Joédson Alves - EFE

Auge de mercado bursátil de Brasil oculta problemas más profundos

El presidente Bolsonaro proclama el éxito financiero pero el país está rezagado con respecto a otros mercados emergentes

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17 de enero de 2019 a las 14:10

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Jonathan Wheatley

La época de carnaval llega tarde a Brasil este año, pero para los inversionistas, parece haber llegado temprano.

Según los datos de Bloomberg, el real es la moneda de mejor desempeño del mundo hasta el momento en 2019, mientras que el Bovespa, el índice del mercado bursátil, ha alcanzado niveles máximos históricos en los últimos quince días.

El presidente Jair Bolsonaro, quien asumió el cargo el 1 de enero, emuló al presidente estadounidense, a quien tanto admira, celebrando en Twitter.

AFP

"La bolsa de valores ha alcanzado otro nivel histórico", tuiteó el hombre a quien algunos conocen como "el Trump Tropical". "La perspectiva global se ha sumado al optimismo sobre el nuevo gobierno en Brasil. ¡Con salud fiscal y libertad económica, restableceremos la confianza en nuestro país!"

Sin embargo, la confianza no es tan elevada como parece. La moneda se ha recuperado del nivel mínimo histórico frente al dólar estadounidense que alcanzó en septiembre y sigue estando aproximadamente el 60% por debajo del valor en dólares que tenía a mediados de 2011. Para los inversionistas en dólares, las acciones brasileñas (que se miden por el índice MSCI Brasil) valen menos de la mitad de su valor en la víspera de la crisis financiera mundial y desde entonces han tenido muy mal rendimiento con respecto al índice MSCI Emerging Markets en general.

Entonces, en esos términos, los activos brasileños tienen amplio margen para mejorar.

Muchos inversionistas creen que esto es exactamente lo que el gobierno de Bolsonaro podrá lograr. Ha prometido medidas radicales para mejorar las finanzas públicas, afectadas por el enorme déficit presupuestario de Brasil que es del 7% del producto interno bruto. También se esperan las anheladas reformas del sistema de bienestar. Si se implementan, las medidas podrían traer cambios positivos.

Entonces, en esos términos, los activos brasileños tienen amplio margen para mejorar.

Sin embargo, quizás el emblemático programa de ley y orden de Bolsonaro, con su enfoque en armar a civiles y darle a la policía licencia para matar, no sea nada positivo. El presidente brasileño firmó un decreto que facilita que los brasileños comunes compren y posean armas, lo cual cumple una de sus promesas centrales de campaña de armar a los "buenos" ciudadanos respetuosos de la ley y combatir la escalada de crímenes violentos.

Sin embargo, la nueva administración ha tenido un inicio titubeante. Se han anunciado y retractado varias medidas. Se habla de disputas entre figuras de alto nivel. Los opositores aducen que hay corrupción, lo cual recuerda no sólo el comportamiento de los gobiernos anteriores que los votantes rechazaron, sino especialmente el de los varios estratos de legisladores conocidos como el "baixo clero" (clero bajo) de los cuales emergieron Bolsonaro y muchos de sus partidarios en el congreso.

Algunos inversionistas le darán a Bolsonaro el beneficio de la duda y esperarán hasta seis meses para ver el progreso en el tema del bienestar y otras reformas. Otros buscarán acciones más inmediatas, especialmente después de que el congreso regrese del receso en febrero. Para cuando llegue el carnaval en la primera semana de marzo, posiblemente ya sabrán si es verdaderamente el momento de hacer fiesta.

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