Madrid y Cataluña son, con diferencia, las dos mayores economías regionales de España, seguidas a cierta distancia por Andalucía. Su rivalidad económica (y en otros ámbitos) viene de lejos, de una etapa en que la economía catalana, gracias su floreciente industria y a su potente sector turístico, era la reina del PIB español. Sin embargo, las tornas cambiaron con el procés, sobre todo a partir de 2017, cuando el referéndum ilegal y la efímera declaración unilateral de independencia provocaron un estampido empresarial sin precedentes del que Cataluña está aún muy lejos de recuperarse.
La economía catalana se resintió y Madrid, que supo (y sigue sabiendo) jugar sus cartas, le dio el sorpasso definitivamente en 2017. No era la primera vez que el PIB madrileño superaba en tamaño al catalán: ya ocurrió puntualmente en 2012 y, aunque entonces no se consolidó, Madrid pisó desde entonces los talones al PIB catalán hasta rebasarlo cinco años después. Desde entonces, la brecha entre Madrid y Cataluña no ha parado de crecer. Y han transcurrido más de ocho años.
En 2024, ambas economías crecieron un 3,6%, una décima más que el PIB nacional, según los datos de la Contabilidad Regional publicados ayer por el INE, que incluyen ya las recientes revisiones del instituto estadístico. Sin embargo, el PIB madrileño alcanzó los 316.242 millones de euros, mientras que el catalán fue de 301.894 millones; esto es, 14.348 millones menos, o, si se prefiere, la economía madrileña es un 4,7% superior en volumen a la catalana.
Es la diferencia más abultada desde que en 2017 se produjo el adelantamiento económico, poniendo de relieve que la brecha entre ambas economías no solo no se reduce sino que se hace cada vez más grande. Si en 2016, antes del referéndum ilegal, ambas economías representaban en torno al 19% del PIB nacional (el 19,08% la catalana y el 19,05% la madrileña) en 2024 Cataluña ha menguado al 18,9%, mientras que Madrid ha escalado al 19,8%.
Las recetas de Salvador Illa
Pese a los esfuerzos de Salvador Illa desde la presidencia de la Generalitat para intentar frenar este declive impulsando una política de retorno a la "normalidad institucional" y un plan inversor a cinco años de 18.500 millones para que Cataluña "recupere el liderazgo económico" (todo ello entreverado en los últimos tiempos con críticas a Madrid, a la que acusa de dumping fiscal e incluso de insolidaria por bajar los impuestos cuando es la región que más aporta a la caja común de las CCAA), lo cierto es que el tejido empresarial sigue sin fiarse. Y prueba de ello es que de las más de 9.500 empresas que han abandonado Cataluña desde 2017, apenas habían retornado hasta agosto 739, menos del 8% del total, según datos de Informa D&B, poniendo de relieve que tras perder la confianza es muy difícil recuperarla.
Por contra, Madrid ha sabido aprovechar la tesitura ahondando en su política de progresivo alivio fiscal; suprimiendo burocracia, profundizando en su libertad comercial y preservando su estabilidad política e institucional, de modo que es la región que lidera la creación de empresas y de empleo y también la que, con gran diferencia, más inversión extranjera atrae, incluso en un entorno de fuerte caída como el que está viviendo España este año (un 60% hasta junio) fruto de la incertidumbre internacional pero también de la inseguridad jurídica y regulatoria que el país proyecta hacia el exterior.
Aunque Madrid y Cataluña son las que más pesan en el PIB nacional (suman el 38,7%), en términos porcentuales fueron Murcia, Canarias y Baleares las que más crecieron en 2024: un 4,5%, un 4,4% y un 4,2%, fruto de un año turístico récord en ingresos y llegada de turistas extranjeros. Por contra, Cantabria y País Vasco, una economía industrial ya madura, registraron los menores avances: 2,3% y 2,8%, seguidos de Extremadura y Galicia, ambas con un alza del 3%.
PIB per cápita: Solo Madrid y País Vasco superan la media de la UE
El crecimiento de los últimos años ha impulsado, en mayor o menor medida, el PIB per cápita en el conjunto de las comunidades autónomas españolas, donde, sin embargo, los datos siguen siendo un mosaico de asimetrías, con grandes diferencias entre unas autonomías y otras y especialmente entre la más rica, Madrid, con un PIB per cápita de 44.755 euros en 2024 y la más pobre, Andalucía, con 24.566 euros (sin contar Ceuta y Melilla, donde las cifras son aún menores: 23.228 y 21.128 euros).
Además, pese a la que la economía española creció en 2024 un 3,5% frente al 1% que lo hizo el conjunto de la UE, solo dos comunidades españolas, Madrid y País Vasco (con 41.016 euros) superaron la renta per cápita promedio de los 27, que el año pasado se situó en 39.870 euros.
Tampoco son muchas más las autonomías que rebasan el promedio nacional, que en 2024 fue de 32.633 euros. Además de Madrid y País Vasco, por encima de la media española cerraron Navarra, con un PIB per cápita de 39.076 euros; Cataluña, con 37.426; Aragón, con 36.446; Baleares, con 36.011, y La Rioja, con 34.475 euros.
Es llamativa la diferencia entre Madrid y Cataluña: los ciudadanos de la primera superan en 7.329 euros a la segunda, algo que se explica por el mayor volumen de PIB pero también por la mayor población de Cataluña: 8,1 millones de habitantes frente a los 7 millones de Madrid. Tras Andalucía, las ratios de PIB per cápita más bajas se registraron en Extremadura (25.227 euros), Canarias (25.925) y Murcia (26.572)
FUENTE: RIPE - EXPANSIÓN