Cómo combatir la soledad en las altas esferas empresariales

Alejandro Laborde es de esas personas ante la cual uno se pregunta cómo puede estar involucrada en tantas actividades en simultáneo. Es ingeniero en Informática egresado de la Universidad Católica, tiene un MBA de la Escuela de Negocios del IEEM y se ha especializado en emprendimientos, innovación y operaciones en servicios. Está inmerso en el ecosistema emprendedor  en diferentes roles; es mentor en Sinergia y Endeavor, coordinador de la Red de Inversores Ángeles de Piso 40, profesor en la UCU Business School, y además, él mismo es emprendedor.

Luego de trabajar como subgerente general en Movie durante ocho años, abrió BMLatam en 2015, dedicada a la consultoría, representación y comercialización de compañías. En 2018 asumió la implementación y presidencia de un nuevo proyecto, Vistage Uruguay, una organización internacional de coaching ejecutivo y asesoramiento entre pares. Se basa en armar grupos de altos cargos empresariales -dueños y CEOs-, que se reúnen un día entero una vez al mes, para exponer la situación de sus empresas, plantear dificultades, analizar posibilidades y llegar en equipo a una mejor toma de decisiones.

Cada grupo está coordinado por un chairman, rol que asumen personas que por muchos años han tenido cargos de dirección y que quieren seguir activos compartiendo sus conocimientos y experiencia. El plantel de chairmans está compuesto por Roberto De Luca, presidente de la Asociación de Bancos y exsocio de Deloitte; Adrián Edelman, consultor y profesor del IEEM; Santiago Mercant, vicerrector administrativo de la UCU; Virginia Suárez, exgerenta general de HSBC; Andrewina Mc Cubbin, exgerenta general de Coca Cola; Graciela Reybaud, gerenta general de Banque Heritage; Osvaldo Giraudo, exgerente general de Ducsa; Daniel Siminovich, consultor y José Palma, gerente general de Louis Dreyfuss.

¿En qué consiste el coaching ejecutivo?
Busca que el miembro detecte con su chairman cuáles son los desafíos que está afrontando como líder, como empresario, como persona en su familia, para luego llevarlos al grupo y que este lo ayude a tomar una mejor decisión para resolverlos, con una amplitud de mirada mayor que si la tomara solo o con un coach de manera individual.

¿Cuáles son los problemas que les plantean los miembros?
Muchos tienen que ver con desafíos de empresa: cómo crecer, cómo retener gente, cómo reclutar buenos talentos, cómo tener conversaciones difíciles con sus socios, cómo comprar o vender acciones, cómo establecer un plan de sucesión familiar; típicas cuestiones del mundo empresarial. Cuando el grupo empieza a tener más confianza, se entrelazan temas más personales: cómo hacer para bajar la demanda laboral para pasar más tiempo con la familia, cómo plantearles temas de traslados o de ascensos, entre otros. Al final del día es lo mismo, porque las personas son las mismas, eso de “dejo los problemas del trabajo fuera de casa y los de casa fuera del trabajo” es una falacia que no es muy realizable en el día a día.

¿Se requiere de un mínimo de facturación anual para participar?
No, no tenemos restricciones ni por tamaño de empresa ni por edad. La cuota es de US$ 6.000 al año y debería ser un número que no afecte la facturación anual de la empresa: es una inversión que hace el miembro desde un punto de vista económico.
De todas formas, la barrera más grande que tiene una persona para entrar a Vistage quizá sea el tiempo. La inversión más grande es tomarse un día entero al mes para charlar con su grupo de temas que le importan y le preocupan. Eso, a veces, es difícil para gente que viaja mucho, que tiene agendas complicadas, que tiene demandas familiares.

¿De qué tipo de empresas provienen los miembros?

El 80% son de empresas locales, de mediano y gran porte, pero también tenemos de multinacionales. Nuestra cartera de clientes está compuesta por Hering, WTC Free Zone, G4S, Bosch, Créditos Directos, WTC Free Zone, Urutrame, COPAC, UAG, Silpen, Endeavor, G4S, Desem, ReachingU, Dovat Arquitectos, Marcel Calzados, entre otros.

¿Cómo definiría el perfil de los altos ejecutivos uruguayos?
Es variopinto. Los que están en Vistage están buscando un alto nivel de desafío, con ganas de crecer tanto en lo personal como en lo profesional, con una vocación por el otro. Son generosos a la hora de dar recomendaciones y abiertos a recibir, y creen que en los grupos sucede algo particular que hace que se tomen mejores decisiones que en forma aislada. En cuanto a la formación académica, tenemos gente con posgrados, MBA o programas de alta dirección y otros empresarios que quizá no terminaron el liceo; hay una complementariedad que está buena.

¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta alguien que está en un alto cargo?
Primero, el estar solo. Hay conversaciones que no las puede tener ni con un consultor ni con su familia ni con sus amigos. Por eso el grupo es un lugar donde puede tener esas conversaciones con personas que están viviendo, sintiendo y enfrentando cosas parecidas.

También es un muy buen lugar para rendir cuentas, en especial para aquellos que no tienen directorios en sus empresas.

Otra cosa que se da en los grupos es la posibilidad de adelantarse o estar preparado para los cambios, porque quizá alguien plantea un problema que todavía no afectó al resto, pero que en cualquier momento llegará.

¿Hay una tendencia hacia un liderazgo más horizontal?
Creo mucho en la colaboración y en la complementariedad para hacer las cosas. Esto de que haya una persona que sea buena para todo y que nos lleve a un lugar mejor por sí sola no existe.
Hay gente que inspira mucho y que logra que pensemos, que sintamos y que actuemos de determinada manera, pero creo también mucho en la colaboración. Para que un líder consiga cosas tiene que haber gente que haga y vaya para donde dice, y eso requiere de mucha humildad, mucha disciplina, y mucha capacidad de aceptación.