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Armenia y Azerbaiyán respetan alto el fuego tras combates fronterizos que dejaron 150 muertos
Armenia y Azerbaiyán, dos ex repúblicas soviéticas enfrentadas por el enclave de Nagorno Karabaj, respetan el alto el fuego en la frontera, tras dos días de enfrentamientos que dejaron más de 150 muertos y amenazan con torpedear un frágil proceso de paz mediado por la Unión Europea (UE).
Los combates, que estallaron el martes, terminaron la noche del miércoles al jueves "gracias a la implicación de la comunidad internacional", indicó el Consejo de Seguridad Nacional armenio.
Rusia, tradicional mediador en el Cáucaso que tiene tropas en la zona de conflicto, anunció un alto el fuego el mismo martes por la mañana, pero este fue incumplido durante dos días, y ambos países se acusaron mutuamente de bombardeos.
El miércoles, Armenia indicó haber perdido a 105 militares, y acusó a Azerbaiyán de haber ocupado 10 km2 de su territorio. Bakú, por su parte, reconoció la muerte de 50 soldados entre sus filas.
Ambos países se acusaron mutuamente de estos enfrentamientos, que obligaron a huir de sus casas a cientos de civiles armenios residentes en la zona fronteriza.
Los enfrentamientos son los más graves desde la guerra que ambos países libraron en 2020 por el control de la disputada región de Nagorno Karabaj, que se saldó con más de 6.500 muertos y obligó a Armenia a ceder territorios a Azerbaiyán.
Anteriormente, ambos países libraron otra guerra en los años 1990 también por Nagorno Karabaj, que dejo en esa ocasión 30.000 muertos. Nagorno Karabaj es un enclave de mayoría armenia, que hizo secesión de Azerbaiyán con el apoyo de Ereván.
Los nuevos enfrentamientos amenazan con hacer descarrillar un proceso de paz apadrinado por la UE.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, se reunieron en Bruselas el 31 de agosto, dos semanas antes de estos últimos enfrentamientos armados.
