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Así entrenan los jueces en Uruguay, con lujos limitados del Complejo de la AUF

Mientras los árbitros del fútbol local esperan algunas reformas para volver a practicar en el estadio Nasazzi, se preparan en las instalaciones de la selección y aguardan un predio propio de 10 hectáreas
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22 de diciembre de 2019 a las 05:00

En la cancha se escucha el grito “Dale campeón” y uno de los jugadores es levantado en andas. “La revancha cuando quieran”, le dicen los ganadores a los perdedores de ese partido amistoso. En la práctica de ese martes en el Complejo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) se puede ver una imagen que los fines de semana no existe: la de un árbitro alegrándose por el resultado de un partido.

Sobre el césped sintético del gimnasio del complejo de la AUF se mezclan los árbitros internacionales con los de primera y segunda categoría, los de fútbol playa, fútbol femenino, formativas y fútbol sala. Hay muchos hombres –adultos y jóvenes– y pocas mujeres. Están los que tienen sus propias camisetas deportivas, los que visten una de FIFA o los que entrenan con las de AUF.

Los 180 jueces del fútbol uruguayo tienen dos entrenamientos obligatorios por semana en los que ejercitan fuerza y resistencia y uno opcional. Durante el día hay tres turnos para entrenar –de mañana, de tarde y de noche– y cada árbitro elige según su horario según le conviene.

Las prácticas son en general en la cancha sintética, la única techada del complejo, porque tiene luz artificial, aunque los entrenamientos matutinos pueden desarrollarse en una abierta, esas que en la preparación del combinado absoluto de Uruguay utilizan Edison Cavani, Luis Suárez, Federico Valverde y todas las estrellas de la selección uruguaya mayor.

Ese martes uno de los cuatro preparadores físicos que guían los entrenamientos estuvo más flexible y les permitió jugar al fútbol entre ellos a los del turno de la tarde y por eso los gritos de gol y festejos. Quienes llegaron para el siguiente turno no eran más de 20 jóvenes.

“Hagan tres minutitos acá, en ese raya”, indica el preparador físico. Sus dirigidos se quejan y hacen los mismos comentarios que se pueden escuchar en un entrenamiento de jugadores de fútbol. Aunque ese día en que Referí observó el entrenamiento de los jueces, estos protagonistas del fútbol tenían un tema de conversación distinto: al día siguiente se jugaba la final del Clausura entre Nacional y Peñarol y el VAR se iba a utilizar por primera vez en el fútbol uruguayo. Entre ellos debaten sobre esta novedad hasta que el profe los corta y les pide un progresivo hasta la mitad de la cancha.

Sin un lugar estable

Los árbitros ahora tienen una cancha techada para entrenar, vestuarios cómodos, frutas y agua a su disposición. Esta realidad es diferente a la que vivieron hasta hace algunos año, cuando muchas veces se tenían que arreglar corriendo por alguna avenida de la capital.

Este fue el año que más entrenamientos tuvieron porque el tiempo no los afectó. Cada vez que llovía podían entrenar bajo techo y en una cancha que no quedaba blanda por el agua.

Hace 25 años que Fernando Falce es árbitro en el fútbol uruguayo

Hace 25 años, cuando Fernando Falce comenzó a arbitrar, la rutina era salir a correr por la calle Veracierto. Luego, recuerda, pasaron al Complejo Militar de Bulevar Artigas y Garibaldi. Allí estuvieron durante 10 años. También entrenaron en el estadio Charrúa y en la pista oficial de atletismo del Parque Batlle. “Pasamos por muchos lugares, después estuvimos de nuevo en la calle”, contó a Referí.

El Complejo de la AUF lo utilizan desde julio. Antes se preparaban en el estadio Nasazzi.

Ese lugar “estaba notable”, define Falce, que es juez de Primera hace 20 años y tiene 43. “Nunca teníamos problemas y el canchero siempre estaba a disposición. Los días de lluvia podíamos entrenar en pasto, solo que cuando había tormenta eléctrica o lluvias intensas teníamos que suspender”, dijo.

Pero en la cancha de Bella Vista tuvieron problemas con las duchas porque no les alcanzaba el agua o porque se tenían que bañar con agua fría, contó a Referí el árbitro de primera categoría Federico Modernell. Esto era un problema mayor para aquellos jueces que después del entrenamiento tenían que ir a trabajar. “Hablamos y no se arregló, entonces decidimos buscar otro lugar y ahí fue cuando surgió el Complejo de la AUF”, comentó.

La empresa de ropa deportiva Joma vestirá a los árbitros

La ropa para entrenar es un debe para los jueces del fútbol uruguayo. Desde hace un año y medio, los árbitros tienen dos equipos para los partidos, uno celeste y otro negro, contó Falce. “A mí me pasó en Liverpool-Cerro, que vinieron a preguntarme si podía cambiar. Teníamos una camiseta celeste y una negra; Cerro es celeste y Liverpool es negro. Tuve que hacer de negro. Además, la ropa está muy gastada”, recordó.
La intervención de FIFA en el Ejecutivo de AUF y la postergación de las elecciones hasta marzo de este año es la explicación que da Marcelo de León –presidente de Audaf– sobre la demora en la entrega de la indumentaria. La última entrega de ropa la recibieron en 2017 y todavía les deben las partidas de 2018 y 2019, según el titular de la gremial.
Tras la aprobación de los nuevos estatutos del fútbol uruguayo en noviembre de 2018 se realizó una licitación para la nueva indumentaria de los jueces que ganó la empresa Joma. En los primeros días de enero, estima De León, se hará la entrega de la ropa que les deben desde 2018. Por el momento aguardan la importación.

Falce cree que faltan algunos elementos para estar en una situación ideal. Por ejemplo, tener una pista de atletismo para correr y tener ropa de entrenamiento porque cada árbitro, dice, entrena con lo que tiene.

A su vez, entrenar en una cancha dura como la de césped sintético les puede generar a los árbitros sobrecargas musculares que les pueden derivar en lesiones. “Se va a pedir entrenar en otras de la canchas del Complejo, no solo en césped sintético”, dijo a Referí el presidente de la Asociación Uruguaya de Árbitro de Fútbol (Audaf), Marcelo de León.

“Lo que necesitamos es tener una mixtura de una cancha natural y utilizar el sintético cuando hay mal tiempo o como entrenamiento específico”, resumió De León.

Pese a estas carencias, la realidad es distinta a la de algunos años atrás. Los jueces del fútbol uruguayo pasaron por lugares que estaban en malas condiciones, que se inundaban, que no tenían agua.

En 2014, por ejemplo, los árbitros dejaron de entrenar en el Centro Militar y fueron a hacerlo en CAFO, en el Parque Batlle. En aquella oportunidad, según la crónica de Referí, los jueces del turno vespertino y nocturno no tenían vestuarios para cambiarse.

En el Complejo Militar de bulevar Artigas tuvieron una serie de inconvenientes, según relató el juez Christian Ferreyra en ese año, porque surgió una diferencia con otros atletas que llegaron a entrenar. Además, se apagaba la luz a las 21, una hora después de comenzar el entrenamiento.

El entrenamiento de los árbitros en el Parque Batlle en 2014

En 2018 seguían los problemas. Los árbitros entrenaban en el Nasazzi, pero dejaron de hacerlo allí porque el estadio de Bella Vista se comenzó a resembrar. Los jueces recibían por mail una rutina, pero no era lo mismo que hacerlo con un profesional cerca. “El ejercicio lo puede hacer o no, de pronto no me exijo o lo hago mal y me termino rompiendo", reveló en ese momento el juez Javier Bentancur a Referí.

Los preparadores físicos –que eran tres y ahora son cuatro– mandaban una rutina de entrenamiento y entre los árbitros se las arreglaban para cumplirlas, algunos en grupo, otros solos.

Un espacio en la rutina

Carlos Roca (35) llegó al Complejo con camisa y pantalón. Lleva ocho años como juez y está en segunda categoría. Prefiere el turno de la noche porque tiene que adecuar sus horarios no solo a este entrenamiento, sino también a las dos carreras que estudia, a su trabajo en la empresa Toyota y a la actividad gremial en Audaf.

Hace un año empezó a estudiar la licenciatura en Historia y desde hace tres Ciencias Políticas. Este 2019 fue un boom para sus estudios universitarios porque, al ser un año de elecciones, tenían ejemplos prácticos para poder analizar.

Carlos Roca tiene 35 años y hace ocho que es árbitro; está en la segunda categoría de AUF

Uno de los árbitros con los que suele charlar Roca todos los días es Modernell, pero nunca habían hablado de la carrera que estudiaba cada uno. Al punto que un día se cruzaron en el salón de clases de la Facultad de Humanidades y se dieron cuenta de que también son compañeros en la Universidad de la República.

“Fue de casualidad. Cuando entro y lo veo ahí... fue cómico”, comentó.

Modernell tiene 32 años y, al igual que Roca, es árbitro de AUF desde hace ocho. Terminó el liceo hace dos años y en 2019 empezó la licenciatura en Historia, donde aprobó cuatro materias y le quedan “un par” para terminar el primer año.

Modernell fue jugador de fútbol antes de su rol actual, jugó en la Liga de Canelones y pasó por la Primera división de Villa Teresa. Su padre también es árbitro y le insistía para que, cuando dejara de ser jugador, se dedicara a impartir justicia en las canchas. “Quise probar y me encantó. Me di cuenta que me gustaba mucho”, definió.

En el momento de tomar la decisión no pensó que los árbitros tiene que tolerar insultos en las canchas y soportar a los hinchas que van a descargarse. Modernell empezó a notar estas situaciones que padecen con el correr de los partidos y se dio cuenta que es algo que se toma como normal. “Es algo naturalizado y los que ingresamos en esto ya sabemos cómo son las reglas”, lamentó.

Para el juez y exfutbolista es difícil coordinar todas las actividad porque, además, trabaja en el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y tiene dos hijos, una de 12 y uno de seis. Por ahora la lleva bien: “El arbitraje, estudiar historia y trabajar en el Mides son cosas que me gustan y así es mucho más fácil organizarse”, destacó.

Cada uno de los 180 árbitros se hace un lugar en su rutina para ir a entrenar al menos dos veces por semana. Esto forma parte del convenio que asegura a los jueces tener un ingreso fijo mínimo base durante todo el año.

En el Complejo de la AUF se los puede ver sin la presión de las tribunas de los estadios y de las cámaras de televisión que analizarán al detalle las polémicas. Y también se los puede ver festejando el resultado al final de un partido cuando en cambio, los fines de semana, levantan los brazos y señalan al círculo central con la expresión más neutral posible.  

Un complejo propio

Los entrenamientos de los árbitros en el Complejo de la AUF tienen una fecha límite. La intención es volver al Nasazzi en el primer trimestre de 2020, pero para eso es necesario que se realicen algunas obras en el estadio de Bella Vista. También está previsto que los jueces tengan su propio terreno para entrenar antes del fin de mandato de Ignacio Alonso en la AUF, que finaliza en 2023. Por lo tanto, hay un proyecto a corto y otro a largo plazo.
El proyecto a largo plazo es conseguir un terreno y por esto los árbitros dialogan con la Intendencia de Canelones y la Intendencia de Montevideo, informó a Referí el presidente de Audaf, Marcelo De León. La idea es que ese lugar tenga unas 10 hectáreas de superficie y, según adelantó, tienen algunos campos vistos en el límite de los dos departamentos. A la AUF le corresponde conseguir los fondos para este proyecto.


“El proyecto que realmente esperamos es tener un lugar definitivo para entrenar, que tenga las condiciones que se necesitan para la preparación de los árbitros y no un club de fútbol adaptado para nosotros”, dijo el presidente de Audaf.
El proyecto transitorio es en el Nasazzi, donde los arquitectos de la AUF “ya están trabajando”, pero se espera ultimar detalles con la nueva directiva que tendrá Bella Vista. Lo que se necesita allí es realizar un gimnasio y acondicionar los vestuarios para que tengan agua. “Hay que cambiar el sistema de duchas, que es antiguo, y también reformar la instalación eléctrica”, detalló De León. 

Cifras

180 árbitros tiene la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) para todas sus disciplinas: fútbol de cancha masculino y femenino, futsal y fútbol playa. Solamente un 10% son mujeres. De acuerdo al convenio que tienen con la AUF, los jueces de primera categoría y los internacionales tienen garantizados el pago al equivalente a tres partidos por mes, arbitren o no.
18 años es la edad mínima exigida para ser árbitro de fútbol en cualquiera de las disciplinas en la AUF. Las edades de retiro varían de acuerdo a las categorías: 45 años en Primera, 39 años en segunda, 36 años en tercera y 34 años en cuarta. Es el filtro que tiene la AUF para generar un recambio de árbitros y que a los máximos niveles lleguen los mejores.

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