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Centros Espínola: el caballo de batalla de la ANEP que hasta ahora no arrancó por completo
Por Joaquín Pisa
Fueron la primera gran apuesta de las autoridades de la educación; la punta de lanza de una reforma que espera cambiar de una vez la situación de la enseñanza en Uruguay.
Los doce centros María Espínola constituyeron el plan piloto, en Secundaria y UTU, de una currícula organizada en "sectores de asignaturas y proyectos” con una apuesta por la “interdisciplinariedad”, así como un mayor “acompañamiento” a partir de nuevos referentes dentro de la comunidad educativa.
Sin embargo, con el primer año lectivo desde el comienzo del plan, los centros elegidos todavía no han logrado culminar con algunas de las reformas planteadas, sea por el escaso tiempo o por falta de educadores para los nuevos cargos de coordinación que este sistema propone.
En primer lugar, la pandemia atrasó la implementación de un aspecto clave de todo el plan, como lo es el comedor, y mermó la posibilidad de un horario completo de ocho horas para los alumnos, al menos hasta que la situación sanitaria se distendió, recién en el segundo semestre.
Los cambios académicos todavía no se ven reflejados, los horarios ya pactados dificultaron las instancias de coordinación, y todo esto dejó a los centros hasta ahora como una nueva versión de las escuelas de tiempo completo y de tiempo extendido.
"Con comedor los gurises vienen"
La UTU N° 2 de Flor de Maroñas está ubicada en un contexto socioeconómico crítico, y cuenta con dos policías en el portón principal en horas de clase porque hay problemas entre vecinos en la puerta, con armas y requerimientos por las autoridades incluidas. El centro fue inaugurado en 2019, y en diciembre de 2020 sus autoridades fueron notificadas por el Codicen de que pasaría a ser uno de los primeros Centros Espínola.
El director del instituto, Ariel Stefanoli, contó a El Observador que se fueron enterando "de a poco" de los cambios necesarios, y siempre con "el librito de cabecera con la propuesta", al que se puede acceder en la web de ANEP. El director explicó que no implicó "cambios de plan", pero sí una extensión horaria a 8 horas, de 8 a 16, y la formación de talleres educativos.
La pandemia afectó el comedor, elemento imprescindible para la educación de ocho horas y elemento educativo de reunión para la propuesta. Recién en agosto pudieron volver a dar este servicio a sus 211 estudiantes, antes de ello realizaban turnos de cuatro horas, algunos cursos en la mañana y otros en la tarde. El director del centro explicó que "con comedor los gurises vienen", dentro de un contexto con una "gran variedad de familias". "Hay gente que viene a las clases de apoyo sin tener por qué, para comer", indicó Stefanoli.
Permanencia de alumnos
El comedor no es, sin embargo, el único pendiente del plan piloto. María Carbonatti, directora de la UTU de Barrio Lavalleja –otro de los doce centros– también reconoce que el trabajo con la comunidad, uno de los pilares del plan de los Espínola, es un "debe" en el instituto, aunque ya trabaje con algunos centros salesianos.
Inaugurado en 2016, el edificio tiene dos pisos que no tienen ni un rasguño y también enseña educación Media Básica con horario completo.
Hoy en día la UTU de Barrio Lavalleja cuenta con 300 alumnos, aunque Carbonatti indicó que el número era mayor antes de la pandemia. En la jura de la bandera de 2020 les informaron desde Codicen la intención de que sean un Centro Espínola. Los cambios comenzaron a ser implementados entre mayo y junio de 2021, por dificultades como la organización de horarios y lograr articular la actividad curricular con la extracurricular.
La pandemia también dificultó la permanencia de los alumnos en los centros educativos. En Maroñas se trabajó con la organización social Abrojo, que llevó a cabo el proyecto "Revuelta", que busca llevar de vuelta a los centros educativos a los estudiantes que abandonan. "Volvieron unos cuantos", detalló Stefanoli, quien agregó que el trabajo con estas organizaciones y con la comunidad en general permitió conocer mayor información sobre las familias, para saber "cómo abordar cada caso".
Funcionamiento
La UTU de Maroñas debió llamar a un nuevo coordinador de enseñanza, con una vacante que no se llenó por concurso y debió hacerse a través de designación directa por Stefanoli a un profesor; una coordinadora de actividades, y un profesor de Tecnología y Innovación. Entre los coordinadores, el director del instituto destacó a la encargada de las actividades, porque con la realización de varios eventos "dio otra impronta" y un mayor "tiempo de adaptación" a los estudiantes y sus familias después de la pandemia.
Las contrataciones terminaron en octubre, por lo que recién en 2022 podrán comenzar con una coordinación completa del plan de los nuevos centros. "La idea es comenzar con todo en 2022, ya tenemos los horarios definidos y se están armando las duplas", indicó Stefanoli. Las duplas o tríos de profesores son un nuevo mecanismo que reúne a dos educadores por afinidad entre sus materias, simpatía, o un plan transversal con materias que no se relacionan en los papeles. Sumado a las horas de clase individual, estos grupos imparten una clase con una temática que cubra sus materias.
Toda la coordinación de estos aspectos es llevada por comisiones Espínola, formada por la dirección de los institutos, los coordinadores y profesores, que buscan generar un plan de mejora y un proyecto de centro.
En el caso de la UTU de Barrio Lavalleja, el proyecto fueron dos comisiones de docentes, una de Convivencia y otra que proyecta un plan de mejora, cuyos resultados en conjunto llevan a un proyecto de centro.. Después, también se generan proyectos particulares: en Barrio Lavalleja se llevó adelante un proyecto artístico que constó en pintar distintas superficies del barrio; en Maroñas se produjo un plan de reciclaje de alimentos y desechos del comedor, y del centro en general.
Para ayudar en el armado de todo el proceso, ANEP implementó la figura de los "facilitadores". "Acompañan el proceso, ayudan en la organización y trabajan con docentes", detalló la directora Carbonatti. Son dos por centro, y "tienen encuestas con indicadores para medir el clima institucional", explicó Stefanoli.
Esta medición permite conocer falencias del centro, como una falla que contó el director de la UTU de Maroñas: "Nos pidieron mejorar la comunicación entre la dirección y los docentes, porque enviábamos todo por mail. Pasamos a poner una planilla en la sala de profesores y había gente que no leía, así que vamos a poner una tele con avisos en la entrada".
Los centros María Espínola apuntan a "una jornada completa, una reestructuración del uso del tiempo escolar", y que "todos los agentes educativos" trabajen "en conjunto poniendo foco en el desarrollo integral de los estudiantes y en las nuevas oportunidades que ofrece el contexto", según informó la Administración Nacional de Educación Puública (ANEP) al momento de su lanzamiento, en diciembre de 2020. Para Robert Silva, presidente de la ANEP, estos institutos son clave para reducir las inequidades educativas entre alumnos de contextos socioeconómicos altos y bajos, con "docentes efectivos, equipos directivos formados, articulación entre las distintas disciplinas, coordinación de actividades deportivas, con docentes de tecnología trabajando con el Plan Ceibal y con tres comidas diarias".
