Imagine que usted llega a su casa, luego de un largo día de trabajo, una tarde cualquiera de invierno. La estufa prendida. El mate pronto y los niños piden para jugar. Afuera llueve y el frío castiga. Pero hay que salir a entrenar. No es en un gimnasio. No, tendrá que salir a la calle a remarla solo. Deberá realizar ejercicios contra lluvia y viento, sorteando pozos y piedras del cantero. Ni hablemos del peligro que implica andar cruzando la calle. Es la realidad de cualquier día de trabajo de un árbitro del fútbol uruguayo.
Sí, los eternos insultados por los hinchas los fines de semana, no tienen un lugar donde entrenar y deben trabajar en la calle. Una dura realidad que pocos miran. Se podría llegar a concluir que son amateurs, vestidos de profesionales. Así lo indican las condiciones que les dan para prepararse y las exigencias que tienen.
La semana previa al inicio del campeonato los árbitros decretaron el trabajo de “responsabilidad individual”. Al no tener una cancha donde trabajar, debieron salir a la calle cada uno por la suya.
“Los profesores nos mandaron un entrenamiento para todos los días. Es una rutina. ¿En qué consiste? Un día fueron pasadas de 100 metros, al otro día seis kilómetros, otro entrenamiento de velocidad. Yo alterno los lugares, un día lo hice en la ruta, otro en el rambla, y en la calle Varela”, dijo el presidente de la gremial Darío Ubriaco a El Observador.
Sin vestuario
Los árbitros entrenaban en el Comando Militar frente a Canal 5 pero una vez, en plena tarea, aparecieron unos atletas y se generó un diferendo. No fue el único incidente que los alejó del lugar. “A las 21 nos bajaban la luz. Y el trabajo empezaba a las 8”, reveló Christian Ferreyra a El Observador.
Mientras se busca una solución y se pactó para hoy una reunión con los neutrales, esta semana los jueces fueron citados en CAFO.
Hay tres horarios para entrenar: 8, 18.30 y 20 horas. Pero con un detalle. Los jueces recibieron un mail donde les informaron que para los entrenamientos de la tarde y de la noche no estaba disponible el vestuario. “La opción es ir cambiado, entrenar y bañarte en tu casa”, reveló Ferreyra. Y acotó: “En principio saldremos a entrenar en el cantero de Ricaldoni o en su defecto, los días de mal tiempo, se trabajará en la parte de calentamiento de los jugadores”.
Ferreyra salió solo la pasada semana “por el cantero de Propios entre Ramón Anador y Rivera. Además, como soy socio de la pista oficial de atletismo, donde pagás $ 1.000 por año, fui un par de veces a la semana. Pero das ventajas porque no es lo mismo estar con los profesores. Por ahí con un compañero te alentás y si tenés que hacer 10 vueltas el profe te marca. Si vas solo, de pronto a la séptima vuelta no corres más”.
Los riesgos
Detrás de esta historia hay riesgos que pocos analizan. Los árbitros son personas públicas corriendo por un cantero. Por si fuera poco prepararse en un lugar donde hay piedras o pozos no es lo ideal, ya que se ariesgan a lesiones.
“Te reconocen pero nunca tuve inconvenientes, acá la gente se calienta los domingos y se enfría los martes”, dijo Ubriaco.
Ferreyra destacó: “En la calle no es seguro entrenar. De repente la gente del ambiente te reconoce y estás expuesto”.
“Estamos lejos de tener las condiciones que debemos tener en todo sentid. Es largo el tema, pero nos acordamos cuando te comés un penal. El sistema no incluye a los árbitros. Lamentablemente es así”, concluyó Ubriaco.
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