Donald Trump autorizó a la CIA a realizar operaciones encubiertas, incluidas acciones letales, dentro de Venezuela. Así lo confirmó el propio presidente este miércoles durante una rueda de prensa en el Despacho Oval. Esta medida se produce en medio de una importante escalada militar que se desarrolla desde hace semanas en el Caribe, intensificando aún más la presión contra el régimen de Nicolás Maduro.
"Sí, lo autoricé y lo hice por dos motivos", dijo el presidente al ser consultado por la prensa. “En primer lugar, porque Venezuela vació sus cárceles en Estados Unidos y trajo al país a miles de prisioneros y personas que deberían estar en psiquiátricos. Muchos países lo hicieron, pero ninguno al nivel de Venezuela”, aseguró Trump y agregó: “Por otro lado, tenemos mucha droga que llega desde Venezuela. Muchas de ellas llegan por mar, pero también vamos a detenerlas por tierra”.
La confirmación por parte del presidente Trump, adelantada inicialmente por The New York Times, transforma la campaña de presión estadounidense contra Venezuela, llevándola de las aguas internacionales a la posibilidad de acción directa dentro de su territorio.
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“Estamos mirando hacia la tierra”
Durante las últimas semanas, la administración Trump ordenó a las Fuerzas Armadas realizar una serie de ataques en aguas internacionales contra embarcaciones. Washington acusa a estas naves de pertenecer al Cartel de los Soles y al Tren de Aragua, designadas como “organizaciones terroristas” por la administración, y de traficar drogas hacia el país. Desde el 2 de septiembre, fecha del primer ataque, Estados Unidos ha hundido al menos cinco embarcaciones, dejando un saldo de 27 muertos.
Esos ataques representaron una seria escalada respecto a las tareas habituales de decomiso de drogas y detenciones que solían realizar los barcos de la Guardia Costera estadounidense, a menudo con la colaboración de fuerzas regionales. Expertos y organizaciones defensoras de los derechos humanos cuestionaron la legalidad de esta ofensiva, preguntándose por qué EEUU no opta por la intercepción y el interrogatorio, un método utilizado tradicionalmente.
Durante la conferencia de prensa de este miércoles, Trump desestimó estas críticas: “Llevamos haciendo eso (interceptando barcos) desde hace 30 años y es totalmente inefectivo. Ellos tienen lanchas muy rápidas, pero no tan rápidas como los misiles”.
Además el presidente sostuvo que están estudiando la posibilidad de llevar a cabo ataques contra el narcotráfico también en territorio venezolano. “Sin duda ahora estamos mirando hacia la tierra porque tenemos el mar muy bien bajo control”, dijo.
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De acuerdo con The New York Times, la nueva autorización permite a la CIA desarrollar operaciones encubiertas, ya sea de forma unilateral o en coordinación militar, directamente contra Maduro o su gobierno. Sin embargo, el diario matiza que aún se desconoce si la agencia planea ejecutar alguna operación específica dentro de Venezuela o si el permiso fue emitido solo como medida de contingencia.
Máxima presión a Venezuela
El Departamento de Estado elevó la presión al doblar la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares, acusándolo de ser uno de los líderes del Cartel de los Soles. Además, la banda delictiva venezolana Tren de Aragua fue incluida en febrero en la lista de “organizaciones terroristas extranjeras”. Paralelamente, el Pentágono notificó al Congreso que la administración Trump considera a EEUU en un conflicto armado directo contra los carteles del narcotráfico.
Actualmente, Estados Unidos mantiene una flotilla considerable en aguas internacionales del Caribe, frente a la costa venezolana. El despliegue incluye ocho barcos de guerra, entre ellos buques de asalto anfibio, y un submarino nuclear. A bordo de estas naves se encuentran más de 2.000 militares estadounidenses, incluidos Marines, aeronaves Harrier y cazas F-35. Además, Washington mantiene tropas en bases en Puerto Rico.
Esta escalada militar y de inteligencia coincide con el fin de los contactos diplomáticos con Venezuela, ordenado por Trump. La decisión de romper las comunicaciones se tomó tras el rechazo de una carta enviada por Maduro que buscaba un acercamiento. Al mismo tiempo, la situación en Venezuela fue puesta en el centro de la atención pública global tras la reciente concesión del Premio Nobel de la Paz a la líder opositora María Corina Machado.
Por su parte, el dictador venezolano sostiene que la supuesta lucha antidrogas es solo una excusa para forzar un cambio de régimen. Maduro respondió a la amenaza con ejercicios militares casi semanales de las Fuerzas Armadas, buscando demostrar que el país está preparado para una posible intervención en su territorio, con un despliegue especialmente visible en las zonas costeras.