Para participar a nivel latinoamericano, los chicos primero tuvieron que concursar en la Olimpíada uruguaya que consta de tres instancias. La primera es vía internet y participan entre 1.500 y 2.000 chicos de todos los departamentos. De los 200 que salvan la primera prueba se seleccionan 50 o 60 por medio de otro test online. Por último hay una instancia presencial que se hace en Montevideo, en la que unos 10 o 15 jóvenes quedan seleccionados como ganadores de la Olimpíada uruguaya.
A Chile, donde se realizó la edición latinoamericana, finalmente viajaron cinco chicos, acompañados por tres líderes. La competencia regional incluyó cuatro pruebas: una grupal, una individual, una de observación y otra que implicaba armar -y hacer funcionar- un cohete de agua.
De los 48 estudiantes de unos 10 países que compitieron, la mayoría obtuvo medallas y en los casos que no, tuvieron una mención de honor. Según contó a El Observador Jorge Ramírez, uno de los líderes, la idea es que "todos sean enriquecidos, que todos sean ganadores".
Mareco, de 17 años, estudiante del liceo en Suárez, Canelones y quien ganó la medalla de oro, aseguró a El Observador que "fue la mejor semana" de su vida. A pesar de que fue a ganar, después de conocer al resto de las delegaciones, "la medalla queda como algo secundario", afirmó. Según comentó, algunas de las pruebas que hicieron fueron, por ejemplo, calcular el brillo total de una agrupación de estrellas, alinear un telescopio o ubicar astros en el cielo.
"Uno se termina encariñando con la astronomía", aseguró Mareco, "La astronomía es preciosa y todo el mundo debería tener la oportunidad de estudiar esta ciencia", aseguró. Él prevé comenzar el Instituto de Profesores de Artigas (IPA) como profesor de física y después ver cómo sigue, pero dentro del área de astronomía y física.
Iris Gómez de Melo, Cerro Largo, ganadora de una de las medallas de plata, destacó a El Observador el buen ambiente del torneo. Ella ganó el premio a mejor embajadora de Uruguay, ya que hablaba con todos y se sacaba fotos con banderas de otros países.
La joven de 17 años descubrió su pasión por la astronomía con tres años, cuando una maestra le explicó que el sol era una estrella. A partir de ese momento, comenzó a interesarse por el tema y cuando estaba en la escuela supo que había una Olimpíada en la que seguro participaría cuando creciera.
Gómez comentó que en este viaje cumplió dos de sus sueños, participar en la Olimpíada y conocer el Observatorio Paranal de ESO (European Southern Observatory), uno de los observatorios más grandes del mundo, localizado a 130 kilómetros al sur de la ciudad de Antofagasta y a una altitud de 2.600 metros.
Por su parte, Gastón Humedes, de 18 años, ganó la medalla de plata por segunda vez, y dijo a El Observador que su interés por la astronomía comenzó en cuarto de liceo, cuando un profesor le dio la invitación a la Olimpíada nacional y lo orientó.
Humedes es de Salto y al contrario de sus compañeros, está haciendo la orientación humanístico con la idea de hacer Ciencias Políticas. Él coincidió con Gómez: "Si bien vas a competir, hay un ambiente de compartir, un espíritu de amistad. Ahí ves como la gente está junta y se ayuda. Eso es lo que más rescato", aseguró.
Según comentó Ramírez, para solventar el viaje tuvieron mucho apoyo, que incluyó desde colectas impulsadas por profesores de las instituciones a las que asisten los jóvenes, el Ministerio de Educación y Cultura, Secundaria, el LATU e incluso el planetario, poniendo a disposición el lugar para lo que ellos necesitaran.
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