El presidente Javier Milei se prepara para meses de un Congreso adverso, postura que se extiende al Gobierno. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el titular de Diputados, Martín Menem, diagraman la estrategia de "aguantar" hasta después de las elecciones cuando están convencidos de que la oposición perderá fuerza por el resultado de La Libertad Avanza (LLA).
"Hasta noviembre la oposición tiene una ventana para imponer su agenda. Hay que pasar esos meses y después se quedan sin músculo", le dijo a El Observador un funcionario encargado de juntar voluntades en el Congreso. De la mano con la estrategia "aguantar" está también no subir la tensión con los gobernadores después de que la Casa Rosada no consiguió romper el bloque de 24 mandatarios provinciales detrás de dos proyectos que tienen media sanción en el Senado: coparticipar el impuesto a los combustibles y los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
Javier Milei se pone al frente del "operativo aguantar" hasta noviembre
El diagnóstico que circula en los despachos presidenciales es que, con el calendario electoral acelerándose y la campaña ya en marcha, la oposición percibe que la ventana para imponer su agenda es corta pero intensa. Después de octubre, gane quien gane, el tablero político será otro, con menos incentivos para grandes apuestas legislativas. Por eso, cada comisión, cada sesión y cada intento de dictamen será terreno de disputa.
En este contexto, el oficialismo prepara una estrategia defensiva. No se trata de ganar, sino de resistir. La orden del presidente y de su mesa chica, que integran Karina Milei, Santiago Caputo más el mencionado Francos, es bloquear cualquier intento de avanzar con proyectos que comprometan la política económica o la autoridad presidencial. “No vamos a regalar nada que complique el programa”, remarcó una fuente al tanto de la estrategia.
Francos.webp
El Gobierno se prepara para un Congreso adverso hasta noviembre y pone en marcha el "plan aguantar".
El Congreso en la mira para Guillermo Francos y Martín Menem
Parte de esas cuestiones se vieron durante la cena en Olivos a la que asistieron algunos diputados del PRO y el radical con peluca Pablo Cervi. Allí, entre empanadas y la avant-première de la última película de Guillermo Francella, Javier Milei junto a Santiago Caputo bajaron algunos lineamientos del "operativo aguantar" en el Congreso.
La primera línea de contención estará en Diputados, donde el Gobierno confía en el núcleo duro de aliados, pero sabe que el número es frágil. Los libertarios no tienen mayoría y dependen de acuerdos circunstanciales con bloques provinciales o con sectores del PRO. El problema es que la oposición ya encontró un punto de encuentro: marcarle la cancha al Ejecutivo antes de las urnas.
Karina Milei Martín Menem.jpeg
En el Senado, la situación es todavía más complicada. Con una vicepresidenta Victoria Villarruel que no siempre juega alineada con la Casa Rosada, y una mayoría opositora dispuesta a activar la agenda propia, el riesgo de que prosperen leyes incómodas para Milei es real. Allí, el oficialismo teme sobre todo que se avance con modificaciones en temas impositivos, laborales y previsionales.
La dinámica se retroalimenta con el clima electoral. La oposición necesita mostrar iniciativa y músculo político ante sus votantes, y el Congreso es el escenario ideal para hacerlo. Por eso, el Gobierno prevé un aluvión de proyectos que apunten a marcar diferencias con el modelo libertario: desde propuestas para aumentar el gasto social hasta regulaciones que frenen desregulaciones impulsadas por el Ejecutivo.
Javier Milei prepara más vetos y afina la estrategia electoral
En Balcarce 50 hay, además, una lectura política más amplia: las sesiones de estos meses funcionarán como un termómetro de poder. Si el oficialismo logra bloquear iniciativas clave, podrá llegar a octubre con un relato de fortaleza. Si, en cambio, la oposición avanza, el costo político para Milei puede ser alto, sobre todo entre quienes lo apoyaron por su promesa de gobernar sin concesiones.
El jefe de Gabinete viene multiplicando reuniones con legisladores de distintas bancadas para desactivar acuerdos opositores antes de que lleguen al recinto. “Francos va a estar a full en modo bombero”, admitió un funcionario. El objetivo es evitar votaciones sorpresivas que dejen al Gobierno en minoría.
Exención de Visas
El Gobierno se prepara para un Congreso adverso hasta noviembre y pone en marcha el "plan aguantar".
La estrategia incluye también apelar al Senado y Diputados como vitrinas de confrontación política. No descartan que Milei use las redes sociales o incluso mensajes en cadena nacional para denunciar “maniobras” de la oposición y reforzar su narrativa de lucha contra la “casta”. En la Casa Rosada creen que esa confrontación puede incluso servirles electoralmente, siempre y cuando no se traduzca en derrotas legislativas que afecten la gestión.
El Gobierno apuesta a dejar casi sin funcionamiento el Congreso hasta diciembre
Por ahora, el oficialismo no piensa en convocar a sesiones extraordinarias ni en forzar debates que no le convengan. Prefieren administrar el tiempo y dejar que el Congreso funcione bajo el impulso opositor, interviniendo solo cuando sea necesario. El costo de perder una votación en un tema central es demasiado alto para arriesgarse sin tener los números asegurados.
Algunos referentes parlamentarios de la oposición, conscientes de la estrategia oficial, ya planean movimientos rápidos: sesiones especiales, dictámenes exprés y acuerdos puntuales que dejen al Gobierno sin capacidad de reacción. “Ellos están en modo resistencia, nosotros vamos a estar en modo ataque”, graficó un diputado radical.
En definitiva, el tablero está planteado: un Gobierno decidido a resistir para no perder capital político en la antesala electoral, y una oposición que ve en el Congreso su mejor escenario para condicionar al Ejecutivo. Entre ambos, un calendario que corre y una campaña que ya tiñe cada discusión. Octubre será la meta, pero el camino promete ser áspero.