21 de diciembre 2025 - 10:11hs

De abogado penalista a fenómeno político, Abelardo de la Espriella escala en las encuestas con un discurso de extrema dureza. Se presenta como “un tigre que ruge en la selva de la historia sin temor”, prometiendo mano firme contra el narcoterrorismo, reducción drástica del Estado y un programa social para “matar el hambre” de millones de colombianos. Su irrupción mueve el tablero de la campaña presidencial y le da rostro a un movimiento de derecha radical en Colombia.

Los sondeos de Invamer y del Centro Nacional de Consultoría efectuados en noviembre lo ubicaron en el segundo lugar de la intención de voto con 18% y 14%, respectivamente. Si bien son cifras distantes del senador de izquierda Iván Cepeda, que lideró con 31%, se colocó muy por encima de los aspirantes de la derecha tradicional, que en esta fase inicial no han superado el 4%. El “tigre” gana visibilidad tanto en las redes sociales como en actos multitudinarios, como el realizado en el Movistar Arena de Bogotá, donde reunió a 15.000 “defensores de la patria”.

Abelardo de la Espriella - acto en Bogotá - EFE

Sus propuestas se inspiran en líderes como Nayib Bukele en El Salvador, Javier Milei en Argentina y Donald Trump en Estados Unidos. “Contra el narcoterrorismo que Petro ha mimado, mano de hierro como Bukele. Contra el derroche del Estado, recorte con medidas económicas como las de Milei. Contra el caos y la tiranía de la izquierda radical, determinación como la que ha tenido el presidente Trump”, afirmó recientemente.

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En el evento del Movistar Arena, De la Espriella reunió a humoristas del popular programa televisivo Sábados Felices, veteranos del ejército y al influencer mexicano Daniel Habif. Además, a través de videos, recibió el respaldo de la senadora estadounidense María Elvira Salazar y del argentino Agustín Laje, politólogo y férreo crítico de la izquierda. Los asistentes entonaron la “Oración Patria” para subrayar el compromiso con la defensa del país.

En sus intervenciones, en clara alusión a su clasificación como exponente de la extrema derecha, el antiguo litigante de 47 años —hoy dedicado, entre otros negocios, a comercializar su marca de ron, Defensor— reivindica lo que denomina “extrema coherencia”.

Con un tono de catecismo político que reafirma valores tradicionales y mano dura frente al crimen, en sus eventos interpela al público con preguntas directas: “¿Creen en Dios? ¿En la familia como núcleo de la sociedad? ¿En la autoridad y en el cumplimiento de la ley? ¿En que los criminales deben ir a una cárcel de verdad y pagar por sus delitos? ¿Que los bandidos que no se sometan y pretendan arrodillar a la sociedad tienen que ser dados de baja? ¿En la protección de la propiedad privada, en la lucha contra la pobreza y en la economía libre de mercado? ¡Bienvenidos a la extrema coherencia!”.

Su plan de gobierno contempla una reducción del 40% en el tamaño del Estado, la creación de un bloque de “búsqueda anticorrupción” y el programa Matemos el Hambre, bajo el argumento de que “12 millones de compatriotas se van a la cama con una sola mala comida”. A ello suma su oposición al “genocidio del aborto” y la denuncia de que “las universidades y los colegios se transformen en trincheras ideológicas de adoctrinamiento progresista”.

Abelardo de la Espriella - EFE

Orden público en jaque

El despegue de la candidatura de De la Espriella, centrada en la promesa de mano dura, ocurre en un escenario donde la seguridad se ha convertido en la principal preocupación de los colombianos. El más reciente sondeo de Invamer confirma que el orden público es percibido como el mayor problema del país, en medio del fracaso del plan de “paz total” y la expansión de la narcoguerrilla.

Este clima tiende a empeorar con hechos como el paro armado decretado por el ELN la semana pasada y el ataque con drones contra una base militar en zona rural de Aguachica, en el sur del Cesar, que dejó seis soldados muertos y 31 heridos.

Tatiana Niño, politóloga y coordinadora de la Fundación Konrad Adenauer en Colombia, subraya que en este contexto “por supuesto que un discurso como el de Abelardo de la Espriella, que asegura que va a solucionar este problema, encuentra sintonía”. “El Tigre” promete que en su gobierno habría “fumigación de los cultivos ilícitos, bombardeo a los campamentos narcoterroristas y una ley especial contra el vandalismo y el terrorismo humano”.

Defensas polémicas

Algunos de los reparos a su figura política provienen de las sombras que arrastra de su pasado como abogado. Dos nombres concentran buena parte de esas críticas: Alex Saab, señalado como operador financiero de Nicolás Maduro y procesado por lavado de dinero en Estados Unidos, y David Murcia Guzmán, creador de la firma DMG, responsable de una pirámide que dejó en la ruina a más de 200.000 clientes.

Maduro con Alex Saab - EFE.webp
Maduro con Alex Saab

Maduro con Alex Saab

“Yo creo en la unión para rescatar a Colombia de las garras de la izquierda radical. Pero toda mi vida como periodista he denunciado a los criminales y a los corruptos. Por eso no me uniría con quien los ha defendido y ha vivido de ellos. No se puede estar en contra del narcodictador Nicolás Maduro y recibir pagos de su principal testaferro Alex Saab, para tratar de sacarlo en limpio”, señaló Vicky Dávila, precandidata y exdirectora de la revista Semana.

El exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa señaló, en referencia a David Murcia: “Quiero ver a alguien que haya trabajado por los pobres, no a alguien que haya sido abogado de personajes que tumbaron a cientos de miles de pobres”.

De la Espriella ha optado por señalar que no debe ser juzgado por su actuación como abogado, indicando: “Yo no tengo ni una sanción disciplinaria, ni una sanción penal después de haber litigado 22 años, y la actividad del penalista es tan legal que cuando una persona no tiene dinero para pagarlo el Estado se lo asigna”.

Guiños a Uribe

Por ahora, la derecha ha preferido obviar el ascenso de De la Espriella, quien asegura que sondeos recientes —no divulgados públicamente— lo ubican en primer lugar en la intención de voto, incluso en un eventual balotaje frente al candidato del oficialismo, Iván Cepeda.

Paloma Valencia con Uribe - AFP
Paloma Valencia, candidata del Centro Democrático, junto a Uribe

Paloma Valencia, candidata del Centro Democrático, junto a Uribe

Sin embargo, el tablero político aún está lejos de definirse. El partido del expresidente Álvaro Uribe, Centro Democrático, acaba de elegir como su candidata a la senadora Paola Valencia, y está por verse hasta dónde puede crecer su campaña. De la Espriella, por su parte, ha enviado mensajes que dejan entrever su disposición a una alianza después de la primera vuelta de las elecciones previstas para el próximo 31 de mayo.

“Yo celebro que Paloma hoy sea la candidata del Centro Democrático, porque eso va decantando las cosas y creo que en algún momento nos encontraremos, porque si tengo algún aliado natural es el Centro Democrático”, dijo De la Espriella, aludiendo a la posibilidad de futuros acercamientos con el uribismo.

Al mismo tiempo, frente a quienes advierten que en un balotaje su imagen radical jugaría en contra de sus opciones de triunfo, el candidato se muestra confiado y responde en tono desafiante: “Hace tres meses decían que esto era una payasada; ahora dicen que paso a segunda vuelta, pero que no le ganó a nadie en esa instancia. Miren por dónde va el discurso, sigan pensando eso, yo no tengo problema”.

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