Álvaro Delgado y cuatro riesgos del triunfalismo

1. La meteorología

Me lo decía Pancho en su mail: “La meteorología jugará un rol muy importante el 30 de junio, y si el clima fuera cruel, muchos votantes del favorito blanco podrían optar por no ir a votar, para beneficio de Raffo”.

La instancia de junio es la única que no es obligatoria en Uruguay y justo cae en el mes más frío del año, sumado al dato de la población envejecida: las proyecciones dan cuenta de que en 2005 la proporción de personas mayores de 65 años en el total de la población era de 13,58%, mientras que se proyecta a 16,11% para 2025.

En ese panorama algunos blancos o simpatizantes de Delgado pueden considerar que dada la ventaja no es necesario hacer el esfuerzo de trasladarse al circuito de votación y optar por quedarse en sus casas calentitos.

2. El voto multicolor

Sobre cómo una interna colorada que está siendo competitiva puede tentar a los votantes multicolores a volcar su voto hacia ese lado, te hablé en la anterior newsletter y no quiero ser repetitiva pero es un factor que puede restarle votos a la interna blanca y por ser Delgado el favorito puede afectarle también.

Otro factor que puede pesar es de la poca diferenciación en las propuestas. El votante decidido a sufragar en la interna es el más militante, el movilizado y “empujado” por el aparato político. Pero para sumar y hacer la diferencia es necesario entusiasmar a otros menos militantes y ahí es donde las propuestas pueden entrar a jugar.

Es muy difícil lograr que los votantes se lean las 176 páginas del programa de Delgado o las más de 100 del de Raffo pero sí pueden resonarles algunas que conozcan por los medios o por la publicidad que ellos mismos hacen. Si escuchábamos este jueves a Delgado prometer que va a “cuadruplicar –de los US$ 50 millones anuales actuales a US$ 200 millones– los recursos destinados a primera infancia”, “reducir a la cuarta parte la pobreza infantil, universalizar la educación secundaria y generalizar la terciaria, y reducir a la mitad las rapiñas y homicidios”, parecía que hablaba un candidato progresista.

En la misma línea, se pueden destacar de las propuestas de Raffo “extender la prosperidad económica para todos”, la creación de 15.000 puestos de trabajo para jóvenes, o intervenir en los barrios “para ayudar a todas aquellas personas que han caído en las adicciones o en el trabajo con las bandas de narcotraficantes”. Y así podemos enumerar propuestas de corte social de los prencadidatos colorados Robert Silva, Andrés Ojeda, Gabriel Gurméndez o Tabaré Viera. El esmero por diferenciarse también cuenta.

3. El crecimiento de Raffo

Raffo celebró esta semana haber crecido más de 10 puntos en la última encuesta de Cifra en comparación a sus números de febrero que le dio un 30% de adhesiones frente al 51% de Delgado. “Es una noticia muy positiva para todos nosotros. Lo que muestra es que estamos haciendo el trabajo que la gente pide. Recorriendo el país, presentando propuestas que le dan solución a los problemas de la gente”, dijo Raffo en una rueda de prensa.

Si bien es una encuesta, y eso no es más que una foto media borrosa del actual momento de la campaña, como suelde decir el director de Equipos Ignacio Zuasnabar, no es un factor a desatender. Sobre todo porque las mediciones muestran un estancamiento de Delgado, interpretaban en el comando de Raffo, como te contaban Santiago Soravilla y Diego Cayota en la última Galleta de campaña.

Además, acercarse a Delgado a Raffo le da otra ventaja y es poder incidir en la definición por la vicepresidencia. Si la diferencia es muy grande Delgado podrá poner a quien quiera, pero si se achican las distancias se verá obligado a considerarla para la fórmula.

4. El respaldo “testimonial” de Sartori

Otro factor que sumó elementos para el optimismo del raffismo fue la decisión de Juan Sartori de no candidatearse, un escenario mucho más optimista que tenerlo en la competencia por el segundo lugar.

En ese sentido, Raffo también sostuvo que “al ser menos candidatos, se va polarizando la interna" y lo percibe como "un gran desafío" para su candidatura.

Además, la decisión de Sartori termina por confirmar algo que se vislumbraba y es el desinfle del sartorismo. Si bien aún no está claro qué tipo de campaña hará Sartori, si llevará a cabo giras o si presentará una lista para las internas, su anuncio demuestra que no tiene el mismo peso que tuvo en 2019.

También sabemos que el apoyo a otro candidato no implica el arrastre sistemático de esos votos por lo que como decían el semanario Búsqueda este jueves allegados al senador, su respaldo en estas internas “será más bien testimonial”.