La administración de Donald Trump desplegará esta semana, en el límite del mar territorial venezolano en el Caribe, tres destructores equipados con el sistema de misiles Aegis, aviones de espionaje P-8, acorazados, un submarino de ataque y 4.000 marines, según informó Reuters.
Destructor USS Gravely EEUU - AP
AP
Sobre este operativo, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que Estados Unidos está dispuesto a usar "todos los elementos de su poder" para detener el ingreso de drogas a través de sus fronteras y "llevar a los responsables ante la justicia".
Levitt afirmó que el régimen de Maduro "no es el gobierno legítimo de Venezuela. Es un cartel del narcotráfico. Y Maduro no es el presidente legítimo. Es el líder fugitivo de ese cartel, contra el que se han presentado cargos en Estados Unidos por tráfico de drogas hacia su territorio".
Ofensiva republicana
En paralelo, congresistas del Partido Republicano han difundido mensajes en sus cuentas de X en los que increpan directamente a Maduro. La congresista María Elvira Salazar lo vinculó con el tráfico de fentanilo y con el Tren de Aragua, una organización criminal venezolana calificada como terrorista por el Departamento de Estado.
"Es la cabeza de la serpiente criminal, líder de un cartel que envenena a nuestros hijos con fentanilo y exporta al Tren de Aragua para sembrar terror en nuestras comunidades. Maduro tiene que irse y el envío de drogas hacia EEUU debe parar. ¡Sus días están contados!", escribió Salazar.
Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/MaElviraSalazar/status/1957888536775950745&partner=&hide_thread=false
Por su parte, Carlos Giménez, representante republicano por el estado de Florida, se preguntó en su cuenta de X: "¿Qué hará el tirano Nicolás Maduro cuando lleguen los 3 buques destructores de Estados Unidos a las costas de Venezuela? Nicolás, bufón, lárgate a Cuba antes que sea demasiado tarde".4
Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/RepCarlos/status/1957606373468041650&partner=&hide_thread=false
En tanto, el senador Bernie Moreno afirmó la semana pasada, durante una visita a Colombia, que considera que Maduro no permanecerá en el poder más allá de este año. "No toleraremos a un narcoterrorista que inflija daño a los Estados Unidos. Trataremos a los terroristas como Estados Unidos los ha tratado en el pasado. No lo veo en el cargo más allá de finales de este año", aseguró.
Diferencias con 2020
No es la primera vez que Donald Trump impulsa una operación militar con el doble objetivo de combatir el tráfico de drogas y aumentar la presión sobre Nicolás Maduro. En abril de 2020, su administración desplegó efectivos en el Caribe como parte de una operación antinarcóticos, días después de que el Departamento de Justicia presentara cargos por narcotráfico contra el mandatario venezolano.
"Estamos desplegando destructores navales, barcos de combate, helicópteros, aviones de la Fuerza Aérea para labores de vigilancia, y patrullas de la Guardia Costera, duplicando nuestras capacidades en la región", afirmó Trump en ese entonces. Por su parte, el entonces secretario de Defensa, Mark Esper, sostuvo que "el régimen ilegítimo de Maduro en Venezuela confía en los beneficios que le llegan de la venta de droga para mantener su poder opresor".
El contexto actual dista considerablemente del que rodeó la operación de 2020. En aquel momento, la llamada "Expansión Antinarcóticos" fue presentada como una estrategia regional, con respaldo de 22 países. En cambio, la nueva ofensiva impulsada por la administración republicana se desarrolla de forma unilateral y se apoya en un marco legal distinto: la designación de los carteles del narcotráfico como organizaciones terroristas.
Marco Rubio con Trump de fondo - EFE.jpg
EFE
Bajo ese criterio, el secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que Estados Unidos puede "usar agencias de inteligencia, el Departamento de Defensa o cualquier otro elemento del poder estadounidense" para atacar a estas organizaciones criminales.
En abril de 2020, con las elecciones presidenciales a siete meses de distancia, la ofensiva militar impulsada por Trump fue interpretada como parte de una estrategia electoral orientada a consolidar apoyos en Florida, donde el discurso antichavista tiene fuerte arraigo entre sectores del exilio latinoamericano. El anuncio coincidía con el inicio de la pandemia y se leía más como un gesto simbólico que como una acción con objetivos concretos en el terreno.
El despliegue no produjo resultados visibles. Con el paso de los meses, la iniciativa perdió impulso y terminó diluyéndose por completo tras la derrota de Trump frente a Joe Biden. El discurso se desactivó, y el operativo quedó como un episodio sin consecuencias en la correlación de fuerzas en Venezuela.
El escenario actual es distinto. La nueva ofensiva se lanza cuando al líder republicano le restan tres años y medio de mandato, controla el Congreso y promueve una agenda disruptiva en varios frentes.
Maduro activa la milicia
Ante el nuevo escenario, Maduro endureció su discurso antiimperialista y ordenó la movilización de la Milicia Nacional, un cuerpo adscrito a la Fuerza Armada que, según cifras oficiales, reúne a cuatro millones de integrantes con algún nivel de instrucción militar. En paralelo, instó a activar "todos los mecanismos necesarios" para garantizar la defensa de la soberanía nacional.
Venezuela - milicias bolivarianas - AFP
Maduro ordenó la movilización de la Milicia Nacional
AFP
"Y además, vamos a seguir avanzando en el plan de activación de las milicias campesinas y de las milicias obreras, con los cuerpos de combatientes obreros en todas las fábricas y centros de trabajo del país", adelantó Maduro.
La Milicia Nacional, concebida bajo los principios de la guerra asimétrica, ocupa un lugar estratégico. Su existencia responde a una lógica que contempla, como hipótesis permanente, la posibilidad de una agresión externa o de una articulación interna de actores opositores que busquen desestabilizar la permanencia del chavismo en el poder.
Al mismo tiempo, la Cancillería venezolana emitió un comunicado donde afirmó que las "amenazas" de Estados Unidos revelan su "falta de credibilidad" y comprometen la estabilidad de la región.
"Estas amenazas no solo afectan a Venezuela, sino que ponen en riesgo la paz y estabilidad de toda la región, incluyendo la Zona de Paz declarada por la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), espacio que promueve la soberanía y la cooperación entre los pueblos latinoamericanos", afirmó la Cancillería.