Mario Bergara de niño acompañaba a su padre, periodista deportivo, al viejo edificio de La Mañana y El Diario en la calle Bartolomé Mitre. Ahí esperaba que las jornadas laborales, que se extendían hasta después de la medianoche, transcurrieran entre resultados de partidos de básquetbol y el humo de los cigarrillos. Pero su vocación estaba lejos de eso, comenzó a aparecer años más tarde y era una carrera no tan usual en esa época: economista. Ya recibido en la Universidad de la República, y trabajando en el Banco Central (BCU), realizó una maestría en la Universidad de California en Berkeley.
Luego estuvo cinco años en el Ministerio de Economía y ocho años y medio como presidente del BCU. Después decidió ingresar en la arena política, es senador y conformó su agrupación en el Frente Amplio: Convocatoria Seregnista. Allí confluyen Asamblea Uruguay, Fuerza Renovadora, Partido Demócrata Cristiano, Plataforma y Magnolia, entre otros sectores.
Bergara es autocrítico con la postura que tuvo el Frente Amplio en las últimas elecciones y entiende que alejarse de la gente y las peleas internas terminaron con las aspiraciones de una cuarta administración. Mirando hacia adelante afirma que la fuerza política debe actuar con más humildad para vencer a un oficialismo que desprecia al Estado y gobierna pensando en los “malla oro”.
El precandidato fue otro de los invitados a almorzar a La Casa Violeta por El Observador y lo que sigue es un resumen de la entrevista.
Bergara recuerda al primer gobierno del Frente Amplio y fundamentalmente a la figura de Danilo Astori.
¿Ese fue el mejor gobierno del Frente Amplio?
Sí, sobre todo en materia de transformaciones y reformas. En el segundo hubo alguna. La que destaco fue la de inclusión financiera. Toda la agenda de derechos también. El tercer gobierno fue bastante más inercial. No tuvo demasiada innovación, iniciativa.
Cuando fuiste presidente del BCU quedó la muletilla de los platitos chinos, la de mantener el equilibrio entre diferentes variables macroeconómicas. ¿El actual banco está cerca de ese equilibrio?
Creo que hay un platito que se le cayó y que fue el cambiario. Está enamorado del objetivo inflacionario y está bien que la inflación baje. Pero no de manera tan drástica, a costa de que se caigan otros objetivos.
Inés Guimaraens
Mario Bergara
¿Tendría que haber intervenido en el mercado de cambio para sostener al dólar?
Como hicimos en los 15 años de gobierno del Frente Amplio. Cuando el BCU percibía que el tipo de cambio se desplomaba por circunstancias que no eran estrictamente de mercado lo hizo. Afrontamos la crisis financiera internacional más grande del mundo desde la crisis de 1929. Nos inundaron de dólares, entraban miles de millones al país. Si el BCU no hubiera intervenido absorbiendo esos dólares, el tipo de cambio se hubiera ido a $ 14. Cuando hubo ruidos en el mundo que hicieron que subiera drásticamente también se intervino en la otra dirección. El año pasado estuvimos super desalineados y el BCU chifló para el costado. Debió intervenir en el mercado con el criterio de suavizar los movimientos y evitar los desalineamientos significativos en el terreno cambiario.
¿Cuáles serían los principales objetivos económicos si fueras presidente?
Mantener equilibrios macroeconómicos que son la base para cualquier política. Danilo (Astori) lo recordaba siempre y nosotros lo decíamos. No hay ningún proceso exitoso de crecimiento y de desarrollo en el mundo basado en la inestabilidad macroeconómica. Por lo tanto, la estabilidad macroeconómica y la reputación del país son dos cosas que hay que cuidar y que lamentablemente vamos a abordar en 2025 con circunstancias complejas. Con un déficit fiscal que se supone que era el caballito de batalla de este gobierno y que está más alto no que en 2019, más que en los 15 años del gobierno del Frente Amplio. Y una inflación que sí está más baja y esa es una buena noticia, pero en buena medida a costa del desalineamiento cambiario brutal que estamos teniendo. Lo primero es trabajar en sostener la estabilidad macroeconómica. Eso tiene que estar integrado con las políticas sociales. Ahí tenemos siempre una diferencia filosófica con los gobiernos de derecha, con la filosofía que dice: vos preocupate por la estabilidad macroeconómica y si hay impactos sociales negativos buscá cómo compensarlos.
El Frente Amplio mostró que esa era una visión equivocada y que se podía tener un proceso virtuoso de crecimiento con atención primordial a los aspectos sociales. Crecimiento que además trajo bienestar generalizado, salieron un millón de compatriotas de la pobreza, se bajó el desempleo del 40% a menos del 9%. Y se mejoró la equidad, los indicadores mejoraron todos sustancialmente durante los gobiernos del Frente Amplio y ahora todo eso ha empeorado un poco. Ni por asomo es lo que había antes.
¿Y a nivel político?
La gestión económica tiene que ver con la priorización de políticas. Astori decía que el presupuesto es la expresión financiera de la política de gobierno. Ahí, como no hay recursos para avanzar rápido en todas las áreas, hay que priorizar. Creo que hay algunas prioridades que deben atravesar las políticas de gobierno. En temas como la seguridad pública y el delito, pero sobre todo focalizado en el combate en la penetración del narcotráfico en los barrios. Segundo, una reforma educativa que realmente lleve a los chiquilines a estar preparados. También están los temas de la fragmentación y fractura social. En materia educativa no hay un único nivel, hay varios. Hay de primer mundo y hay paupérrimos. Una prioridad inmediata debe ser un shock en el Sistema Nacional de Cuidados. Atender a la niñez, a los adultos mayores y a las personas con discapacidad. Buscaría acuerdos de mediano y largo plazo en temas muy caros para la sociedad y que no pueden ser botín electoral.
Inés Guimaraens
Mario Bergara
Además se deberían tener políticas de inserción externa menos erráticas de las que tenemos. Este un mundo de gran incertidumbre, por eso estamos confiados en que el Frente Amplio, y en particular Convocatoria Seregnista, pone equipos a disposición de la sociedad uruguaya que creemos que tienen capacidades probadas para combatir la incertidumbre. Para tratar de dar un poco más de certezas en el marco de ese mundo incierto. Creo que la gente lo aprecia, lo necesita, lo merece. El mundo, más allá de que la situación económica y social de hoy no es la del 2004, es mucho más incierto que hace 20 años. Y navegar en la incertidumbre no es para cualquiera.
¿Es difícil lograr una síntesis política con tantos grupos dentro de la agrupación?
Es igual que el Frente Amplio en ese sentido. Más acotado. El Frente Amplio nunca fue homogéneo. Siempre fuimos orgullosos de decir que en la creación del Frente Amplio había desde marxistas hasta cristianos con toda la gama filosófica e ideológica en el camino. Y sigue siendo un crisol de diversidad. Pero no es un problema la diversidad, es riqueza porque se expresa en un accionar de unidad que además se sintetiza. Por ejemplo de cara al gobierno, en lo que son las bases programáticas que están aprobadas por el Congreso. El Frente Amplio no son solo sectores; hay bases que no se identifican con los sectores pero sí se sienten profundamente frenteamplistas. En Convocatoria Seregnista tenemos un crisol de sectores y de militantes con los que tenemos muchísima sintonía conceptual, de visión, y también diferencias de orden táctico. La gente conoce la impronta de este espacio. Y creemos que la propia elección interna del 2021 mostró la necesidad de este espacio porque fuimos tres sectores con votaciones muy cercanas a pesar de ser una elección muy de aparato. El Partido Comunista, el MPP y Convocatoria Seregnista . Eso marca el rol que tenemos, que creemos que contribuye al equilibrio dentro del Frente Amplio. Convocatoria Seregnista tiene una visión de gobierno, de Estado, de gobernar en base a enfrentar la realidad, no con eslóganes. No pensar que las cosas son sencillas y simples; son complejas y que hay que analizarlas en profundidad.
En un acto público dijiste que no había que pensar que la próxima elección ya estaba ganada, porque cuando el Frente Amplio lo hizo empezó a pelear para adentro y no para afuera. ¿Esa fue una de las razones por las que perdió?
Sí.
¿Se pensó que ya estaba ganada la elección?
O por lo menos de que ya habíamos generado un proceso en la interna y entonces mirábamos más para adentro, a pescar en la pecera, a maltratar al compañero, porque dábamos por sentado de que la elección estaba ganada. La vida y la sociedad nos mostraron que las elecciones nunca están ganadas para siempre. Hay que ganarlas y para eso hay que poner foco en la gestión política que nos lleve al triunfo y no a pelear para adentro. Creo que es una de las razones por las que perdimos. Espero que hayamos aprendido la lección ahora que viene un ciclo electoral. Que nos necesitamos todos para ganar. Todos los espacios y la militancia frenteamplista. Mirar para adentro no solamente es equivocado desde el punto de vista conceptual, sino que pone en riesgo la elección. ¿El Frente Amplio está mejor parado? Sí. ¿El gobierno se ha deshilachado? Sí. Pero ni por asomo es un gobierno derrotado. Y ni por asomo el Frente Amplio tiene la elección ganada.
Inés Guimaraens
Mario Bergara
Vos hacés autocrítica. ¿El Frente Amplio la hizo?
Creo que hubo autocrítica. Una fue que nos habíamos alejado de la sociedad en el diálogo y en eso se reaccionó. Recorrió el país entero con miles de reuniones. Tuvo una reacción política. Hay otras cosas de esas autocríticas que van a estar a prueba en el ciclo electoral, donde los demonios emergen. Una es no pensar que está la elección ganada. Lo otro es terminar de dejar de lado la soberbia y trabajar con mucha más humildad en el diálogo con la gente y en los temas. Nadie tiene la varita mágica para resolver el tema educativo, la fractura social, el narcotráfico y el delito. Ninguna de estas cosas las va a resolver un partido en una administración. Y eso requiere más humildad de la que tuvo el Frente Amplio en un momento, requiere menos soberbia. Ojalá que lo entendamos.
¿La principal crítica que le hacés a este gobierno es no mirar tanto a los sectores más vulnerables?
Priorizar a los “malla oro” es una definición ideológica con la que discrepamos de cabo a rabo. La famosa teoría del derrame nunca existió. En ningún lado y en ningún momento. A veces se enojan cuando hablamos de los “malla oro”, pero el propio presidente (Lacalle Pou) fue el que acuñó el concepto, en la lógica del derrame. Si a los “malla oro” les va bien eso derrama en la sociedad y a todos nos va bien. No sé de qué mundo se sacó eso, no de este seguramente. Esa es una de las principales diferencias conceptuales e ideológicas. La otra tiene que ver con el desprecio por el Estado que tiene, sobre todo, el Herrerismo. No hay forma de avanzar en este mundo incierto sin un Estado potente y activo. No gordo y fofo; eficiente pero potente. Esas son dos de las principales diferencias ideológicas. No es un gobierno humilde; echa la culpa a los demás. Y también creo que el Frente Amplio tiene que abordar temas con más humildad.