Los sanisidrenses somos un pueblo maduro. A lo largo de los años hemos sabido defender lo nuestro, cuidar nuestro lugar y apostar al futuro de nuestras familias. Hoy nos toca hacerlo con mucha mayor responsabilidad, porque San Isidro está sufriendo un deterioro que no podemos aceptar como destino.
Desde que comenzó la improvisada gestión municipal actual, nuestro distrito dejó de ser prioridad para quienes gobiernan. Las calles se llenaron de baches, la inseguridad se multiplicó y los hospitales municipales, que siempre fueron modelo de atención, se desbordaron.
¿La razón? Un acuerdo con el gobernador Kicillof que eliminó la prioridad para los vecinos de San Isidro en la asignación de turnos programados.
Así, miles de personas de todo el conurbano comenzaron a atenderse aquí, pero sin que se reforzaran recursos ni personal. El resultado lo sufrimos todos los días: colas desde la madrugada, demoras de meses y vecinos postergados.
A esto se suma un hecho que demuestra la falta de planificación y el desprecio por el esfuerzo de los vecinos para pagar sus tasas: después de un año sin invertir en lo esencial, en este período electoral llevan gastados la friolera de 13.000 millones de pesos en monotributistas sin conocerse cuál es su función (¿serán aquellos que se ven ocupados acaso en arrancar los carteles de la oposición?) en tanto denigran a cantidad de empleados públicos enviándolos a hacer campaña repartiendo volantes en las esquinas.
En paralelo, cantidad de calles están cortadas repentinamente en el último mes en un intento desesperado por maquillar con obras apuradas, lo que no hicieron en 12 meses. Pero los vecinos no somos ingenuos: sabemos distinguir entre gestión seria y marketing electoral.
Frente a este panorama, nuestra responsabilidad es clara. El próximo 7 de septiembre, tenemos la oportunidad de frenar este rumbo. Y para lograrlo, necesitamos que cada uno, más allá de a quién acompañe en el orden provincial o nacional, corte boleta en San Isidro y apoye la lista de Acción Vecinal – San Isidro es Distinto.
Somos la única fuerza con propuestas concretas y con experiencia real de gestión. Sabemos cómo cuidar a nuestros vecinos, cómo mantener la infraestructura de nuestras calles y cómo administrar un sistema de salud municipal que vuelva a priorizar a quienes lo mantienen con sus tasas.
San Isidro nunca vivió semejante retroceso en capacidad de gobierno y valores aplicados para conducir el destino de una comunidad. No se trata de ideologías ni de colores partidarios. Se trata de nuestro lugar en el mundo, donde vivimos, criamos a nuestros hijos y vemos crecer a nuestros nietos. Por eso les pido que juntos, con firmeza y con esperanza, el 7 de septiembre votemos en defensa propia.