Denis Dutra

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El séptimo día > economía

Bagayo K

El cero kilo desde Argentina muestra que el Mercosur es un muerto y que el insulto de Mujica a los Kirchner fue algo más que un desliz de calentura
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14 de abril de 2013 a las 00:00

Entre todo el barullo que se armó con la desdichada frase del presidente José Mujica sobre Cristina Fernández y su difunto marido Néstor Kirchner es probable que resulte fácil quedarse con lo accesorio del exabrupto presidencial supuestamente involuntario que se conoció por un micrófono abierto y no reparar en el fondo de la cosa y por tanto verdaderamente importante de la desgastada relación con el país de Perón , Maradona, Messi, El Papa Francisco I y Yayo Guridi.


Desde el lunes 8 la Aduana uruguaya aplica la denominada política “cero kilo” en todos los pasos fronterizos con Argentina. Se trata de una medida económica proteccionista que apunta a evitar que los uruguayos no crucen el charco a comprar mercaderías allí donde su dinero -por el crecimiento de los salarios y la evolución del el tipo de cambio tiene un poder de compra 33% mayor que hace un año atrás, según cálculos de la Unidad de Análisis Económico de El Observador. Replica la misma actitud de trabar a las importaciones que aplica el vecino país y que según reconoció esta semana a El Observador el presidente de la Cámara de Industrias Javier Carrau está causando dfuertes perjuicios en algunos rubros fabriles como el automotriz. En otras palabras, lo que hace el gobierno uruguayo es pagar con la misma moneda: tu te cerrás, yo me cierro. Aunque para la gente sean “hermanos progresistas”

Una perla más para el difunto Mercosur. Y si no repasemos .
Ese bloque regional nació el 26 de marzo de 1991 con el Tratado de Asunción que consagró entre sus países socios Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos, el establecimiento de un arancel externo común, la adopción de una política comercial común, la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los estados partes y la armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de integración. Todos esos enunciados fueron sistemáticamente violados desde aquel entonces con trabas ilegítimas al comercio y lo que es peor, el espíritu de aquel acuerdo fundacional fue hecho trizas por medidas de política económica que tuvieron en cuenta los intereses particulares de cada país. Las más groseras y flagrantes fueron los ajustes cambiarios en los socios grandes del bloque que dejaron en offside a los chicos.


El 13 de enero de 1999 Brasil devaluó el real y pulverizó la competitividad de las exportaciones uruguayas que tardaron varios años en recuperarse del tropezón.

El 6 de enero del 2002, como regalo de Reyes, Argentina puso fin a la convertibilidad cambiaria que establecía desde 1991 la paridad entre el peso argentino y el dólar. Provocó una furibunda crisis económica, política y social que traspasó el Río de la Plata y dejó a Uruguay al borde de la pulverización económica, con daños económicos y sociales irreversibles

Al promediar la primera década del nuevo milenio, la llegada al poder de gobernantes de signo “progresista” hizo que algunos pensaran que la mayor sintonía política entre sus gobernantes podría hacer olvidar las enormes asimetrías económicas que separan a las 4 naciones socias. Pero una planta de celulosa instalada sobre el margen del Río Uruguay puso al desnudo las enormes diferencias que existen entre la izquierda uruguaya y el peronismo de cuño populista que vive y lucha en el país de Jorge Luis Borges.



En junio pasado los presidentes de Uruguay y Brasil, los ex guerrilleros José Mujica y Dilma Rouseff, decidieron dejar en claro que nada tienen en común con Argentina y asestaron un tiro de gracia al Mercosur al adoptar unilateralmente un “plan de acción para fortalecer la integración regional”, tal como lo llamó en forma rimbombante la Presidencia uruguaya, aunque en los hechos significó cortarse solos y armar una especie de acuerdo bilateral por fuera del bloque.

Luego , en Brasilia, los presidentes José Mujica, Cristina Fernández y Dilma Rousselff hicieron suya la máxima del mandatario uruguayo de que lo político está sobre lo jurídico y aprobaron el ingreso de Venezuela al Mercosur. Para ello, los neodemócratas del sur del continente se aprovecharon que Paraguay estaba temporalmente suspendido por la destitución del presidente Fernando Lugo (el Parlamento de ese país se había negado a votar el ingreso de Venezuela). Y dale que va.


Después de ver todo eso no puede llamar la atención que los contrabandistas del litoral intenten obtener una entrevista al con el residente uruguayo para q los deje contrabandear mercaderías! . Como en los años 80 cuando los ómnibus que iban a Rivera y el Chuy volvían a Montevideo cargados de ticholos, Caña Belho Barreiro y remeras Hering.

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