Camilo dos Santos

A ponerse el traje: así viven la pandemia los médicos "en la primera línea de batalla"

La utilización del equipo de protección personal es una de las principales diferencias en la atención domiciliaria de pacientes sospechosos de covid-19

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12 de abril de 2020 a las 05:00

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Leonardo Tellechea da pelea contra el mismo enemigo en dos campos de batalla diferentes. En uno, está al frente, como médico de la Unidad Coronaria Móvil, asistiendo directamente a los llamados a domicilios. En el otro, es jefe de servicio de medicina de Casa de Galicia y tiene a su cargo a aproximadamente nueve médicos de radio que salen a atender los llamados de pacientes a domicilio.

Tellechea, de 47 años, es médico desde hace dos décadas e internista desde 2004. Para él, la pandemia de coronavirus es un momento de cambio constante, de aprendizaje diario y, sobre todo, de transmitir tranquilidad al equipo que dirige.

En Casa de Galicia reciben, en promedio, entre 130 y 150 llamados diarios. De esa cifra depende la cantidad de móviles que coordina Tellechea. Sin embargo, asegura que desde el martes disminuyó la cantidad de consultas a domicilio, luego de superar el pico máximo el pasado 20 de marzo, ya que ganó terreno el triage telefónico (es la atención telefónica de los pacientes para reducir las demandas de consultas).

Cuando el coronavirus se instaló en Uruguay, se realizó una "reestructura del sistema mutual en 48 horas", lo que implicó la preparación del equipo médico y de enfermería.

"Hubo una reunión donde se protocolizó cómo colocarse el equipo, el procedimiento de descarte de materiales, la utilización del tapabocas N95 y el trabajo de aislamiento en las distintas áreas", comentó en diálogo con El Observador.

Camilo dos Santos

Hay otras preguntas que el personal de la salud le hace a Tellechea, vinculadas al manejo del miedo y la incertidumbre que genera esta nueva enfermedad. "Todos tenemos que ponernos a estudiar las estadísticas diarias, el comportamiento en nuestro país. Cuando cambian los protocolos de tratamiento hay que adaptarse", sostiene. 

Eso es lo que genera más estrés: que lo único constante sea el cambio en la forma de trabajar, además de la rutina de permanecer varias horas con estos pacientes y los cuidados que se requieren para evitar contagios.

Por esto se instrumentó un abordaje psicológico para los equipos de salud con el fin de evitar estrés postraumático luego de atender a este tipo de pacientes, además del "apoyo diario, el estímulo y las herramientas".

La clave, según el médico, es el trabajo en equipo. "Desde quien recibe el llamado de radio debe saber cómo actuar para que cuando el médico lo reciba sepa qué tipo de paciente va a visitar".

Cambio de rutina

Facundo Olmedo tiene 39 años y hace diez que trabaja como médico en la emergencia 1727 del Casmu. Además de los cuidados que debe tener en cuenta durante su horario de trabajo, al llegar a su casa deja su ropa, sus zapatos e inmediatamente se ducha. En ese momento, con tranquilidad, puede estar con su hija de cinco meses.

Su esposa es médica internista y parte de las conversaciones luego de finalizar la jornada laboral terminan en el coronavirus. Los fármacos que se utilizan, la evolución del covid-19 en Uruguay y cómo lleva cada uno este contexto.

Olmedo sabe que "por estar en la primera línea de batalla" hay miedos, pero existen mecanismos que lo ayudan a dejar de lado esos pensamientos. "Si usas las medidas de protección adecuadas, si los llamados están bien valorados, el trabajo no es diferente al habitual. No deberíamos tener miedo", señaló.

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Los llamados que se reciben en 1727 del Casmu se dividen entre las consultas respiratorios y las que no. Si se trata de las primeras, entra en juego la vestimenta para visitar al paciente, la misma que utilizan todos los prestadores de salud públicos y privados.

Con la ambulancia, Olmedo atendió a dos personas sospechosas de tener coronavirus, pero finalmente los resultados de los tests dieron negativo. El domingo pasado participó de la atención que se brindó a los pasajeros y la tripulación del crucero Greg Mortimer, donde al menos 80 personas fueron confirmadas de tener coronavirus.

El médico del Casmu tuvo que trabajar con los tripulantes, la mayoría infectados. "Como experiencia fue única", recordó. Trabajaron junto al personal de salud del Hospital Británico, con quienes no se conocían y se generó "un buen equipo".

La primera vez que se enfrentó a un caso positivo de coronavirus fue en ese crucero. "Al principio sentís nerviosismo, tensión de estar cumpliendo los protocolos, que estén bien aislados", afirmó. Después "es un trabajo como cualquier otro", destacó.

La sensación del equipo

Según Tellechea, a casi un mes de los primeros casos de covid-19 en Uruguay, los pacientes no se sorprenden cuando llaman a un médico que al llegar al domicilio y antes de entrar, se coloca un equipo de protección con guantes, sobretúnica, tapabocas, lentes, gorro y botas. Incluso a veces se le coloca una máscara si es un paciente de alto riesgo. "En general ya están preparados", puntualizó.

Para Fabián Costas, chofer enfermero de 1727 Casmu, bajar de la ambulancia con el equipo de protección es como participar de una escena de película en la que los humanos ven aterrizar a un ovni y sale un extraterrestre. Más grande es la sorpresa en aquellos pacientes que tienen un resfrío, porque algunos no creen que se pueda tratar de un caso de covid-19.

"Somos mirados de otra manera. es necesario vestirnos así y cuando son cuadros respiratorios les ponemos un tapabocas al paciente para evitar contagios, mantenemos distancia, hacemos lo posible para que entiendan la situación y generalmente entienden", afirmó.

Costas cree que ese equipo cambió de forma visible la dinámica de trabajo, y lo que, a pesar del miedo por estar en la línea directa de contagios, los protege. "Cumplimos con todo lo que tenemos que hacer. Ahora todos los pacientes son coronavirus, aunque nos llamen por otra cosa, en principio hay que bajar con tapabocas", afirmó.

Camilo dos Santos

Olmedo también nota el "nerviosismo" en la gente, no solamente en el paciente sino en el entorno que ven ingresar a la casa al personal de salud con los equipos. 

Sin embargo, cree que la pandemia de coronavirus va a cambiar "la forma de relacionamiento" e incluso cómo son vistos los médicos y enfermeros por el resto de la sociedad. "Esperemos que traiga otra medida de respeto del resto de las personas", manifestó. Por eso, cuando escuchó los aplausos desde los balcones de Montevideo hacia el personal de salud, sintió "orgullo" y lo tomó como un homenaje a quienes están "en la primera línea de batalla".

"Es vital nuestro trabajo por ser el primer contacto con el paciente, brindarle contención psicológica, escucharlo y tratar de alentarlo. La situación de encierro, otras patologías que puedan tener, hay que atenderlas. Tratamos de hacer una contención global del paciente para que pueda sobrellevar este aislamiento lo mejor posible", concluyó.

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