Un día del invierno de 1941, llegué a Salto junto con mi madre. Habíamos viajado desde Buenos Aires en vapor y en un ómnibus de la ONDA, seguimos hasta Colonia Itapebí. Aquella mañana había llovido mucho y nuestro transporte no podía seguir adelante. Descendimos todos con nuestros equipajes y así advertimos cómo podríamos continuar ubicándonos ordenadamente. Era la víspera del 25 de agosto. Pero debo afirmar que quien firma esta nota nació varios siglos después del Diluvio Universal.....
Mi abuela materna nos confió risueña, que al día siguiente le ganaría a un destacamento de la policía con el izado de nuestra bandera. Lo logró y es imposible olvidar aquellos momentos. No había teléfono pero enseguida los pocos vecinos se llegaron para los saludos en un día tan grande. Conservé durante muchos años una fotografía. Debo aclarar que la hermana menor de mi madre junto con mi abuela, se habían trasladado a Colonia Itapebí. La primera era María Emilia. Había obtenido su título de Maestra y lo debía poner en práctica allí. Nélida, mi madre también era Maestra, después de rendir los exámenes como alumna libre. Con afecto conservo su diploma emitido por nuestra Universidad de la República.
Aquel 25 de agosto lo celebramos junto con los niños de la Escuela de campaña., Fue la mañana de fiesta la ocasión para verlos con sus medios de transporte tan diversos. Escuché poesías que, con su sencillez, no dejan de resonar hoy en el día patrio: “El Uruguay mi patria, tiene gran porvenir .....”, “Vivid unidos, trabajad por ella, dulce es amar la Patria hasta morir..”
El 25 de agosto no es un día más en el calendario. Volveremos a recordar el congreso de la Florida y, con toda seguridad, aquí en Montevideo como en lejanas tierras, se encenderá nuestro patriotismo.
La historia de la patria se puede narrar a los niños y a los jóvenes. No esta está integrada por anécdotas pintorescas. En ellas están los próceres pero no olvidemos a las madres y padres de familias que lo dieron todo.
Deseo que el próximo 25 de agosto volvamos a nuestras tradiciones de siempre. ¿Es objetable festejarlo con un asado? Objetable no lo es ni lo será . En cambio, si hacemos un brindis por la Patria, pondremos el agradecimiento en las manos de Dios y todas y todos saldremos ganando.
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