5 de diciembre 2025 - 9:08hs

En la conversación telefónica que mantuvieron Nicolás Maduro y Donald Trump, el mandatario venezolano supuestamente condicionó su salida del poder a una lista de exigencias. Entre ellas, que Delcy Rodríguez, su vicepresidenta y actual ministra de Petróleo, quedase al frente de un gobierno interino. La mención no es casual: “Delcy”, como se le suele llamar en Venezuela, es una de las manos más poderosas del régimen y cumple un rol decisivo en la coalición que sostiene a Maduro en el poder.

Abogada especializada en derecho laboral, Delcy Rodríguez quedó en segundo plano durante la etapa de Hugo Chávez. Con la llegada de Maduro, sin embargo, pasó a ser una figura decisiva en el viraje económico del chavismo, tras el desgaste del modelo centrado en la expansión del Estado. Bajo su mando, el Gobierno tendió puentes con el empresariado y tejió una alianza con grupos económicos que, como señala un banquero, “son tan importantes como los actores políticos o militares de la cúpula en el poder”.

Delcy Rodríguez 27-11-25 - EFE

Desde el Consejo Superior de Economía, bajo su control, la vicepresidenta impulsó la derogación de facto de los controles y el traspaso de empresas estatizadas al sector privado bajo la consigna de “cero publicidad”. Abrió la relación con asesores externos, promovió las transferencias de bonos a la población y, desde que asumió el mando del área petrolera, gestionó contratos que han contribuido al crecimiento de la producción. Fuentes cercanas al proceso advierten que se trata de una reforma imperfecta e incompleta, pero que permitió mejorar la economía frente al colapso de 2019.

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Entre 2013 y 2019, Venezuela se hundió en la hiperinflación y en una recesión que redujo el tamaño de su economía a una cuarta parte. Desde entonces, el país ha iniciado un crecimiento lento, concentrado en sectores como alimentos, salud y petróleo, mientras la hiperinflación quedó atrás. El impacto de la etapa más severa de la crisis persiste en forma de una profunda desigualdad y segmentos de la población con remuneraciones precarias.

Conocedores de las reformas económicas señalan que Rodríguez ha sido la articuladora de los pocos roles de mejor funcionalidad que conserva el chavismo. Explican que es una figura clave para Maduro porque le aporta algo que no le aportan los demás: capacidad técnica y pragmatismo.

En noviembre de 2024, Maduro bromeó sobre el papel de su vicepresidenta, al anunciar que la nombraba “rectora de la economía productiva y de calidad de Venezuela”. El comentario surgió después de que Trump anunciara que Elon Musk tendría un cargo en su nuevo gobierno.

Maduro, entre risas, explicó: “Así como Trump le creó un cargo por allá a una persona en Estados Unidos, yo, siguiendo el ejemplo de Trump, voy a crear un nuevo cargo aquí: rectora de la eficiencia económica, rectora de la calidad y la producción… Aprobado, pues”. Y añadió: “No tendrá satélites en el espacio, pero tiene cerebro, compadre, que es lo que hace falta”.

El poder en la sombra

En octubre de 2024, durante la Asamblea de Fedecámaras, el gremio que agrupa a la empresa privada, Delcy Rodríguez invitó a los empresarios a incorporarse a la industria energética. “El presidente Nicolás Maduro ha llamado a que empresarios venezolanos puedan participar en petróleo, gas y petroquímica, que no sea solo inversión internacional. ¿No les gustaría invertir en este sector?”, dijo ante la audiencia.

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Más allá de lo que se ventila públicamente, fuentes señalan que existe un componente a la sombra en el rol de la vicepresidenta: su relación con el nuevo tejido empresarial que ha surgido en los últimos años. Ella es descrita como “la capitana” de esos grupos, un conjunto de compañías funcionales a la estrategia del gobierno y claves para su permanencia.

Ante la pregunta de por qué Maduro habría planteado que Rodríguez dirigiese un gobierno interino, las opiniones coinciden en que ella podría garantizar “cierta estabilidad” entre estos actores económicos vinculados al chavismo y a la coalición gobernante. Se trata de grupos que han acumulado fortunas inmensas y controlan amplias cadenas de valor en el país.

Hoy, afirman las fuentes, la mayor autoridad sobre ellos la ejerce Delcy Rodríguez. En este sentido, es vista como la figura capaz de “mantener la precariedad estabilizada” y asegurar que el chavismo retenga cuotas de poder que le garanticen impunidad en un eventual escenario de transición. Un aspecto clave es que lo haría en tándem con su hermano, Jorge Rodríguez.

El operador político

Psiquiatra de profesión y amante de la poesía, Jorge Rodríguez es actualmente presidente del Parlamento y estratega político. Entre las definiciones que circulan, se le atribuye haber creado un verdadero “ministerio para la oposición”. Bajo esa lógica, ha desarrollado la estrategia de cooptación de adversarios, la división interna de sus partidos, la erosión de su credibilidad y la incorporación de cuadros opositores al chavismo.

Maduro con Delcy y Jorge Rodríguez - 26-11-25 - EFE
Maduro con Delcy y Jorge Rodríguez

Maduro con Delcy y Jorge Rodríguez

Jorge Rodríguez ha sido el principal negociador de Maduro en los procesos de diálogo con la oposición y Estados Unidos. Fuentes lo describen como un operador hábil, capaz de conducir conversaciones complejas.

Entre 2014 y 2023, la administración de Maduro participó en cinco rondas de negociación con distintos facilitadores —como Noruega o Unasur— y en escenarios diversos, desde México y República Dominicana hasta Barbados. El desenlace fue siempre el mismo: Maduro ganó tiempo para sostenerse en el poder, los acuerdos terminaron incumplidos y la oposición se debilitó.

Además de su papel como negociador, Jorge Rodríguez ha sido un actor relevante dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la principal estructura política del chavismo. Fuentes recuerdan que estuvo entre los responsables de su conformación y que, desde entonces, ha tenido un rol central en la maquinaria electoral oficialista. En los últimos años, ha coordinado al menos siete campañas nacionales.

Analistas sostienen que la razón por la cual Nicolás Maduro consideraría a Delcy Rodríguez como posible sucesora radica en la dupla que forma con su hermano Jorge. Ella encarnaría la dimensión económica del chavismo, mientras él concentraría la estrategia política y la conducción partidista. Juntos representaría un engranaje que dotaría al oficialismo de capacidad de maniobra en un eventual escenario de transición.

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