Si sufrir un robo ya es una experiencia negativa, shockeante y hasta traumática, aún más lo es cuando sucede junto a un hijo, sobrino o nieto. Si un niño presencia un robo, cualquiera pensaría que habría que contenerlo de alguna manera y explicarle la situación, pero ¿cómo?
Luego de sufrir una situación así, es normal que el niño pueda estar asustado o manifieste una precaución exacerbada por la seguridad en su entorno, incluso preocupándose por si puertas y ventanas están cerradas en la casa. Con el paso de los días estas sensaciones deberían ir cediendo, pero es importante hablar con él sobre lo sucedido. Un error muy frecuente es hacer que no pasó nada, debido a que no se sabe cómo abordar el tema.
Padres Hoy consultó a la doctora Natalia Trenchi, psiquiatra de niños y adolescentes, para conocer qué se debería hacer frente a una situación de este tipo.
¿Cómo hay que actuar cuando un hijo presencia un robo o un acto violento?
En situaciones de este tipo, tan estresantes y sorpresivas, los niños recurren a un recurso muy natural: observan cuál es la reacción del adulto de referencia y sintonizan con esa reacción. Entonces, si el adulto logra mantener la calma y protegerlo, la reacción será muy diferente a la que pueda tener si percibe un desborde absoluto o un no-manejo del autocontrol por parte del adulto.
Comúnmente los niños escuchan relatos acerca de la inseguridad, perciben que viven en un mundo peligroso, y experiencias así hacen que se crean que es más peligroso de lo que es en realidad. Estadísticamente es más probable que no los roben que sí los roben, pero para ellos esa probabilidad queda alterada después de que les pasó una vez. Por eso, es importante que se hable mucho con ellos y que se les devuelva en lo posible la seguridad. Como siempre, resulta importante que se sientan en libertad para hablar, contar o preguntar sobre lo que vivieron; aunque los padres estén tentados a no querer seguir hablando de lo que pasó. Si ellos lo necesitan, hay que respetárselo.
¿Es aconsejable que un profesional lo ayude a lidiar con el miedo?
Depende de cada situación. En la mayor parte de los casos, los niños superan estas experiencias con el tiempo y el apoyo de su familia. Si el niño queda extremadamente asustado y no mejora en el tiempo o incluso empeora, entonces sí puede ser indicada una actuación profesional, porque muchas veces lo que se establece es un estrés postraumático. Este es un cuadro que se caracteriza por pesadillas y flashbacks, imágenes que vuelven a la cabeza con lo que pasó. También pueden sentir mucho nerviosismo o palpitaciones y llegan a vivir con miedo permanente, pese al paso del tiempo.
¿Cómo explicarles que hay que tener cuidado pero no transmitirles miedo?
Cuando se habla con los niños hay que hacer énfasis en la idea de que siempre es necesario tomar el mayor cuidado posible. Es bueno enseñarles a tomar precauciones y a cuidarse en todos los casos de riesgo: se deben cerrar las puertas con el mismo criterio con que se debe poner protector solar o el cinturón de seguridad en el auto. Es decir, incorporarles los criterios de seguridad, ser realistas pero no vivir con miedo.
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