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7 de febrero 2024 - 5:02hs

¿Y si hay un aparato que te haga mejorar tu atención y tu capacidad cognitiva?

En poco tiempo van a proliferar productos que midan, estudien o analicen la actividad del cerebro. Habrá todo tipo de dispositivo: óptico, acústico, magnético, electrónico y hasta molecular. 

Nita Farahany, profesora de la Universidad de Duke, está especializada en investigar cómo estas nuevas neurotecnologías impactan en la libertad de las personas. En una charla TED del año pasado, advertía que las grandes empresas como Meta, Apple o Microsoft han empezado a sumar sensores en sus dispositivos que intentan analizar la actividad cerebral. Pocas semanas después de su alocución, la empresa de la manzana firmó una patente que asegura que sus auriculares inalámbricos pueden medir nuestras ondas cerebrales usando electrodos diminutos.

DALL-E 3

Farahany asegura que estos sensores cerebrales proporcionan un “acceso directo” a la parte que “que reprimimos” de nosotros mismos.

“La información cerebral refleja nuestros sentimientos, estados mentales, emociones, preferencias, deseos e incluso nuestros pensamientos”, aseguró.

Por ejemplo, los casos de realidad virtual y aumentada de Apple tienen un poderoso análisis de nuestro cerebro. Sterling Crispin, un antiguo funcionario de Apple que asegura haber participado en el desarrollo de los lentes Vision Pro que están en el mercado desde el viernes, dio información sobre cómo analizan nuestro cerebro.

En X, dijo que este aparato tiene modelos de inteligencia artificial que “intentan predecir” si sentís curiosidad, divagás, tenés miedo, prestás atención, recordás una experiencia pasada o algún otro estado cognitivo. 

Lo positivo de estos neurodispositivos

Tanto Farahany como otros expertos, hablan del poderío que pueden tener estas herramientas para tratar enfermedades como la depresión, la demencia y adicciones. Por ejemplo, un casco podría ayudar a monitorear la actividad cerebral en personas con epilepsia para predecir y alertar sobre posibles convulsiones antes de que ocurran, lo que puede salvar vidas y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.

AFP Elon Musk.

También se puede obtener una comprensión más profunda de nuestra salud mental y emocional, lo que puede conducir a intervenciones tempranas para combatir la depresión.

Un paso más profundo de Elon Musk con Neuralink

La noticia de Elon Musk sacudió las últimas semanas este sector por un nuevo paso de su proyecto Neuralink: anunció que consiguió implantar con éxito uno de sus chips cerebrales en una persona. Fue el primer paso para vincularlo con una computadora, y que desde la propia PC pueda ingresarse en la mente de una persona.

El chip implantado tiene 1.024 electrodos diminutos, de un grosor parecido a un cabello.

Musk aseguró que se detectó una actividad cerebral “prometedora” después del procedimiento y que el paciente se estaba “recuperando bien”, pero no dio demasiados detalles.

¿Van a controlar lo que pensamos?

¿Y si ese aparato que mejora tu capacidad cognitiva también es usado para manipular lo que pensás?

“Estos dispositivos están acumulando muchos datos sobre la actividad cerebral de los usuarios”, advirtió en una entrevista al portal chileno MIM, Rafael Yuste, neurobiólogo español, académico de la Universidad de Columbia y fundador del proyecto BRAIN (sigla que en español significa Investigación del cerebro a través del avance de las neurotecnologías innovativas).

Farahany emitió una advertencia en su charla TED: “La información cerebral recolectada y generada en estos dispositivos no será recolectada por médicos y científicos o en estudios de investigación clínica. Serán los vendedores de estos dispositivos. Compañías que han comercializado nuestra información personal por años”.

Rodrigo Goñi, el diputado del Partido Nacional que busca regular este tema en Uruguay, aseguró que a través de estimulaciones profundas pueden ayudarte, pero un mal uso podrían “quitar tu libertad” y “manipularte”.

Goñi, quien preside la Comisión de Futuros y es miembro de la Comisión Especial de Innovación, Ciencia y Tecnología del Parlamento del Uruguay, viene estudiando desde hace tiempo este tema y asegura que estas tecnologías pueden tener la capacidad de leer el pensamiento del otro y también cambiarlo.

“Estas neurotecnologías lo que permiten es entrar en tu intimidad que hasta ahora era un refugio absolutamente inexpugnable”, declaró.

¿Qué libertades están en juego?

Para Farahany es imprescindible “reconocer el derecho humano de la libertad cognitiva”. “Es un derecho que impide la interferencia ajena, pero también es un derecho para la autodeterminación”, dice.

En 2023, pidió actuar “rápido” para protegernos de riesgos “reales” para “lo más íntimo de nuestro ser”.

Para Goñi, se debe regular para expandir los derechos fundamentales de las personas y que se deben preservar debido a la irrupción de estas tecnologías. 

¿Cuáles son algunos derechos fundamentales?

  • Derecho a la privacidad: que las empresas que promuevan estas tecnologías aseguren un uso exclusivo de la información cerebral para el propósito original, prohibiendo su uso para extorsión o fines no consentidos.
  • Derecho a la Integridad: Aseguren que las neurotecnologías no causen daño físico o mental, ya sea inmediato o futuro.
  • Derecho de Identidad: Que se proteja la personalidad y los pensamientos propios, evitando alteraciones en emociones o experiencias que comprometan la esencia individual.
  • Libertad cognitiva: Garantía de libre pensamiento y albedrío, evitando la represión de sentimientos o deseos, preservando la libertad de pensamiento como una extensión de las libertades de expresión y reunión.

Agustina Pérez Comenale, abogada especializada en nuevas tecnologías, instó a "entender el alcance" de estas tecnologías y luego proceder a un "marco realista" que proteja al usuario.

El caso de Chile
Este tema ha preocupado a legisladores. Y el primer país que ha introducido modificaciones fue Chile: introdujo una modificación en su constitución para proteger los neuroderechos y la integridad mental. Fue el primer país en el mundo en hacerlo a nivel constitucional.
Esta modificación protege los datos neuronales y establece que el desarrollo científico y tecnológico debe realizarse respetando la vida y la integridad física y psíquica.

Brasil debatió incorporar los Neuroderechos en el nuevo Código Civil

La regulación en Uruguay

En Uruguay, a través de la Comisión de Futuros, Goñi busca promover un proyecto de ley cuyo objetivo sea proteger los derechos fundamentales de las personas, “para poner límites de lo que se puede y lo que no se puede hacer”. Se va a presentar en marzo.

Si bien considera que la innovación es un elemento clave de las empresas de tecnología, su intención es “minimizar riesgos” y “prevenir daños”.

Diego Battiste Rodrigo Goñi.

Por eso, promovió un proyecto de ley que busca modificar el artículo de la ley 18.331 que agrega más categorizaciones a qué es un “dato sensible” en Uruguay, atendiendo este tema.

En Uruguay se entienden como datos personales “sensibles” aquellos que revelen origen racial y étnico, referencias políticas, convicciones religiosas o morales, afiliación sindical e informaciones que refieran a la salud o a la vida sexual. Esta modificación agrega otro tipo de dato sensible y es “todo lo relacionado con la actividad cerebral y neuronal de las personas”.

Esto significa que el Estado provea mayores niveles de seguridad en las bases de datos donde aparezca esta información, que haya un consentimiento previo, informado y por escrito entre la empresa que hace esa monitorización cerebral y el usuario que lo recibe.

Además, Goñi impulsa la creación de una Comisión Nacional de Bioética, que busca tener carácter consultivo independiente, que ayude a elaborar estudios, informes sobre “conflictos éticos existentes”, del que seguramente aparezca el tema de los neuroderechos.

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