“Muchos pueblos dependen de que al tambero le vaya bien”

¿Cuántos socios tiene la SPLF y qué servicios se les presta?

Tenemos 600 y hay servicios con base en tres pilares: gestoría administrativa, campo de recría y servicio de maquinaria. Tenemos dos campos de Colonización, uno de 3.636 hectáreas en el que hay 3.600 vaquillonas que enviaron 100 socios, y en el otro hay un negocio de capitalización porque la crisis de la lechería hizo que la cantidad de animales recibidos baje. Llevamos más de 52.000 vaquillonas entregadas y entre los dos campos llegamos a tener 5.000 en recría en 2015/16. Ahora tenemos un proyecto muy esperado con base en ganancia por kilo, un servicio de recría intensiva de vaquillonas Holando nacidas este otoño, que ingresarán en agosto con 160 kilos para entregarlas en junio de 2021 con dos años, 540 kilos y preñadas. Ya se lo presentamos al ministro (Carlos María) Uriarte y al presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Álvaro Lapido. En maquinaria el ingreso más importante es por siete equipos de siembra y además hay una fumigadora de arrastre, hace un mes adquirimos un moquito y el camión que lo acompaña y hay varias herramientas, como una retroexcavadora que sumamos hace dos años y ha tenido una demanda muy fuerte para confección de piletas de decantación y arreglo de caminería, junto con la niveladora y las traíllas. Tenemos un comodato con el Inale para la aplicación de efluentes liquidos y sólidos. Y otro servicio es la revista que publicamos, La Lechera, que esta vez salió en forma digital.

¿Qué relevancia tiene la SPLF como generadora de empleo?

Hay 74 funcionarios. Es una de las principales fuentes de trabajo en el departamento.

¿Qué reflexión le merece que el 80% de la producción lechera proceda del 20% de los tambos?

Eso dice mucho. La producción se sigue concentrando en tambos cada vez más grandes. Desde hace años las gremiales tratamos que eso sea comprendido en el gobierno. La producción lechera, la que sale del 80% de los predios lecheros, arraiga a mucha gente en el campo, tiene un valor social vital. No estamos en contra de nadie, todos son importantes y juntos somos más, pero a ese sector de los tamberos más tradicionales hay que cuidarlo especialmente.

¿Sigue el cierre de tambos que hace un año alarmó tanto por los registros que alcanzó?

Siempre aparece un tambo que cierra, lo que pasa es que en este momento es muy difícil negociar una venta. El que vende, vende mal, entonces sigue, pero endeudándose más y eso tiene un límite. Esperamos soluciones que eviten los cierres. Mi padre siempre dijo que tambero se nace, no se hace. Hay otros rubros del agro en los que es más fácil salir y volver, pero cuando cierra un tambo no vuelve a abrir y se pierde al tambero y los puestos de trabajo de mucha gente. Muchos pueblos dependen de que al tambero le vaya bien.

El ministro remarcó el valor de defender la base pastoril en la alimentación del rodeo lechero.

Lo compartimos, lo venimos haciendo, pero Uruguay no es Nueva Zelanda, acá la inestabilidad climática es una realidad que no permite una base pastoril al 100%. Todos tenemos el foco en producir más y mejor pasto, pero hay momentos en los que no hay más remedio que recurrir a reservas y a concentrados para cubrir los baches forrajeros.

¿Cuánto recibe el tambero por la leche, cuánto le cuesta hacerlo y cuánto debería recibir?

¿Qué necesitan a corto plazo?

Cuando visitó el campo de recría, le dijimos al presidente del Inale que el precio transferido al tambero por la industria no es el necesario, más allá de los motivos, y que los costos siguen muy altos. Hay que analizar renunciar a algo, capaz subir del 3% al 6% las devoluciones por impuestos en las exportaciones, y que la industria pueda mejorar lo que paga. Dado que no se ve una salida rápida de esta crisis estamos pensando en pedir una extensión del corrimiento de los vencimientos bancarios. Algo que siempre está en la mesa es la deuda de Venezuela con Conaprole, somos consientes que es viene de negociaciones del gobierno anterior y que la situación no es fácil para nadie, pero sería una inyección de dinero muy importante para los remitentes a la cooperativa (Conaprole). Se debe trabajar mucho en los costos, éramos un país que se caracterizaba por ser competitivo en ese sentido. El sector precisa recuperar liquidez a corto plazo, una inyección de dinero, no créditos, de créditos estamos pasados y no podemos tomar más porque es terminar de enterrarnos.

¿Y qué esperanzas tienen con base en el cambio de gobierno?

Tenemos esperanzas, hay un nuevo consejo en el Inale y tenemos confianza en que puedan hacer bien las cosas para salir adelante. Precisamos que les vaya bien, hoy más que nunca.

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