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Cómo fueron las últimas transiciones entre gobiernos de distintos partidos

Luego de la apertura democrática hubo tres transiciones (1989, 1994 y 2004) protagonizadas por Sanguinetti, Lacalle, Batlle y Tabaré Vázquez

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29 de noviembre de 2019 a las 13:37

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Luis Lacalle Pou será el próximo presidente de Uruguay, una noticia que se terminó de confirmar este jueves con el avance del escrutinio de los votos observados. El actual mandatario, Tabaré Vázquez, sin embargo, se prepara para la transición con el futuro gobierno desde agosto, cuando les ordenó a sus ministros que redactaran informes con los detalles de su gestión para facilitar la tarea de sus sucesores. Juan Andrés Roballo, el prosecretario de Presidencia, y Álvaro García, el director de la OPP, serán los encargados de trabajar en la transición entre el gobierno del Frente Amplio y el del Partido Nacional, contó el mandatario este domingo. 

Antes de ir a sufragar, el jefe de Estado se mostró dispuesto a recibir al próximo presidente a la mañana siguiente para asegurar una transición sin sobresaltos. Asimismo, referentes del oficialismo saludaron este jueves a Lacalle Pou y Beatriz Argimón, la vicepresidenta electa. 

La calma con que transcurrieron estas elecciones, cuyos resultados pondrán un punto final a 15 de gobiernos del Frente Amplio, es mirado con asombro por otros países. "En una América Latina en llamas, Uruguay recibe en paz resultado de elecciones", destacó, por ejemplo, la agencia internacional AFP. 

La tradición uruguaya muestra que las transiciones en las que hubo cambio de partido político en los últimos 30 años no ha distado mucho de ese clima de cierta tranquilidad que puede percibirse en estos días.

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Llegar al llamado gobierno “de coincidencia nacional” no fue fácil para Luis Alberto Lacalle. Los candidatos favoritos en las elecciones de 1989, el nacionalista Lacalle y el colorado Jorge Batlle, compartían una agenda de corte liberal. Sus agendas estaban dominadas “por temas como la reducción del déficit fiscal como camino prioritario para abatir la inflación, una fuerte apertura de la economía, la desregulación del mercado laboral”, recuerda el historiador Gerardo Caetano en el texto 20 años de democracia. Uruguay: 1985-2005: miradas múltiples. 

El presidente Julio María Sanguinetti no compartía los enfoques de los eventuales futuros presidentes. Después de idas y venidas, los partidos llegaron a un acuerdo que aseguraba mayorías parlamentarias (64% de las bancas). Los temas sobre los que hubo consenso fueron el ajuste fiscal, la forma de elección de autoridades del Codicen, la creación del Ministerio de Vivienda, la reforma del Estado a través de privatizaciones y otros instrumentos y la reforma de la seguridad social, entre otros, destaca Caetano. 

El cambio de mando entre Sanguinetti, el presidente saliente, y Lacalle transcurrió sin sobresaltos. Sin embargo, las diferencias entre los referentes de la coalición afloraron apenas asumió el gobierno. En 1991 se retiraron el Foro Batllista, el sector de Sanguinetti, y el Batllismo Radical de la vieja lista 15, liderado por Jorge Batlle.

Al terminar su administración, Lacalle Herrera solo contaba con el respaldo de la Unión Colorada y Batllista. La carrera electoral hacia las elecciones de 1994 comenzó más temprano que de costumbre, y eso llevó a que incluso fuera imposible acordar sobre leyes puntuales relevantes.

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Las elecciones de 1994 fueron incluso más reñidas que las de 2019. La noche del 27 de noviembre de 1994 apenas hubo diferencias en la cantidad de votos que obtuvieron los tres candidatos en carrera: Julio María Sanguinetti (Partido Colorado), Alberto Volonté (Partido Nacional) y Tabaré Vázquez (Encuentro Progresista).

Sanguinetti se impuso por apenas 1,1% de los votos sobre Volonté y 1,3% sobre Vázquez. El candidato blanco llamó al expresidente colorado para felicitarlo, pero él se abstuvo de reconocer públicamente que había ganado hasta la madrugada del lunes. Al día acudió a su casa, en Punta Carretas, acompañado por dirigentes nacionalistas de su confianza. 

El líder de Encuentro Progresista, por su parte, no reconoció la victoria de Sanguinetti el 27 de noviembre. Lo hizo al día siguiente, antes de irse de vacaciones a Aceguá, en una carta en la que se puso a disposición del presidente electo para lograr "la construcción de un Uruguay mejor”. 

Lacalle y Sanguinetti se reunieron el 29 de noviembre, en el edificio Libertad. El encuentro duró 45 minutos y, según la prensa de esa época, el mandatario blanco se puso a disposición de su sucesor y se comprometió a facilitar toda la información que estuviera a su alcance. 

La siguiente transición entre partidos de distintos signos políticos se dio en 2004, cuando el 31 de octubre Tabaré Vázquez ganó las elecciones y se convirtió en el primer presidente de izquierda. El gobierno saliente era el del colorado Jorge Batalle. Tanto el Partido Colorado como el Frente Amplio designaron referentes para encargarse de la transición. En un breve discurso a la prensa, Vázquez anunció esa noche la primera de una serie de reuniones: entre el entonces secretario de Presidencia, Raúl Lago, y Gonzalo Fernández, quien lo sucedería el 1° de marzo del año siguiente. 

Este jueves, Lago recordó en el programa Fácil Desviarse (FM Del Sol) el proceso de transición y contó que el presidente Batlle había ordenado auditorías de todos los organismos del Estado meses antes de las elecciones. Según informó entonces El Observador, el mandatario felicitó al ganador al día siguiente en cadena nacional. 

Camilo dos Santos

En su discurso, a su vez, Vázquez anunció que en su administración le daría participación al Partido Nacional y al Partido Colorado para garantizar un amplio sustento social y político para su gobierno. 

Incluso antes de que se celebraran los comicios, la coalición de izquierda se había preparado para la victoria en primera vuelta. El Encuentro Progresista había pautado la conformación de grupos de trabajo para comenzar a recibir información de diversas áreas del gobierno. El coordinador de los grupos fue Héctor Lescano, quien luego asumiría como ministro de Turismo y Deporte. 

Asimismo, el eventual ministro de Economía, Danilo Astori, se reunió con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) para negociar el pago de la deuda externa. Tras la salida de la crisis económica, la información de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto era prioritaria para la izquierda. 

Después del 8 de noviembre, Vázquez comenzó a reunirse con los referentes de los partidos políticos opositores a su gobierno para tantear qué nivel de apoyo podría tener como presidente y, eventualmente, proponerles cargos en los diferentes entes autónomos. 

Aunque Vázquez nunca lo propuso, blancos y colorados rechazaron integrar el gabinete del presidente electo. Aun así, en el Partido Nacional, y particularmente entre quienes habían respaldado a Jorge Larrañaga en las elecciones, prevalecía la idea de buscar entendimientos con el gobierno entrante, en el marco de una “tregua” anunciada por el líder de Alianza Nacional antes de las elecciones. Sin embargo, la posición de los referentes del Herrerismo era menos conciliadora. 

El Partido Colorado mantuvo la cautela. Sanguinetti y Batlle esperaron a escuchar las propuestas de Vázquez para pronunciarse, aunque el dos veces presidente dijo que su función era ser “oposición constructiva”. 

Quince años después, una nueva transición entre partidos se concretará cuando Lacalle Pou asuma como presidente el próximo 1° de marzo. La semana próxima comenzará la transición, con el compromiso de hacer auditorías de todos los organismos firmado por los cinco referentes de la coalición en su acuerdo programático: Lacalle Pou, Ernesto Talvi, Guido Manini Ríos, Pablo Mieres y Edgardo Novick. 

Los festejos de la nueva coalición de gobierno se postergaron cuatro días. Cuando este domingo la Corte Electoral terminó el escrutinio primario, el candidato blanco aventajaba a Martínez por 28.666 votos. Para que el líder oficialista tuviera chances matemáticas de ganarle a Lacalle Pou, el ahora presidente electo debía llegar a 3.170 votos entre los 35.229 observados. La ajustada diferencia entusiasmó a Martínez, el primer candidato desde la apertura democrática (1985) en no reconocer su derrota en la noche de las elecciones.

La confirmación llegó este jueves, pasado el mediodía, cuando el excandidato del Frente Amplio Daniel Martínez reconoció su derrota: “La evolución del escrutinio de los votos observados no modifica la tendencia”, escribió el ingeniero en Twitter. 

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