Una de las banderas que el gobierno prometió impulsar fue modificar la forma en cómo se gestionan los precios de las tarifas públicas. Los combustibles que comercializa Ancap estaban dentro de ese plan. Si bien hubo contratiempos por la pandemia, los cambios que se han visto (hasta ahora) tienen gusto a poco y la sensación es que el plazo para realizar cambios profundos en el funcionamiento de toda la cadena comienza a agotarse y la discrecionalidad política mantendrá su protagonismo. De esto te escribiré en esta nueva entrega de Rincón y Misiones.
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