“Nuestro objetivo fundamental es modernizar al INAC, hacerlo más práctico, menos burocrático”

–Todos sabemos que el INAC es la institución rectora de la política de carne, que tiene la función fundamental de asesorar al Poder Ejecutivo respecto de lo que es un mejor funcionamiento, promoción y desarrollo de la principal cadena productiva de Uruguay. Además, tiene la participación, que es de los aspectos más valorados y destacados, del sector privado representado por las gremiales y los industriales. En ese marco, el funcionamiento de la junta directiva marca las pautas de los principales cometidos, como la promoción de nuestra producción y exportaciones, la administración de las cuotas que recibe el país y todo lo referido a la generación de información, un aspecto muy importante para que los actores de la cadena puedan tomar sus decisiones. Luego hay otras gestiones respecto a lo que refiere al contralor del mercado interno, la habilitación y la inspección de carncerías. Nuestro objetivo fundamental es modernizar al INAC, hacerlo más práctico, menos burocrático, con una visión estratégica que apunte a generar valor en la cadena y generar confianza entre los actores porque, a mi entender, se gastó demasiada energía en los últimos años en lo que es la contraposición de intereses que puede haber entre producción y la industria, dejando un poco de lado lo que es la estrategia de generación de valor del producto en el mercado interno y en el exterior.

–En esa línea, ¿cuáles serán las principales líneas de trabajo teniendo en cuenta la coyuntura actual de los mercados?

–Todavía no lo hemos podido discutir con las instituciones participantes, por eso no quisiera adelantar mucho. Por las condiciones de sanidad impuestas por el Ministerio de Salud Pública, de reuniones y demás no hemos podido hacer el proceso natural, que era visitar a las distintas gremiales para compartir esto y por eso lo plasmamos en el discurso al asumir. Nosotros aspiramos a una reforma en el marco legal del instituto, con los objetivos ya descriptos, pero dentro de un marco general de revisión del funcionamiento de la institucionalidad agropecuaria. Es decir, que no solo el INAC tenga un aggionarmiento y una modernización, sino que eso también esté en el marco de la integración con otros institutos que son complementarios y muy importantes.

–¿Cuáles son las necesidades que tiene hoy Uruguay desde el punto de vista cárnico?

–Evidentemente hoy estamos abocados a atender la emergencia que a nivel global ha afectado a los mercados. Por un lado, desde fines del año pasado INAC estaba tratando de solucionar, mitigar o buscar alternativas a China, que es el principal destino de nuestras exportaciones, concentrando más del 65% de las mismas en 2019. Con la interrupión del flujo comercial, primero por la propia intervención del gobierno chino que se preocupó por el elevado valor en el mercado interno, y luego por todas las consecuencias que trajo la falta de movilidad de la población y el aislamiento por temas vinculados al covid-19, claramente tuvimos un proceso de impacto en la industria frigorífica que hoy le tenemos que sumar lo que ocurre en Europa, en donde hay una parálisis prácticamente general de la actividad. Sabemos de la incidencia que tiene en Europa el consumo, el turismo, el funcionamiento de los restaurantes y todo eso que ha hecho que los embarques que están llegando a puerto europeo estén de alguna manera generando confusión con planteos de dificultad por parte de los importadores.

Lo que espera Mattos para el mercado de la carne en este 2020

¿Cómo evalúa la gestión pasada del INAC?

–Estamos recién llegados, estamos manteniendo contacto con la gestión interna. Hay instrucciones de trabajo a distancia. No hemos tenido contacto con todas las gerencias, todavía estamos en proceso de evaluación. Sí valoramos la buena disposición del expresidente Federico Stanham, que en el corto período de transición que tuvimos puso a disposición toda la información. Él mismo estuvo presente para facilitar los contactos, estuvimos reunidos en forma conjunta con el ministro y el susbsecretario de Ganadería para dar continuidad a todos los temas relacionados  en ese sentido.  Valoramos esa posición y nos agradó mucho que haya estado presente en el acto de transición, porque hay que darle un sentido de continuidad en las gestiones.

–¿Qué postura tiene respecto a la exportación en pie?

–Lo hemos manifestado: la exportación en pie debe existir porque es muy importante para la fijación del precio del ternero. Creo que es muy importante para el criador y para la cadena, en la medida que ese es el primer eslabón, el que genera la materia prima en la base, es decir el criador, que a su vez es históricamente el más relegado porque recibe por derrame todos los problemas que podía tener la cadena. Cuando se trabaja en un mercado en el que no hay otra opción que la venta en el mercado interno, la formación del precio se distorsiona, hay una gran dificultad y se generan bajos ingresos, baja rentabilidad, baja aplicación de tecnología e inversión. Hoy estamos en un sistema totalmente contrario que estimula la producción criadora para invertir lo máximo que se pueda para obtener mejores índices de productividad. Sin embargo, estamos en el debe porque seguimos con índices pobres e relación a los parámetros internacionales. También es cierto que no es sostenible un nivel de exportación en pie como el que tuvimos hace unos años, superando las 400 mil cabezas anuales, sobre todo de machos. Eso no es sustentable a lo largo del tiempo. 

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