A mediados de 1985, según escribió el periodista e investigador estadounidense Lawrence Weschler en su libro “A miracle, a univers”, el general Hugo Medina le dijo a Wilson Ferreira que el Ejército aceptaría que algunos de sus oficiales, culpables de graves violaciones a los derechos humanos, fueran juzgados y condenados por sus crímenes. Uno de ellos era Gavazzo.
Según Weschler, Gavazzo se enteró y le hizo saber a Medina que si se intentaba llevar adelante semejante plan, él divulgaría una lista de al menos 300 oficiales también comprometidos en tales violaciones.
De acuerdo con el investigador norteamericano, fue así que Gavazzo abortó la posibilidad de que el Ejército lo abandonara a su suerte.
Pocos meses después de recuperada la democracia, y mientras las denuncias en su contra comenzaban a repetirse en los juzgados, Gavazzo dio una de las pocas entrevistas en prensa que se le conocen.
Se publicó en el semanario Búsqueda el 12 de setiembre de 1985 y en ella anunció que jamás se presentaría ante un juez civil.
“Como militar no estoy dispuesto a concurrir ante ningún juez civil para que me juzgue por operaciones militares”, dijo. “Si recibo una citación para presentarme ante un juez civil, me voy a presentar ante el comandante en jefe del Ejército”.
El periodista le preguntó si para tomar ese curso de acción se basaba en alguna norma legal.
“No, en ninguna”, respondió.
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