Lo clásico no pasa de moda reza el dicho, y hay rubros tradicionales que luchan todavía para que sea realidad. Las carnicerías, panaderías y heladerías son tres ejemplos de negocios que han subsistido a grandes crisis, reinventándose en momentos clave para poder seguir adelante con las puertas abiertas. Son diferentes entre sí por donde se los mire, pero sí hay algo en común que los ata: la competencia de las grandes superficies y la cercanía con el cliente, un valor fundamental que funciona como un diferencial.
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