La familia Mastellone y el fondo de inversión Dallpoint rechazaron la oferta que Arcor y Danone presentaron para adquirir el 51,3% del capital social de Mastellone Hermanos, la empresa propietaria de la marca láctea La Serenísima. La negativa fue formalizada mediante una notificación enviada a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que señaló que la propuesta no cumple con los términos del contrato vigente firmado en diciembre de 2015. La disputa por el control de la compañía —una de las más emblemáticas del sector lácteo argentino— se tensó y abrió la posibilidad de un enfrentamiento legal.
El presidente de Mastellone y fundador del fondo Dallpoint, Carlos Marcelo Agote, firmó el comunicado dirigido a la CNV donde indicó que “el ejercicio de la opción de compra efectuado por los compradores no cumple con los términos y condiciones establecidas en el contrato de opción”. Esta cláusula es la piedra angular de la controversia, dado que los accionistas vendedores cuestionan el valor ofrecido por Arcor y Danone y advierten que la oferta es “hostil”.
Actualmente, la propiedad de Mastellone se divide en un 51% en manos de los sucesores de Pascual Mastellone y Dallpoint y un 49% que controla Bagley, la sociedad formada por Arcor y Danone en 2016. La operación buscaba consolidar la totalidad del paquete accionario para crear una compañía unificada llamada La Serenísima Unida, donde Arcor y Danone tendrían una participación del 50% cada uno.
Oferta, diferencias y contexto del contrato
El contrato de opción firmado en 2015 establecía un mecanismo para que Arcor y Danone aumentaran progresivamente su participación accionaria en Mastellone, con una ventana para completar la compra total hasta 2025. La intención de los compradores era integrar la producción y comercialización bajo una sola empresa, optimizando costos y ampliando su presencia en el mercado lácteo nacional.
Sin embargo, la familia Mastellone y el fondo Dallpoint sostienen que el valor que Arcor y Danone ofrecieron por las acciones no corresponde con el real, sobre la base de las cláusulas contractuales que fijan criterios para determinar el precio justo. Esto motivó la presentación formal de la impugnación, que fue enviada también a Bagley Argentina y Bagley Latinoamérica.
La disputa gira en torno a la valoración financiera, un aspecto clave en una operación que involucra una empresa con una facturación que supera los miles de millones de pesos anuales y que mantiene una posición de liderazgo en varias categorías de productos lácteos. Según fuentes del sector, el mercado ha seguido de cerca este conflicto porque puede modificar la estructura de poder en el sector alimenticio argentino.
La oferta de Arcor y Danone buscaba consolidar líneas de productos que hoy están divididas: Mastellone se dedica principalmente a la producción de leche fluida, quesos y manteca bajo la marca La Serenísima, mientras que Danone Argentina controla la producción de yogures, postres y otras categorías refrigeradas con marcas como Ser, Yogurísimo y La Serenísima (utilizada en conjunto). La fusión, en teoría, permitiría mayor eficiencia y competitividad frente a un mercado en declive.
Un mercado en transformación
El sector lácteo argentino enfrenta un escenario complejo. La producción nacional de leche disminuyó un 10% en los últimos tres años y el consumo per cápita ha venido cayendo desde 2020, un fenómeno vinculado a la pérdida de poder adquisitivo y a cambios en los hábitos de consumo. Además, existe una concentración creciente del mercado en canales de bajo precio, lo que presiona los márgenes de las empresas.
Estas dificultades hacen que las empresas busquen fórmulas para ganar escala y eficiencia. La idea de unificar bajo un mismo grupo las distintas unidades productivas y comerciales de La Serenísima responde a esta necesidad de adaptación, buscando mejorar la gestión de costos y fortalecer el posicionamiento ante un contexto económico adverso.
Por otro lado, el sector lácteo argentino conserva un importante potencial exportador. El acceso a materia prima de calidad a precios competitivos es una ventaja estratégica que Danone y Arcor pretendían maximizar con esta integración. La reciente compra de Ilolay por parte del grupo francés Savencia también refleja un interés creciente de actores internacionales en la leche argentina.
La fusión hubiera permitido además potenciar la cadena de valor en toda su extensión, desde la producción primaria hasta la distribución, beneficiándose de una red logística amplia y una marca con alta penetración en el mercado local.
Impacto y posibles escenarios
Con el rechazo formal de la oferta, la negociación entre las partes entra ahora en una etapa incierta. El contrato original establece procedimientos para resolver conflictos, que pueden incluir negociaciones adicionales, arbitraje o incluso acciones judiciales. Fuentes cercanas a Mastellone no descartaron la judicialización del caso si no se logra un acuerdo.
Para Arcor y Danone, la integración de Mastellone representa un movimiento estratégico para consolidar su posición en el mercado argentino de alimentos básicos, un sector marcado por la competencia y los márgenes ajustados. Para los actuales accionistas, defender el valor de la empresa es fundamental en un momento en que la compañía enfrenta presiones externas pero mantiene una cuota relevante en el mercado.