Por Luis Majul
Periodista y director de El Observador 107.9
Milei está viviendo sus mejores días. Y Cristina Kirchner, los peores. Enseguida veremos porqué.
Alrededor del presidente, no se cansan de festejar (y propalar) buenas noticias. Incluso suben memes de Milei, 25 años después, asumiendo su décimo mandato.
Les sobran datos para usarlos en su provecho. Desde la abrupta caída del riesgo país, por debajo de los 900 puntos, el más bajo desde hace cinco años, hasta el descenso continuo del precio del dólar. Descenso que fortalece el peso y se traduce en una incipiente recuperación del salario y también del empleo.
Desde la desaceleración de la inflación, cuyo índice de octubre, quizá se se encontraría, por debajo del 3 por ciento, hasta el fin de la recesión. O el principio de las primeras burbujas de los "gases de buzo", como fue anunciando con bombos y platillos por el propio Milei durante el acto de celebración de los 100 años de Cámara Argentina de Comercio.
"Buenas noticias"
Desde el entusiasmo del propio Milei por la aplastante victoria de Donald Trump hasta su seguro encuentro la semana próxima, en Mar- a- Lago, Palm Beach. Y más allá de los primeros análisis sobre si su gestión impactará de manera positiva o negativa en la economía de la Argentina.
Solo "buenas noticias"
Desde las promesas de inversión que recibió esta semana y que fueron detalladas por José del Río, en el diario La Nación, de poderosas multinacionales como:
· Shell, por 600 millones de dólares
· Y Carrefour, por 300 millones de dólares
….hasta la última encuesta de Giacobbe, donde Milei recupera 8 puntos de imagen positiva y supera el 50 por ciento.
El mismo trabajo en la que aparecen Manuel Adorni y Karina Milei entre los funcionarios que son beneficiados por el apoyo del presidente.
Pero no solo por eso, en la Rosada y la quinta de Olivos, se festeja. También se celebra que, siempre según Giacobbe, por primera vez, la imagen positiva de Victoria Villarruel empieza a caer, del 53.3 por ciento hasta 41.6 por ciento, mientras su negativa comienza a subir, desde el 38.5 por ciento al 42.5 por ciento. Así lo destaca una cuenta libertaria denominada Nation @MileiEterno con el texto "Roma no paga traidores".
Es más. Cerca del presidente interpretan que la difusión de la reciente visita de Villarruel a una muestra de armas, junto a la foto de la vice comiendo una hamburguesa en McDonald's serían parte de un intento "desesperado".
Una jugada para detener el impacto negativo que produjo su apoyo explícito a la ex presidente María Martínez de Perón. Porque Isabelita, para muchos argentinos, sigue siendo un fuerte símbolo de la violencia y el desastre económico que anticiparon el golpe de la dictadura más sangrienta de la historia.
Otro trabajo de Opina Argentina, la consultora de Facundo Nejamkis, muestra una tendencia parecida. Con una recomposición de la imagen de Milei, que se había deteriorado, fuerte, en las últimas mediciones. Con la valoración social de los funcionarios del gobierno creciendo, al mismo tiempo que retrocede la aprobación de los dirigentes de la oposición. Y con un aumento de la percepción favorable sobre el futuro de la economía del país.
Pero quizá lo más importante no sean los números de las últimas encuestas, sino la sospecha de que estamos atravesando un cambio de época. Un cambio de época donde lo que predomina es el rechazo a todo lo que huela a casta y privilegios. A representantes de la casta y los privilegios como Pablo Biró y Hugo y Pablo Moyano y Edgardo Llano.
Llano es el sindicalista de Asociación del Personal Aeronáutico, que viajó con su familia a España en medio de un conflicto que él mismo originó. Es el mismo que amenazó con escrachar en vuelos de Aerolíneas a los senadores que votaron a favor de la Ley Bases.
El que en las últimas horas llegó a decir que la PSA no podía hacer el trabajo de servicio de handling porque sus integrantes no sabían manipular ni veneno, ni material radiactivo, ni explosivos. El que alertó que, como consecuencia de la decisión de reemplazar a los técnicos de Intercargo, se podía llegar a caer o explotar un avión.
Lo de Llano no tiene desperdicio. Es un mentiroso y manipulador. Los operarios a quienes representa retuvieron el equipaje de cientos de pasajeros. Hicieron que estuvieran horas arriba de un avión sin su consentimiento. De hecho, 13 trabajadores fueron despedidos por esa razón. Y hay denuncias que incluyen delitos que van desde la privación ilegítima de la libertad hasta la extorsión. Llano y los demás están muy desconcertados. No terminan de entender a Milei.
Por eso cuando Adorni anunció el fin de Intercargo tal como se la conoce hasta ahora, quedaron estupefactos. De hecho, "recularon" en chancletas. Porque el gobierno no solo logró que se comprometieran a no impulsar ninguna medida de fuerza mientras duren las conversaciones. Además los obligó a empezar a discutir, desde mañana, los convenios colectivos de trabajo. Es decir:
Algunos de los privilegios de lo que el secretario de Transporte, Franco Mogetta llama "la casta aeronáutica". Como por ejemplo:
· Poder volar sin costo solos con sus familiares o sus allegados. En algunos casos, incluso, hasta después de jubilados.
· La entrega de pasajes gratis a cambio de trabajar en días festivos.
· La entrega de dos pasajes sin costo de cualquier piloto se vaya de luna de miel con su cónyuge.
· Los remises de ida y vuelta para miles de empleados, que generan un costo desproporcionado a la empresa.
· Una empresa que, hasta 2023, perdía un millón de dólares por día.
Milei, Santiago Caputo y Karina Milei sienten estos días como el inicio de un cambio profundo de lo que denominan batalla cultural. Muestran resultados llamativos de otras encuestas. En enero, casi el 90 por ciento deseaba que Aerolíneas siga siendo una línea de bandera. Ahora lo desea menos del 50 por ciento.
Hay otra con la evolución de la opinión sobre el financiamiento de las universidades públicas, con epicentro en la UBA. La conclusión de esta última es determinante. Se la podría denominar así. Con esta frase: Sí A LA UNIVERSIDAD PÚBLICA GRATUITA Y AUTÁRQUICA, PERO CON AUDITORIA YA.
Que Cristina está no solo en el peor momento de su carrera política, sino de su vida, lo demuestra el nivel de agresión personal que usó para referirse a Milei este fin de semana, al tratarlo de "idiota", "ignorante" y "mono relojero".
Es comprensible. Se le viene la noche. El próximo miércoles la Cámara de Casación confirmará la condena de los jueces de primera instancia en la Causa Vialidad. La considerará culpable de haber liderado una organización criminal que le robó cientos de millones de dólares al Estado a través de contratos que le facilitó a su socio comercial y testaferro de su marido Néstor Kirchner, Lázaro Báez.
La aplicará una sentencia de seis años de prisión en suspenso y el pedido de inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Usará el argumento de la victimización y persecución una vez más, pero sin éxito, ni la más mínima credibilidad.
Porque apelará a la Corte Suprema para que la prisión no se haga efectiva, y la inhabilitación no tenga lugar. Gritará como lo hizo antes, cuando se puso por encima de la muerte del fiscal Alberto Nisman, y ella se auto percibió como víctima de una extorsión. O cuando recibió la primera condena de parte de los jueces, en la misma Causa Vialidad.
Pero ya no será tan efectivo. Porque ahora, además de los delitos que se le atribuyen, no se podrá sacar de encima, por más que intente, la responsabilidad política que le cabe junto a Alberto Fernández y Sergio Massa, de ser parte fundamental del peor gobierno de la historia reciente de la Argentina.