El Observador Estados Unidos | Katharine Pichardo-Erskine

Por  Katharine Pichardo-Erskine

Presidenta y CEO de Latino Victory
12 de septiembre 2025 - 10:46hs

Donald Trump llegó a la Casa Blanca con la promesa de "hacer grande a Estados Unidos otra vez", y en cada mitin de campaña garantizó que traería prosperidad económica, bajaría los precios y pondría más dinero en los bolsillos de las familias trabajadoras. Pero por lo que hemos visto, nada más lejano de la realidad. La evidencia es clara: Trump ha fallado espectacularmente, y quienes estamos pagando el precio más alto somos los latinos.

El propio Trump dijo que reduciría los precios "desde el primer día". Pero hoy, tras siete meses de su presidencia, los precios se han disparado. La inflación subió 2,9%, el salto más alto en ese periodo, y se refleja en lo más básico de nuestra vida diaria: la renta, la comida y el transporte son cada vez más caros, en gran parte por los aranceles impuestos torpemente por el presidente a otros países. En lugar de bajar el costo de vida, Trump ha vuelto todo más caro, y por lo que parece, la situación sólo va a empeorar.

Los números hablan por sí solos. La carne está en su nivel más alto en 40 años. El café ha subido 13%. Los huevos, más de 20%. Para cualquier familia trabajadora, estas cifras no son estadísticas: son platos vacíos en la mesa y la angustia de no llegar a fin de mes. Para los latinos, el golpe es aún más fuerte porque gastamos un porcentaje mayor de nuestros ingresos en comida, vivienda y transporte que el promedio nacional.

Las consecuencias son devastadoras. Uno de cada cinco hogares latinos sufre inseguridad alimentaria, es decir, no sabe si tendrá suficiente comida para la semana. La mayoría de los inquilinos latinos viven en la raya "cost-burdened", gastando más del 30% de sus ingresos en pagar la renta. Y mientras los precios suben, los programas que ayudaban a las familias trabajadoras a sobrellevar las dificultades han sido recortados. Cinco millones de personas fueron eliminadas del programa de asistencia alimentaria SNAP. Diecisiete millones perdieron su cobertura médica o Medicaid. Y en solo siete meses, más de dos millones de personas tuvieron que solicitar ayuda por desempleo.

El panorama laboral también se está deteriorando a pasos agigantados. La semana pasada, la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics) reportó un dato histórico: por primera vez desde abril de 2021, Estados Unidos tiene más personas desempleadas que vacantes de trabajo disponibles. En otras palabras, encontrar empleo se ha vuelto mucho más difícil. Cada día se abren menos oportunidades y crecen los despidos, una señal inequívoca de que estamos peligrosamente cerca de una recesión.

Latinos en Texas - EFE

Estas son las grietas que revelan la realidad detrás de la fachada de Trump. Su promesa vacía de mejorar la economía literalmente nos está costando la salud y la fortaleza del país. Tras heredar un progreso sólido y sostenible, está impulsando un retroceso alarmante. Solo le tomó siete meses destruir los avances logrados durante años.

Los latinos, doblemente castigados

Y no olvidemos que los aranceles de Trump no solo encarece la canasta básica: sino que también afectan las cadenas de suministro, suben los costos del transporte y golpean directamente a los agricultores y pequeños negocios. Los latinos, que representamos la columna vertebral de sectores como la construcción, la hospitalidad y la agricultura, estamos siendo castigados doblemente: como trabajadores y como consumidores.

Quienes creyeron que el presidente protegería a las familias trabajadoras pueden ver con claridad (y sentir en el bolsillo) que las promesas de Trump no fueron más que un espejismo. Prometió prosperidad, y lo que recibimos es inflación, inseguridad alimentaria, pérdida de empleos y la amenaza inminente de una recesión.

Los latinos sabemos lo que significa resistir y salir adelante en los momentos más duros. Pero no podemos permitir que el presidente siga poniendo nuestra estabilidad en juego. Nuestro futuro económico depende de líderes que entiendan que bajar precios, ampliar el acceso a la salud, proteger los empleos y fortalecer a las familias trabajadoras no son promesas de campaña, sino compromisos reales con nuestra gente.

Es por eso que las elecciones de medio término serán cruciales. En primer lugar, representarán un referendo al presidente Trump y una oportunidad de enviarle un mensaje claro a todos los republicanos MAGA sobre el enorme descontento con su gestión. En segundo lugar, será la ocasión para elegir líderes comprometidos con nuestra comunidad, que desde el Congreso ejerzan un verdadero contrapeso al presidente. Y, sobre todo, serán una oportunidad de oro para ampliar la representación latina y demócrata: hombres y mujeres que luchan por bajar los precios, garantizar el derecho a una salud asequible y defender una vida digna, donde cada persona tenga la oportunidad de salir adelante con su esfuerzo.

Donald Trump prometió mejorar la economía. La realidad es que falló espectacularmente al pueblo estadounidense y debe rendir cuentas por ello. Participar es más importante que nunca, si eres elegible, regístrate para votar y corre la voz.

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