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Argentina seguirá barata y por eso en Uruguay “hay curitas” que “ya no sirven”
"La mejor estrategia para un comerciante de Salto es mudarse a Concordia”, afirmó el viernes el economista Javier de Haedo, durante una conferencia que abordó como tema central la economía uruguaya en la coyuntura de inestabilidad regional.
El experto apuntó a que si bien Brasil permanecerá barato respecto a Uruguay y existe un atraso cambiario “considerable” con ese vecino, no es algo que “quite el sueño”. “Por sus fortalezas estructurales no veo riesgos serios que vengan desde Brasil”, señaló.
Todo lo contrario planteó sobre Argentina. En su análisis, De Haedo apuntó a que “hay una cúpula de gobierno muy sui géneris” que es “la raíz de la crisis”. “¿Es posible un cambio de libreto? En este gobierno no. Y en un próximo es difícil. Los cambios deberían ser enormes y tendrían que pagarse costos políticos considerables. No veo que vaya a haber un futuro promisorio”, expresó el director del Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica.
El economista dijo que en la base de las “malas políticas” en el país vecino están presentes las cuatro i: ignorancia, ideología, intereses creados e idiosincrasia. Y añadió que las reglas de juego son “perversas” con políticas “anti crecimiento”, “anti inversión” y “anti exportaciones”, sumado a planes sociales “anti trabajo”, un gasto público “exorbitante”, infinidad de impuestos pensados en forma de “aluvión” e innumerables tipos de cambio.
En ese panorama, afirmó que Argentina “seguirá barata por tiempo indefinido”. Con un shock externo que definió como “negativo” y “permanente” apuntó a que varios sectores que en Uruguay hoy aparecen como “perdedores” deberán replantear sus negocios “porque ya no sirven las curitas de antes”. A modo de ejemplo, apuntó a que quizás hay comercios del litoral que deberían pensar en mudarse hacia localidades ubicadas al otro lado de la frontera, porque son los lugares en donde ahora están sus clientes.
La agenda pro competitividad
En otra parte de la conferencia realizada en la Expo Prado, el economista del Centro de Estudios Para el Desarrollo (CED), Agustín Iturralde, afirmó que una “buena parte” del cambio que tiene el contexto regional “es más estructural que coyuntural”.
“Las condiciones mucho más adversas que tienen algunos sectores llegaron para quedarse. Las muy buenas temporadas turísticas de 2017 y 2018 quizás fueron excepciones en un contexto que ya era adverso”, apuntó.
Por otro lado, Iturralde expresó que en la frontera con Brasil se “lidia de mejor forma” con el contrabando por un tema histórico y cultural, pero que en el litoral del país el comercio formal está pasando un momento “extremadamente malo”.
La nueva realidad pega de lleno en el turismo, y según el economista faltan “varios años” para que la clase media argentina pueda volver a veranear en Maldonado o Rocha, destinos que hoy están “carísimos” para ese público. Esa situación llama a tener que buscar nuevos mercados y a tener que “reorientar” servicios.
El otro efecto está en el turismo de compras, con miles de uruguayos que aprovechan la diferencia cambiaria y cruzan a diario hacia el otro lado del río para adquirir productos de consumo básico. Sobre ese punto, Iturralde expresó que Uruguay tiene “pendiente” una agenda “pro competitividad”.
A modo de ejemplo, reiteró que en mercados como el de alimentos o el de productos de higiene personal, “son siempre pocos actores” y existen barreras que “inhiben” la llegada de nuevos jugadores. “Hay muchos temas de regulación micro para que esos mercados sean más competitivos. Somos un país caro y hay una agenda pendiente (…) No parece razonable que Uruguay busque la recomposición de la competitividad con la región en políticas macro, en temas de tipo de cambio y tasas de interés. No va por ahí. Los problemas son mucho más estructurales”, insistió.
Educación, inversión y crecimiento potencial
El economista, Aldo Lema, remarcó que Uruguay tiene que “acostumbrarse” a una región que es “volátil” y “mediocre” desde lo estructural. Eso hace que se deban pensar soluciones estructurales, indicó.
“Las políticas macro tienen algunas cosas para hacer, pero muchas veces le pedimos peras al olmo. Por ejemplo, es muy difícil resolver con política cambiaria un problema en algunas regiones del país. Es como si Suiza tuviera que devaluar el franco suizo para competir con Italia que es estructuralmente más pobre”, dijo.
Lema remarcó que la “mala noticia” es que difícilmente se tenga una perspectiva mejor en el corto plazo. Y la “buena noticia” es que la pandemia abrió una oportunidad para diversificar la exportación de servicios. “El desafío va sobre la educación. Tenemos que hablar menos portugués, hablar más ingles y mucho más mandarín”, expresó.
Además, el economista afirmó que Uruguay debe diferenciarse “aun más” de sus vecinos en materia fiscal, y también en materia monetaria con un banco central autónomo que “preserve” la flotación cambiaria “simétrica”. “Cuando hay espacio por fundamentos para que su moneda se aprecie se debe apreciar y cuando hay fundamentos para que su moneda se deprecie se debe depreciar. Eso significa converger a inflación baja y estable para desdolarizar la economía y tener un tipo de cambio realmente flexible”, apuntó.
En otra parte de su presentación, el economista subrayó la necesidad de poner foco en el crecimiento potencial. “Hemos salido de un rebote cíclico esperable. Hoy me preocupa que con un crecimiento potencial de 2%, de nuevo la exigencia vaya sobre las políticas macro”, dijo. En ese sentido, añadió que en el corto plazo la variable clave es subir la inversión, y que “probablemente se debe profundizar en un aumento significativo” de la rentabilidad de las empresas.
La “sorpresa” de Brasil y los "desequilibrios" de Argentina
La economista de Exante, Tamara Schandy, sostuvo que buena parte de la problemática de Argentina es esencialmente la misma de los últimos años: un déficit fiscal que no encuentra financiamiento externo, y en un contexto de política fiscal con signo expansivo.
“La magnitud de los desequilibrios está yendo hacia un lugar castaño oscuro y el riesgo de inflación de tres dígitos está a la vuelta de la esquina. El tema de tener un vecino muy barato y que no crece de manera significativa es parte fundamental de lo que tenemos que incorporar al escenario de Uruguay”, señaló.
En relación a Brasil dijo que ha traído “sorpresas positivas” en materia de crecimiento, aun sin ser algo “fantástico” porque está recuperando apenas niveles de actividad previos a la recesión de 2015. Los datos de los primeros dos trimestre mostraron tasas de crecimiento en términos anualizadas equivalentes a algo más de 4%.
“Con luces y sombras, el panorama en Brasil no resulta particularmente amenazador. Hay elecciones el mes que viene y no deberíamos encontrar mayores sorpresas en el resultado y en lo que eso implica para el escenario económico”, afirmó Schandy.
