en la madrugada de la Navidad del año 2021, había querido auxiliar a un perro callejero asustado por la pirotecnia.

La sentencia de Vargas, a la que accedió El Observador, establece que la teoría de la Fiscalía de Homicidios de 3o Turno —que en juicio estuvo representada por la adjunta Alana Eccher y la adscripta Alexandra González— había estado plenamente acreditada y no había espacio para creer que hubiera habido una legítima defensa incompleta, cómo teorizó —aunque sin decirlo expresamente— la abogada defensora del acusado, Mayra Álvarez.

La víctima, un hombre de 43 años chofer de la línea Coetc, había llegado a las 21:30 del 24 de diciembre al apartamento que compartía con su esposa para pasar la Noche Buena con su hijo, el hijo mayor de ella, a quien quería como propio, y su novia, que estaba embarazada. Su esposa declaró en el juicio que cuando comenzaron los fuegos artificiales, su marido vio que un perro, muy nervioso, quería meterse por el garaje y por eso creyó que lo mejor era entrarlo.

Como ellos tenían dos perros grandes con los que no lo podían juntar, el hombre lo dejó en el pasillo que compartía su apartamento con el de un vecino que no estaba allí. Advirtió al resto que no lo dejaran salir, pero antes de irse acostar escuchó el grito de una tía que vivía en el mismo complejo de apartamentos, quien le preguntaba si iba a dejar al perro toda la noche sin agua. Por eso, continúa contando su esposa, fue que se paró a llevarle un tacho de agua.

"Ahí es cuando sentí los disparos, antes de los disparos, sentí una señora que dijo 'el perro acá no lo podes dejar'", describió sobre el momento. "Empecé a escuchar cómo que ella decía no me acuerdo el nombre de la persona, que decía 'soltalo', 'soltalo'", complementó.

Así fue que su hijo mayor y un amigo de él corrieron a su auxilio y lo encontraron agarrándose de una pared, mientras un hombre lo golpeaba en la cabeza con un arma de fuego y otros dos permanecían parados allí. 

"Uno se notaba claramente que tenía un arma y estaba pegándole con la culata (efectúa ademanes)... en la cabeza, otro le daba piñes y patadas y otro estaba intentando separar, uno estaba un poco más tranquilo, pero había dos que estaban pegándole desacatadamente...", declaró el amigo en el juicio.

Al hijo de la víctima, incluso le gatillaron en la cabeza, pero no salió la bala. “Cuando yo me tiro, suelta a mi padre y me apunta con el arma en la cara la persona que estaba dando los culatazos a mi padre, me gatilla y me dice que salgamos para afuera y en eso se fue y se metió en la casa, yo fui tras él y me quise meter para adentro, y en eso viene mi madre y mi amigo y me dicen que mi padre estaba lastimado y ahí lo cargué y lo llevé para el Pasteur”, detalló. 

Según reconstruyó la Fiscalía, la mujer se enojó porque había visto que estaba con un perro en el pasillo y salió su hijo, más enojado, quien terminó agrediéndolo a golpes y disparos. Detonó el arma cuatro veces y tres balas impactaron en el cuerpo de la víctima. La esposa del fallecido recordó que la mujer le expresó que era "propiedad privada" y que él no podía estar ahí, pero ella le contestó que su esposo era propietario y podía estar ahí. 

Cuando llegó la Policía el agresor inmediatamente se metió dentro de su apartamento y horas después encontraron el arma del crimen en unas plantas de un apartamento lindero al de su madre.

Pese a que intentó ensayar una justificación para el homicidio, para la jueza no se sostiene en ninguna evidencia. Tanto él como su madre declararon en el juicio que el hombre le había pegado a ella y que lo que hizo el acusado fue forcejear para sacárselo de encima. Indicaron que era la víctima la que tenía el arma y que el agresor solo buscaba bajarla con su mano.

Sin embargo, la mujer no pidió ser asistida por los supuestos golpes ni quedó registrado que hubieran llamado al 911. A su vez, contaban con cámaras de seguridad en la puerta de su apartamento y, pese a que estaban funcionando, curiosamente no habían grabado el hecho. "Racionalmente solo puede atribuirse la ausencia de registro de imágenes, a un accionar deliberado e interesado en su supresión, por parte del ahora imputado o su entorno", indicó la jueza Vargas en su sentencia.

Así, concluyó:  "Pese a que no emerge prueba directa del momento preciso de la ejecución de la agresión, el relato de quienes lo protagonizaron, la señora y su hijo incurren en llamativos vacíos, silencios y selectiva ausencia de memoria, que torna incoherentes y mendaces los mismos". A su vez, la médico forense que peritó el cuerpo de la víctima indicó que no tiene lesiones de defensa, por lo que fue sorprendido.

Lo condenó a 10 años y 9 meses de prisión por un delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y porte y tenencia de arma de fuego con signos de identificación alterados. Fueron tres meses menos que los que pidió la Fiscalía, quien también solicitó la condena por un delito de porte de armas en lugares públicos, lo que la jueza no compartió por entender que un pasillo de un edificio privado no es un lugar público.

El abogado de la familia de la víctima, Andrés Añasco Viera, dijo a El Observador que está conforme con el fallo y si bien "lamentablemente es un dolor que la familia va a tener, hoy se puede decir que se cierra un capítulo de una historia muy dolorosa". 

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