Leonardo Carreño

Voto electrónico en Diputados: las falencias de un sistema que costó US$ 370.000 y que nunca se usó

Análisis técnico de Cámara de Diputados planteó serias dificultades para aprovechar el equipo instalado y nunca utilizado

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04 de mayo de 2022 a las 05:01

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La Cámara de Representantes dispone de un sistema de voto electrónico que nunca se usó. Fue adquirido en 2013, bajo la presidencia del colorado Germán Cardoso. En los dos años siguientes se efectuaron diversas pruebas sobre su funcionamiento, siempre con resultados negativos. 

La adjudicación fue por un monto de US$ 330.774, más otros US$ 9.674 por repuestos, US$ 1.800 por dispositivos identificadores de votantes y US$ 28.298 por “adicionales para la optimización” del sistema. En total, la compra fue por US$ 370.546. 

Se trata de un sistema en el que el audio de sala instalado en los 164 pupitres del recinto y la herramienta de votación electrónica actúan de forma integral. Y esa característica plantea la primera dificultad para su instrumentación: cada vez que deba reiniciarse el sistema electrónico de votación debido a un cambio en la integración de la cámara o cualquier otra circunstancia, la sala queda sin audio. 

El inconveniente puede parecer menor, pero se repetiría sesión tras sesión, a partir de los habituales pedidos de licencia. En cada una de esas ocasiones, el sistema debía ser desconectado y nuevamente encendido. 

Otra de las dificultades que plantea el sistema adquirido por Cardoso se relaciona con la determinación del quórum de sala y de votación que preveía la utilización de tarjetas magnéticas. Entre los problemas observados estaba la asignación de una a cada titular o suplente que ingresara a la cámara, con la posibilidad cierta de hurto o extravío o, incluso, de que se usara de modo indebido. Otro mecanismo previsto era la  lectura biométrica, que obligaba a cada legislador a identificarse a través de su huella dactilar, deslizando su dedo a una velocidad determinada. En la mayoría de las pruebas no logró efectuarse el registro. Y, si bien existen nuevos dispositivos que permitirían el registro con solo apoyar el dedo, la empresa que vendió y que mantiene el sistema indicó que sería imposible adaptarlos. 

Finalmente, y dejando a un lado que el sistema resultaría insuficiente para registrar la cantidad de suplentes que son convocados sesión tras sesión, el hardware instalado fue discontinuado en 2019 por la firma que lo fabricó, por lo que su vida útil en un nuevo proyecto sería limitada.  Así lo indicó el informe de un equipo técnico conformado por el actual presidente de la Cámara de Representantes, el colorado Ope Pasquet, a los efectos de estudiar la viabilidad de aprovechar lo instalado e implementar, por fin, un mecanismo de voto electrónico. 

En sus consideraciones preliminares, el informe, al que accedió El Observador –que no es definitivo y sobre cuya base Pasquet seguirá trabajando para definir qué se hará–, señala que actualizar el sistema actual tendría un costo menor. Pero para eso se presentan varios problemas. 

El equipo técnico mantuvo una serie de contactos con Onalur SA (Panaservice), la firma proveedora del sistema adquirido durante la gestión de Cardoso. En su respuesta, la empresa señaló una serie de inconvenientes para proceder a una actualización que incremente la cantidad de legisladores registrados o evite el reinicio cada vez que se le incorporen datos. Tampoco, explicó, sería posible incorporar un sistema de huellas dactilares de menor falibilidad ni uno de reconocimiento facial, lo que mantiene la tarjeta digital o contraseña numérica como único mecanismo viable. Además, se aclaró, no podrían incorporarse pantallas que habiliten herramientas como internet, acceso a computadoras personales o mensajería interna.

Según informó Onalur SA, Taiden, otra firma a la que representa, posee un sistema que aplica la instalación de pantallas en cada pupitre: una de 10 pulgadas que habilita registros mediante tarjeta digital y una de 14 que lo hace por lectura digital. Ninguna de ellas tiene lectura de reconocimiento facial. 

El equipo técnico determinó las características con las que, a priori, debería contar el sistema electrónico de votación de Diputados. Como requisito esencial, contar con un sistema informático abierto, amplio y dinámico, que pueda interoperar con el mecanismo de gestión de la cámara, y así disponer en tiempo real de cuántos legisladores están presentes en sala y la información cada vez que votan. También, que pueda registrar en forma segura la identidad de cada integrante, y que sea capaz de volcar en las pantallas de la sala de sesiones y a las transmisiones individuales los resultados de las votaciones en diferentes formatos. Además, deberá tener una capacidad mínima para soportar 2.000 registros en uso, si se tienen en cuenta titulares y todos los suplentes. Un detalle importante es que solo se requiere que sea compatible con el voto afirmativo, la única modalidad vigente en el sistema uruguayo. 

La Cámara de Diputados mantiene contactos con sus similares de Perú y Guatemala, recolectando información sobre cómo se implementó en esos países el voto electrónico. También se está explorando la experiencia chilena, que cuenta con un sistema de este tipo desde 2008. En ese país, el software y el hardware fueron proporcionados por la firma alemana Bosch, que permitió el funcionamiento del “pupitre digital”, en el que cada escaño cuenta con un dispositivo electrónico con todas las funcionalidades, incluido el acceso a internet, computadora personal y de despacho, mensajería y editor de textos. 

Qué pasaría con el reglamento

El informe técnico resaltó que, si el sistema a adquirir viene con la limitación de que de cada representante utilice siempre la misma banca para registrar quórum y votar, esta circunstancia debería incorporarse al reglamento de la Cámara de Diputados. 

Hoy los legisladores no tienen asignada una banca fija y pueden marcar asistencia o votar desde cualquier lugar de la sala. El control queda a cargo de los funcionarios correspondientes. También entran y salen del recinto sin ningún tipo de restricción. 

Es la cuarta vez que se intenta implementar el voto electrónico en la Cámara de Diputados desde 1985. 

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