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9 de mayo 2024 - 5:00hs

Contrario a la tendencia histórica, en la que predominaban el cuestionamiento o el recelo hacia el éxito, en los últimos años los uruguayos empezaron a ser un poco más benévolos con sus ídolos. Ahora se los celebra sin muchos ambages, y hay una galería de íconos indiscutibles entre los que se incluye Rubén Rada.

Ahora que además pasó la barrera de los 80 años, a Rada se lo festeja constantemente. Por supuesto, hay motivos sobrados para que en esta etapa de su vida reciba estos homenajes: el valor de su obra, su vigencia, su rol como embajador musical uruguayo, el impacto que ha tenido en la música popular y el carácter festivo que impone cada vez que sube a un escenario, más allá de que en su cancionero también hay temáticas serias y hasta letras sobre cuestiones sociales.

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El documental, dirigido por Luis Ara (prolífico realizador, encargado de documentales como Gonchi: la película y Jugadores con patente, además de distintas producciones para Netflix), tiene también un tono de celebración, y de hecho, el marco de la narrativa de la película es la preparación del show que Rada dio en el Auditorio del Sodre para festejar sus ocho décadas de vida.

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Este es, sin mucho margen para la duda, un documental oficial. Sin ir más lejos, el propio Rada, su esposa y mánager Patricia Jodara y su hijo Matías aparecen como productores ejecutivos del filme. A lo largo de sus breves 70 minutos, la historia personal y la trayectoria de Rada son contados desde su perspectiva y la de su familia, salpicadas por algunos apuntes y por supuesto, elogios de parte de una lista de colegas que incluye a nombres clave de la música rioplatense: Fito Páez, David Lebón, Emiliano Brancciari, Sebastián Teysera, Sandra Mihanovich y Hugo Fattoruso, entre otros.

Su duración hace que la propuesta de Rada: la película sea la del repaso somero de su carrera y las distintas etapas que la integran (Hot Blowers, El Kinto, Tótem, Opa y su camino solista), sin profundizar demasiado. Algún melómano se podrá sentir frustrado, pero esto es un trabajo pensado para un público masivo. No habrá análisis musicales sesudos, aunque si algunas pinceladas que sugieren cómo y por qué Rada ha alcanzado su posición como ícono, y por qué ha logrado el reconocimiento, los premios y los aplausos que cosechó en Uruguay, Argentina y más allá. O sea, nada que no sepamos: que Rada es un grande.

Y aunque por el lado musical pueda dejar gusto a poco, tiene dos aspectos que lo hacen atractivo para quienes ya tengan más masticado el recorrido artístico de Rada o que conozcan al dedillo los rasgos claves de su vida, desde su infancia marcada por la pobreza hasta su trabajo en televisión, su apuesta por el candombe y la influencia que tuvo entre colegas de distintas generaciones.

Por un lado, el gran material de archivo que ofrece el documental, sobre todo las grabaciones íntimas y domésticas de la familia Rada o los detrás de escena de algunos shows, sumados a archivos de entrevistas o presentaciones en televisión, festivales o donde fuera.

Y asociado a eso, los testimonios del propio Rada, su esposa y sus tres hijos. La perspectiva familiar es la más novedosa en este relato: desde sus hijos descubriendo la celebridad de su padre al volver a Uruguay tras una vida fuera de fronteras, hasta las mudanzas obligadas por la carrera paterna, o algunos detalles de la dinámica del clan son los principales aportes de la película.

A eso se suma el relato de Rada sobre cómo su éxito artístico no siempre se ha condicho con el buen pasar económico, sobre todo en cuanto a sus ingresos en Uruguay, una situación que lo ha obligado a emigrar en distintas etapas o a realizar de forma consciente ciertas decisiones creativas hechas con la intención de facturar. Queda claro el dolor que le produce a Rada – que sin ir más lejos hace algunos años declaró a El Observador “ya me retiré una vez, pero me toqué el bolsillo y me di cuenta de que no podía parar” – que una serie de factores le hayan hecho más difícil de lo que uno pensaría vivir de la música.

La prolífica, diversa y extensa carrera de Rubén Rada perfectamente podría ameritar una serie completa sobre su vida, o una película mucho más extensa que tenga el tiempo para zambullirse con más profundidad en algunos puntos que aquí quedan solamente consignados. Aunque no hay nada de malo en este repaso fugaz y conciso sobre la vida de uno de los pilares de la música uruguaya. De hecho, nos recuerda algo que ya sabemos, pero que nunca está de más repetir: la grandeza y la importancia de Rada.

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Ruben Rada Fito Páez

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