SMI, es una Institución de gran porte, que alcanzó el equilibrio exacto en cuanto a dimensión de su oferta asistencial en los 3 niveles de atención. Cuenta con 127000 afiliados, 95 % de los cuales son a través de FONASA, con un padrón que demográficamente es una réplica de la realidad del país, con 17% de adultos mayores y una gran población laboralmente activa, principalmente montevideanos. Por esto nuestra oferta asistencial tiene un nivel ambulatorio muy fuerte, con una ecuación costo – calidad que nos distingue, donde las consultas a domicilio para la población FONASA son sin costo, lo cual desde sus orígenes ha supuesto un énfasis especial a la satisfacción de la demanda en este nivel de atención.
En el nivel Sanatorial, nuestro moderno edificio construído en 2019 hoy es un motivo de satisfacción, por su calidad arquitectónica en construcción hospitalaria.
Finalmente SMI, agrega un tercer nivel de atención con 6 CTI: 4 de ellos de adultos (cardiológico, neurocrítico, polivalente y de cirugía cardíaca), 1 neonatológico y otro pediátrico. A estos servicios, se suma una unidad Hemato Oncológica y el Centro de Trasplante de Médula Ósea, que funciona como una unidad crítica de cuidados intermedios, para uno de los IMAES propios que SMI brinda a sus usuario y que se suma al IMAE nefrológico con el Servicio de Hemodiálisis Crónica y de Agudos, adicional al Servicio de Diálisis Peritoneal. Finalmente, contamos con un IMAE Cardiológico a cargo del Instituto Nacional de Cirugía Cardíaca que brinda sus servicios desde nuestro sanatorio.
Todo esto hace que nuestras casi 300 camas de segundo y tercer nivel de atención sanatorial tengan soporte asistencial para las más variadas y complejas patologías, distinguiendo a SMI como centro de referencia en varias áreas.
Desde su creación, SMI atravesó épocas de crisis, tanto económicas como del mutualismo y una reforma integral del sistema de salud ¿cómo hizo la institución para mantenerse estable durante esas épocas?
Por supuesto que las crisis del país, del sector y las propias, no nos fueron ajenas. Si podemos decir que cuando se atraviesan estas crisis, que las organizaciones humanas de servicios de salud, pueden aprender de sus errores o no hacerlo y exponerse a repetirlos.
SMI aprendió en clave de unidad y austeridad. Por un lado con la unidad de su asamblea de socios médicos cooperativistas y la unidad de su Consejo Directivo, órgano superior que brinda apoyo constante, a los cargos de Dirección General y Dirección Técnica.
Por otra parte, con austeridad en el manejo de sus finanzas, de sus inversiones, de su comunicación publicitaria y de los RRHH. Esto sumado al compromiso con la calidad asistencial,que es parte de la genética de sus médicos cooperativistas, y de una institución dirigida por médicos.
Hoy todo el mutualismo atraviesa un momento complejo; la pandemia puso a prueba a todos los prestadores integrales de salud, y considero que salvamos con nota dicha instancia. Pero también dejó secuelas, cambios epidemiológicos, impactos económicos financieros en los prestadores y nuevos paradigmas asistenciales, a los que nuevamente debemos adaptarnos. La inmediatez de respuesta se expresa en la demanda de nuestros afiliados y en la de nuestros RRHH, que brindan el servicio.
El SMI está dentro de los 5 principales prestadores de salud privados del país, ¿qué implica esa responsabilidad?
Es así, por padrón de afiliados ocupamos en el mutualismo el cuarto lugar; y por cantidad y complejidad de servicios brindados, uno de los primeros. Esto supone entender y valorar el rol que cumplen nuestros RRHH asistenciales y no asistenciales, visibles e invisibles, en forma simultánea e integrados como un gran puzle humano, que responde a esta cultura organizacional, en forma oportuna y responsable, en este momento, se están produciendo cientos de actos médicos y no médicos asistenciales, en todos los niveles de atención, en nuestra diferentes sedes.
Si bien es imposible lograr que todas las experiencias de servicio sean 100% satisfactorias, nos caracteriza la voluntad de aprender de nuestros errores y corregirlos con acciones de mejora contínua. Por eso tenemos servicios de formación continua, tanto en las áreas médicas como de enfermería, encargados del mantenimiento de un bien cada día más complejo como conocimiento de los equipos asistenciales, su protocolización, actualización y difusión.
¿Cuál es el sello distintivo del SMI frente a otros prestadores?
Soy un defensor del sistema mutual y de las Instituciones de Asistencia Médica Colectiva (IAMC) como expresión de un modelo asistencial y organizacional histórico y probado durante la mayor de las pruebas de fuego en todos los niveles de atención, que fue durante la pandemia. Durante ese período brindamos soporte asistencial a distancia así como en domicilio, en un momento en el que el “quedate en casa” era imperativo. Allí nuestros afiliados FONASA pudieron recibir a todos nuestros médicos a domicilio sin costo, en un momento muy complejo a nivel sanitario y económico para las familias de nuestros socios.
Otro de nuestros diferenciales, que en la post pandemia ha visto aumentado fuertemente la demanda, es nuestro departamento odontológico propio. Allí contamos con más de 90 profesionales odontólogos, higienistas y asistentes dentales.
Verdaderamente consideramos que SMI, es el prestador de Salud con el mayor desarrollo odontológico propio del mutualismo y para nosotros, la salud bucal está en la base de la preservación de la salud general.
¿En qué se beneficiaron los usuarios con la inauguración del nuevo sanatorio y la nueva emergencia?
El crecimiento en infraestructura no es un fin en sí mismo sino el necesario equilibrio de poner al usuario y su demanda asistencial en el centro de nuestra visión organizacional. Hoy hemos alcanzado ese equilibrio que nos permite contar con una infraestructura moderna y de dimensiones acordes a las necesidades de nuestros afiliados.
Claramente ganaron en confort y calidad de la respuesta asistencial gracias al modelo de triage de asistencia, que prioriza a los pacientes por gravedad de patología y necesidad de inmediatez en la respuesta.
¿Cuál es el nivel actual de recursos humanos de SMI ?
SMI tiene al día de hoy unos 3000 funcionarios no médicos y unos 1500 funcionarios médicos aproximadamente.
A nivel asistencial, ¿cuáles son las políticas de prevención en las que el SMI está enfocado actualmente?
Desde hace años SMI diseñó sus propios objetivos sanitarios en materia de prevención, muchos de los cuales están incluidos en las metas del MSP y otros que no, pero que son objetivos sanitarios del país.
Uno de ellos es el cese del tabaquismo: contamos con policlínicas especializadas a tal fin para dar respuesta a este flagelo. Otra es la policlínica de obesidad, vértice o punta de iceberg, que arrastra otras enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como son la hipertensión arterial, dislipemias, Diabetes y enfermedades cardio y cerebrovasculares.
También creamos la policlínica de apoyo a la lactancia materna: SMI tiene certificación en calidad de MSP y UNICEF como Institución Amiga en buenas prácticas de alimentación del lactante y el niño pequeño.
¿Cómo se adaptó la institución y sus socios a los procesos de transformación digital que están atravesando?
Este proceso de cambio, lo atraviesan todos los prestadores de salud, en mayor o menor grado. La universalización y acceso médico a la información, contenida en la Historia Clínica Electrónica en todos los niveles de atención, en todos los puntos geográficos, y en cualquier prestador de cualquier localidad, ha requerido tiempo, una inversión económica importante, logística organizacional y cambio cultural.
Sabemos que la adaptación a estos cambios no es rápida, sobre todo si pensamos en la población con más dificultades adaptativas, como los adultos mayores, acostumbrados a los recordatorios en papel físico. Pero lo estamos haciendo con el gradualismo lógico que estos tiempos requieren