Daniele Cortese

Atchugarry: “Quiero que Uruguay aparezca en los circuitos internacionales del arte”

El escultor uruguayo inauguró la muestra Encuentros en el Arte en el Museo Gurvich

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27 de noviembre de 2018 a las 05:03

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Pablo Atchugarry renguea. Dice, entre risas, que siempre tiene el cuerpo un tanto maltrecho. Hace unas semanas, una de sus herramientas –siempre enormes, siempre pesadas– se le cayó en un pie y se lo destrozó. El escultor puede contar unas cuantas heridas de guerra.

Atchugarry –64 años, cuatro décadas desde que esculpió su primer bloque de mármol de Carrara, la misma cantidad de tiempo radicado en Lecco, Italia– está ahora en Montevideo, pero el miércoles estará en Miami.  La semana pasada inauguró su escultura en Punta Carretas; el lunes presentó Encuentros en el Arte –la muestra que reúne varias piezas de su colección con un claro foco en el arte uruguayo de los siglos XX y XXI– en  el Museo Gurvich; y el lunes 3 de diciembre cortará el lazo de la Fundación Atchugarry en Miami.  “Hay tantos proyectos, es impresionante”, dice con una pieza de Martín Pelenur de fondo. El 2018 se cierra, para el artista, con la apertura del parque de esculturas en Garzón; para el futuro un ambicioso proyecto proyectado por el arquitecto Carlos Ott: el primero museo de arte latinoamericano ubicado detrás de su fundación en Manantiales. 

Encuentros en el arte se ve como breve recorrido por sus intereses artísticos y también por su carrera. ¿Lo siente así?
Es una biografía afectiva. Hay, por ejemplo, una obra de Adela Neffa (la escultora argentina radicada en Uruguay) porque en el año 1971 hice una esculturita de un caballito en arcilla y no sabía cómo pasarlo al yeso o al hormigón. Entonces fui a su taller y ella con gran generosidad y entusiasmo me abrió las puertas y me ayudó técnicamente a realizarlo. Eso es un legado que recibí y hay que transmitirlo a los jóvenes. Entonces, sí, hay una cantidad de encuentros en cada una de esas obras. En esta selección la mayor parte de las obras son de artistas nacionales y eso no es casual. Es para dar un espaldarazo a los que están trabajando y que se vea que hay gente que los apoya a nivel afectivo. 

¿La apertura de Fundación Atchugarry en Miami tiene como objetivo dar otro espaldarazo y mostrar la creación de los uruguayos?
Vamos a inaugurar con una gran retrospectiva de José Pedro Costigliolo, un artista que amo mucho y que colecciono desde hace varios años. El 29 de diciembre inaugura en Manantiales La vida de las formas que también está dedicada al Costigliolo. Las dos formarán parte de la exposición que el Museo Nacional de Artes Visuales presentará el mes de julio. Esto implica poner mucha luz en un creador nuestro de gran importancia pero que no se conoce en el exterior. Y ese es el cometido que va a tener esta fundación en Miami. Que sea un puente para artistas uruguayos. 

Miami se convirtió en un foco muy importante para el mercado de las artes. ¿Cuáles fueron las otras razones para abrir allí?
Art Basel, la gran feria internacional nacida en Basilea, abrió sus puertas hace más de 15 años en Miami. Ese desembarco cultural y económico ha cambiado la fisonomía de la ciudad. Simultáneamente han aparecido museos muy importantes como el Pérez Art Museum. No nos olvidemos que Miami es la ciudad más latina de Estados Unidos. Entonces también hay una explicación geográfica. La idea es que confluyan lo latino, lo que viene del norte y lo que viene de Europa. Es un lugar de convergencia muy grande. Quiero que Uruguay aparezca en los circuitos internacionales del arte.

¿Qué tan complejo es para un artista uruguayo insertarse en ese circuito hoy?
Muy complejo. En Uruguay no hay un mercado del arte que sea muy fuerte y por lo tanto el artista tiene que exhibir sus músculos en el extranjero. No hay otra posibilidad. Se puede trabajar en Uruguay pero con la idea de exportar la obra y tender puentes con mercados más desarrollados. Hay que frecuentar esos circuitos artísticos más dominantes, el artista tiene que frecuentar galerías, museos, curadores y mostrar, mostrar, mostrar. Si el artista tiene la posibilidad de mostrar su obra, va a ser el público el que termine definiendo el valor. También se puede hacer, como lo hicieron en las viejas épocas (Carlos Federico) Sáez o el mismo Costigliolo, becas de estudio. Creo que el Estado y los privados podrían hacer más esfuerzos para permitirle a un joven estar un año o dos en Europa en Estados Unidos para así nutrirse y contactarse con lo que están haciendo los artistas afuera.

Daniele Cortese

¿Cómo se ve la actividad de las artes visuales en Uruguay desde afuera?
Es importante el recibir y el dar. Y eso hay que fomentarlo. Por eso ahora además de inaugurar Encuentros en el arte, hay una muestra de un gran pintor italiano que es Raffaele Rossi, muy amigo mío. Siempre la venida de un artista, de afuera, con su lenguaje, con sus características genera un movimiento importante para el tejido cultural. Ni hablar el impacto cultural que se va a generar con esa gran exposición de Picasso. Uruguay está en una muy buena línea, pero no hay que bajar los brazos y siempre hay que apuntar a más. Es muy importante que nuestros artistas puedan salir al extranjero a mostrar su obra. Ahora hay una muestra de (Pedro) Figari en el Museo de Arte de San Pablo (MASP), pero no solo los históricos tienen que salir. Y después está la relevancia de lo que viene: la exposición de Picasso, los artistas contemporáneos que traen las galerías privadas. Todo eso hace que haya una nutrición y que no estemos cerrados a lo que pasa en el mundo.

Se anunció que para la muestra de Picasso se va a cobrar entrada. ¿Cuál es su aporte a la discusión sobre los museos públicos y el cobro de un ticket para exposiciones de altos costos?
Los museos, salvo en Londres, suelen cobrar una entrada. Es probable que esa entrada sea lo que permita, en parte, que una exposición del tamaño de la de Picasso llegue a Uruguay. Si se pudiera conseguir espónsores públicos o privados y que así sean visitadas sin barreras, sería el ideal. Hay que apuntar hacia ese horizonte. Debería haber una responsabilidad pública de que una muestra como esa no se la pierda nadie. Que el que decida no ir sea por falta de interés, pero no puede haber otro tipo de barreras. 

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