Los acreedores de IMPSA aprobaron este jueves el Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) presentado por la empresa mendocina para reestructurar una deuda de 583 millones de dólares. La propuesta obtuvo el respaldo del 86% de los acreedores, que representan el 98% del monto total de la deuda elegible computable, en lo que la compañía calificó como "un hito clave" para su regreso a los mercados internacionales.
La jornada se desarrolló en la sede de IMPSA en Mendoza y fue presidida por la licenciada Ercilia Nofal, con la presencia de la jueza Gloria Cortés. Durante las asambleas de bonistas y obligacionistas, convocadas en el marco del procedimiento abierto ante el Segundo Juzgado de Procesos Concursales de la Circunscripción I de la provincia, los diferentes acreedores fueron expresando su conformidad con la oferta de reestructuración.
Entre los acreedores que respaldaron la propuesta figuran organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Interamericana de Inversiones (BID Invest), Export Development Canada y la Corporación Andina de Fomento. Las mayorías obtenidas superan ampliamente las requeridas por el artículo 45 bis de la Ley 24.522, por lo que IMPSA procederá en los próximos días a presentar el acuerdo ante el juzgado interviniente para su homologación.
Respaldo a la nueva gestión
El resultado de la votación ratificó el rumbo trazado por la actual conducción de IMPSA, liderada por Jorge Salcedo, presidente de la compañía; Juan Manuel Domínguez, vicepresidente; y Pablo Magistocchi, country manager. La empresa busca retomar su protagonismo en los sectores de energía nuclear, grúas portuarias e hidroelectricidad en América Latina, Estados Unidos y Asia.
"Con la reestructuración se consolida la puesta en marcha de la nueva IMPSA, cuyo objetivo es demostrar cómo una inversión estadounidense en tecnología argentina convertirá a IMPSA en un fabricante esencial de grúas portuarias y de componentes nucleares para los mercados estadounidense y argentino, retomando simultáneamente su participación indispensable en la fabricación y rehabilitación de centrales hidroeléctricas en el mundo", destacó Salcedo.
El presidente de IMPSA también agradeció "la confianza de nuestros acreedores y el apoyo de los gobiernos argentino y estadounidense en esta nueva etapa". Según Salcedo, la reestructuración de deuda "constituye el paso inicial que permitirá a IMPSA ser un ejemplo de un caso empresarial exitoso entre dos países aliados".
Reprogramación de pagos a diez años
La propuesta de reestructuración establece una reprogramación de vencimientos que permite a IMPSA comenzar a pagar el capital recién a partir del año 10, contado desde la homologación del APE. Esta extensión resulta crucial para brindar a la compañía el tiempo necesario para ordenar y normalizar sus operaciones y continuar con el proceso de obtención de nuevos contratos, conforme al plan de negocios impulsado por su nuevo accionista controlante, Industrial Acquisitions Fund LLC.
Según la empresa, este logro representa "un antes y un después" para IMPSA, a tan solo ocho meses de la toma de control por parte de los nuevos accionistas. El acuerdo permitirá preservar la continuidad de la empresa, su tecnología "de primer nivel mundial" en áreas de gran relevancia estratégica desarrollada durante sus más de 100 años de existencia, expandirse a los mercados internacionales y fortalecer la actividad industrial mendocina con el apoyo del gobierno provincial.