Adolescente español fue hospitalizado por jugar 20 horas diarias al Fortnite

El caso se volvió viral cuando el equipo que trabajaba con él en el Hospital de la Ciudad de Castellón (este de España) diera a conocer el caso, que por ahora es el único en todo el mundo. 

Según Clarín, sus síntomas incluían: aislamiento en su domicilio, rechazo a interacciones sociales con negación a acudir a servicios sanitarios, inflexibilidad, escaso interés por su entorno y muy selectivo en sus gustos y con actividades restrictivas.

A su vez, no lograba desempeñar con éxito las actividades cotidianas, el seguimiento riguroso de su tratamiento prescrito en el hospital de día y no lograba establecer un ritmo de sueño adecuado, según informó su equipo médico.

Se trata de un menor con un gran rendimiento académico previo, pero que se ausentaba muy a menudo. Tampoco seguía los horarios de descanso adecuados y estaba totalmente desvinculado del ritmo de su clase. 

Según especialistas, el uso de las nuevas tecnologías en el día a día y el gran tiempo de ocio de los chicos saca a relucir este uso inadecuado de los videojuegos, y la gran necesidad de seguir de cerca con un tratamiento especializado a estas personas, ya que presentan signos de adicción comportamental. 

Los profesionales llegaron a la conclusión de que su adicción a los videojuegos se debe a un gran malestar por la pérdida de un familiar cercano y por la ansiedad que le generaba el aumento de exigencia en su centro educativo. 

Ocho meses de seguimiento riguroso

Su médico de cabecera corroboró constantemente que el joven “no era consciente de los problemas que le generaba. Luego sí lo fue, pero no venía la relación entre estar tanto tiempo jugando y el abandono de las otras cosas". A causa de esto, el equipo médico resolvió que lo mejor era realizar un tratamiento de desintoxicación, alejando al joven de las pantallas.

Tener a un paciente que manifiesta estas alteraciones les permite a los médicos  “hacer un aislamiento del entorno, incluyendo la conducta-problema y nos permite, después de los primeros días en los que aumenta el malestar, ir disminuyendo el tiempo de juego, lo que permite un análisis detallado con el paciente".

Se trabajó con el menor y con su familia. Se demostró una gran disminución del uso de pantallas (primero bajo supervisión y solo para contacto con sus iguales para fomentar su socialización), así notaron una mejoría social y personal del niño.  

Los especialistas que trabajaron en el caso alentaron a que se debe prestar mas atención a los comportamiento de los menores que suelen jugar excesivamente a los videojuegos por "la precocidad creciente en su consumo", en gran parte por  "la falta de maduración en las funciones ejecutivas y cognitivas durante la adolescencia".

De a poco, el chico volvió a tener contacto con su entorno y familiares, a tal punto de que los médicos le permitieron volver a su hogar, donde se sentía mas acompañado y seguro. Su seguimiento médico duró ocho meses, luego se le dio el alta para que siga de manera normal su vida, utilizando menos tiempo las pantallas, con condiciones y un tiempo establecido.