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El presidente Donald Trump pronuncia un discurso conmemorando sus 100 días en el cargo.
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La motivación detrás de los aranceles
Hace semanas que economistas, intelectuales y actores de la política debaten acerca de las posibles motivaciones que llevaron a la administración Trump a iniciar la guerra de aranceles con China e implementar las tarifas a nivel global.
Mientras para algunos las decisiones económicas del gobierno tienen que ver con la creencia de Trump de que EEUU perdió su centralidad en el mundo y que, por lo tanto, los aranceles funcionan como una medida proteccionista, para Calvo, estas políticas están fundamentadas en una idea fantasiosa que no se ajusta a la realidad de la coyuntura.
"No creo que la implementación de tarifas sea un mecanismo de defensa frente a China. Las tarifas hacen que en el comercio entre los países se de un intercambio libre, mientras que el intercambio de Estados Unidos con el resto del mundo pasa a estar regulado. EEUU se aleja del mundo y no hay duda que eso tiene como resultado la expansión de China, no su limitación", considera el argentino.
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"Hay una fantasía con el modelo de crecimiento de Estados Unidos de 1890 a 1930, lo cual es medio ridículo en este contexto", afirma, al explicar que en aquel momento de Roosevelt, EEUU era una potencia en ascenso e Inglaterra dominaba el 40% de la economía mundial. "En esa época, Estados Unidos no tenía la ventaja tecnológica, ni era el motor de la economía mundial como lo es ahora", aclara.
Además de la fantasía de inicios del siglo XX, Calvo observa que en la decisión de implementar la guerra arancelaria existe una parte auto-interesada. "Trump no ha escondido en ningún momento que lo que busca es aumentar las tarifas y disminuir el impuesto directo. Esto significa un claro aumento de impuestos para los consumidores y una disminución para los millonarios”, asegura.
Según Calvo, Trump está muy aislado en su posición, su círculo interno no está de acuerdo, solo un intenso grupo MAGA lo apoya. Para él, lo que está en juego es mucho más significativo: "El dólar, como moneda central de intercambio global, permite a EEUU estar, en esencia, subsidiado por las economías del resto del mundo. Poner en peligro esta posición sería poner en riesgo el poder económico del país".
"Veo mucha coherencia en el plano cultural, sigue estrictamente la dirección que marca el Proyecto 2025, pero a nivel económico no está tan claro. No es un plan económico lo que tiene Trump, toma decisiones en base a su olfato", asegura.
Una competencia por ver quién está más cerca de Trump
Uno de los aspectos más llamativos de la presidencia de Trump fue la disciplina que logró imponer dentro del Partido Republicano y de su movimiento. Calvo subraya que, a pesar de las tensiones internas, ahora la lucha dentro del movimiento MAGA parece ser más una competencia por ver quién está más cerca de Trump.
Pero la sorpresa más grande, según Calvo, fue el giro de algunos de los líderes más importantes del sector tecnológico. Desde el cambio en la línea editorial del Washington Post, con Jeff Bezos a la cabeza, hasta el apoyo económico y discursivo de Mark Zuckerberg y otros nombres de Silicon Valley, varios sectores tradicionalmente demócratas comenzaron a alinearse con Trump. Sin embargo, el académico dice que "este apoyo parece ser más coyuntural, impulsado por la presión política y los intereses económicos, no está claro cuánto durará".
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Los nuevos medios
Desde la asunción del nuevo gobierno, periodistas, podcasters e influencers alineados con la agenda MAGA ganaron terreno dentro de la Casa Blanca. La administración republicana fortaleció su relación con los llamados "nuevos medios", otorgándoles un lugar en primera fila en la Sala de Prensa James S. Brady y entrevistas exclusivas con funcionarios, mientras que restringe el acceso de varios medios tradicionales. Según sostienen, esta decisión responde a la evolución de los hábitos de consumo de noticias de los estadounidenses.
Para Calvo, el gobierno no está yendo en contra de los medios tradicionales, pero sí está buscando marginar al sector profesional periodístico que considera enemigo y ocupar ese espacio con medios alternativos y podcasters del ecosistema de medios de la derecha.
“El antielitismo de Trump parece ser muy selectivo. No está atacando a todos los medios, sino a los que considera sus enemigos políticos”, explica Calvo. Medios como Fox News siguen siendo aliados de Trump, mientras que otros como AP, The New York Times y NPR son desplazados por una agenda política más afín al presidente. "En ese sentido, la diferencia con la gestión pasada es que esta vez entró con una batalla cultural ya planeada y con objetivos claros", agrega.
La batalla contra las universidades: un costo no calculado
El escudo de Harvard en una de las puertas del campus de la universidad, en Massachusetts. EFE.webp
"El ataque a las universidades comenzó tímido, pero poco a poco fue escalando, -dice el profesor de la Universidad de Maryland-. Al principio, las universidades, como instituciones privadas con endowments (fondos de dotación) enormes, no estaban dispuestas a arriesgarse yendo de frente contra Trump y correr el riesgo de que les cortaran los recursos. Pero ahora parecen ver que no tienen nada que perder. Así es el caso de Harvard, por ejemplo".
"Para Trump, el costo de este enfrentamiento es alto. Estas universidades no solo albergan a los liberales, aunque el presidente afirme que son excesivamente de izquierda. Lo cierto es que la elite conservadora también envía a sus hijos allí. Jueces, funcionarios, gente de su partido y muchos de sus seguidores se formaron allí", asegura.
Calvo resalta además el vinculo fundamental entre estas instituciones con el desarrollo tecnológico y la innovación del país. "El sistema tecnológico de Estados Unidos, que se formó con la llegada de científicos europeos tras la Segunda Guerra Mundial, está perdiendo talento debido a las políticas actuales", explica.
El académico cuenta que, hace un par de semanas, recibió un mail de un estudiante internacional preocupado por las repercusiones de un artículo académico aprobado a nivel internacional. "El artículo no tenía nada que ver con Trump, sino con política de otro país, pero el estudiante temía que, al publicarlo, pudiera ser expulsado", explica. A raíz de esto, su universidad, al igual que otras en EEUU, tuvieron que reorganizarse para lidiar con la incertidumbre que enfrentan los estudiantes internacionales ante posibles revocaciones de visas.
"Los recortes de fondos y las políticas migratorias hicieron que, tanto estudiantes como científicos de primer nivel de otros países, prefieran llevar sus estudios a otros países donde el clima es mucho menos hostil. Incluso si decidieran dar marcha atrás, el daño ya está hecho", afirma.
La expansión del poder ejecutivo y la enmienda 22
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Los últimos meses, la oposición demócrata estuvo alertando sobre una crisis constitucional en Estados Unidos. "Lo que estamos viendo es un intento de expansión del poder presidencial", que genera choques con la Justicia y el Congreso, dice Calvo, que no considera que se esté ante una crisis constitucional. "Los distintos poderes están negociando su posición respecto al avance del Ejecutivo, pero no se desconocen mutuamente, ni hay un cuarto actor que busque resolver el conflicto", asegura.
"Los objetivos de Trump son obtener más discreción, más poder político y, si es posible, extender su tiempo en el poder. Pero tiene una limitación muy clara: la Enmienda 22", que solo permite dos mandatos como presidente, explica Calvo. "La única forma de que se mantenga en el poder después de que termine este mandato es que pase algo muy extremo. El hecho de que trate de disputar contra los otros poderes y vaya, por ejemplo, contra la ciudadanía de origen, son formas sistemáticas de testear cuánto margen hay para modificar la Enmienda 22".
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Sin embargo, a Calvo le sorprende que el gobierno este concentrado en la expansión del poder ejecutivo y gobierne mediante órdenes ejecutivas: "Se está jugando a todo o nada. Si no logran modificar la Constitución y que Trump consiga una segunda reelección o una estadía más extensa de gobierno, la siguiente persona que ocupe el cargo puede ir rápidamente para atrás con todas las medidas".
"Pensé que, por su experiencia previa, Trump tendría más muñeca para aprovechar los primeros meses y generar landmark legislation (legislación trascendental) en el Congreso, pero no sucedió", señala Calvo.
"El próximo año será un año electoral, y los republicanos estarán enfocados en intentar conservar sus bancas, conscientes de que se enfrentarán a una elección muy negativa. Si llegamos a las elecciones intermedias y seguimos en este escenario, parece que no habrán cambios significativos en ese sentido", agrega, comparando la situación con la de 2016, cuando "la única ley importante que sacó fue la reforma impositiva para reducir impuestos, pero ninguna otra legislación importante".
La respuesta demócrata
El representante demócrata Hakeem Jeffries, lider el partido en la Cámara de Representantes. AFP.jpg
El representante demócrata Hakeem Jeffries, lider el partido en la Cámara de Representantes.
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Calvo considera que el Partido Demócrata se encuentra en una encrucijada. A pesar de los reclamos por falta de acción, asegura que no pueden hacer oposición efectiva hasta las elecciones intermedias. "Cuando un presidente es elegido por voto mayoritario, es muy difícil que el partido opositor pueda hacer política opositora hasta no recuperar ciertos espacios. Hasta entonces, su capacidad de acción se limita a ganar de nuevo la Cámara de Representantes, solo entonces podrá el partido actuar como un actor de peso”, afirma.
Para Calvo, "tampoco tienen que resolver su liderazgo ahora. En el 2005 nadie hubiera imaginado que Obama iba a ser el candidato presidencial de los demócratas del 2008. Ahora pasa lo mismo". Y afirma: "Seguramente los demócratas mantengan el perfil bajo y esperen a que sea el momento apropiado para intervenir".