Incansable luchador por los derechos civiles, Cornel West es un icono cultural de la izquierda estadounidense.

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Cornel West será el tercero en discordia en las presidenciales estadounidenses

El académico, crítico, actor, activista por los Derechos Humanos y miembro de Socialistas Democráticos de América anunció su postulación por el Partido Popular. ¿Quién es el llamado “candidato imposible”?
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09 de junio de 2023 a las 05:00

Muchos lo recuerdan como el “consejero West” de Zion, la última ciudad humana de la Tierra producto de la guerra contra las máquinas en Matrix Recargado y Matrix Revoluciones. También por su rol en La vida privada de Pippa Lee. No faltan quienes siguen con entusiasmo sus podcasts y participaciones en grabación de discos de hip-hop, un género que analizó en sus vínculos con la política.

Filósofo, autor de innumerables libros e incansable luchador por los derechos civiles, Cornel West es un icono cultural y uno de los intelectuales más consultados y respetados por la izquierda estadounidense. Según la prestigiosa revista de análisis político The American Prospect, es uno de los cuatro pensadores más importantes de la era post-Covid.

Su postulación para la Casa Blanca es por el Partido Popular, un pequeño espacio de izquierda surgido en 1890 de bases agrarias en el sur y el oeste de los Estados Unidos que se disolvió luego de apoyar la nominación del demócrata William Jennings Bryan en los comicios de 1896, lo que no impidió que algunos de sus cuadros siguieran militando y le dieran continuidad hasta la actualidad.

En un mensaje vía Twitter, West, de 70 años y ex profesor en la Universidad de Princeton donde enseñó en el Centro de Estudios Afroestadounidenses y en el Departamento de Religión, afirmó que su postulación obedece a la decisión de continuar “luchando para acabar con la pobreza, el encarcelamiento masivo, poner fin a las guerras y el colapso ecológico, garantizando vivienda, atención médica, educación y salarios dignos para todos”.

“Quiero volver a presentar a los Estados Unidos lo mejor de sí mismo: la dignidad, el coraje y la creatividad de la valiosa gente común”, declaró en el sitio web del Partido Popular el filósofo nacido en Tulsa, Oklahoma, pero criado en Sacramento, California, donde su padre era contratista para el Departamento de Defensa y su madre profesora de escuelas secundarias.

En 1970, después de graduarse en la John Fitzgerald Kennedy High School, West estudió en la Universidad de Harvard y recibió clases de los filósofos Robert Nozick (1938-2002) y Stanley Cavell (1926-2018). En 1980, se doctoró en Princeton bajo la influencia del pragmatismo de Richard Rorty (1931-2007) con una tesis doctoral titulada Ética, historicismo y tradición marxista, posteriormente revisada y publicada como Las dimensiones éticas del pensamiento marxista.

“En estos tiempos sombríos, decidí postularme por la verdad y la justicia, lo que toma la forma de postularme para presidente”, dice en el video publicado en Twitter. “Entro en la búsqueda de la verdad. Entro en la búsqueda de la justicia. Y la presidencia es sólo un vehículo para buscar esa verdad y justicia, lo que estuve tratando de hacer toda mi vida”, agrega West, cuyas obras se centraron en cuestiones raciales y relativas a las clases populares de la sociedad estadounidense.

Profesor desde fines de la década de 1970 en el Seminario Teológico Unión, en Nueva York, West desarrolló una vasta bibliografía teórica y se considera a sí mismo como “un demócrata radical y socialista que deriva de múltiples tradiciones, incluido el cristianismo, la iglesia afroamericana, el marxismo, el neopragmatismo y el trascendentalismo”.

Entre sus libros más influyentes están Asuntos de Raza (1994) y Asuntos de la democracia (2004). Además, La evasión americana de la filosofía (2008), donde ofrece una mirada histórica del desarrollo de la filosofía pragmatista en los Estados Unidos, combinando su análisis de raíz marxista con el análisis histórico, social y teórico de autores como Ralph Emerson, John Dewey, Charles Peirce y Williams James, los padres del pragmatismo.

Terceros en discordia

La historia de los Estados Unidos da cuenta de muchos intentos fallidos de romper el bipartidismo, y West ingresa a la carrera presidencial con muy pocas chances de ocupar el Salón Oval de la Casa Blanca. Sin embargo, algunos observadores destacan que podría restarle votos a Joe Biden, en unos comicios que se esperan muy ajustados. Recuerdan, además, que algunos “terceros en discordia” tuvieron un gran impacto en las presidenciales.

Fue el caso de la candidatura de Ross Perot, en 1992, al que se considera un factor importante en la derrota del expresidente republicano George Bush ante el demócrata Bill Clinton. Perot, fundador de Electronic Data Systems, empresa de soportes electrónicos que vendió en 1984 a la General Motors por US$ 2.500 millones, lanzó su candidatura en el programa de Larry King y consiguió una parte de los votantes republicanos con los casi 20 millones de sufragios que recibió.

Hay otros casos. Muchos sostienen que el candidato presidencial demócrata Al Gore habría vencido al republicano George W. Bush si el postulante del Partido Verde, Ralph Nader, no hubiera entrado en la contienda. Nader apareció en la boleta electoral en estados indecisos que se demostraron cruciales, como Florida, en donde toda la elección presidencial se decidió por unos pocos cientos de votos en medio de dudas sobre la transparencia del recuento, lo que le dio finalmente la victoria a Bush.

West y la política

Comentarista en la arena política, West es una figura que aparece con frecuencia en televisión y no es un novato en el siempre complejo terreno de las disputas políticas. Sobre su rebeldía sobran ejemplos. En 1985, la Yale Divinity School lo contrató para enseñar historia estadounidense. Mientras lo hacía se manifestó en el campus contra el apartheid sudafricano, lo que le valió ser arrestado.

Hace dos años, West insinuó que la Universidad de Harvard le había negado la titularidad de una cátedra. En una petición, firmada por más de 90 organizaciones de las cada de estudios, incluidos grupos judíos como la Coalición Judía por la Paz, los estudiantes afirmaron que la negativa a otorgarle la titularidad era “un testimonio de la continua expulsión de profesores que ofrecen un análisis incisivo de la supremacía blanca, el capitalismo racial, el sionismo, y el complejo militar-industrial, todo lo que el profesor West critica fervientemente”.

West hace mención a menudo sobre la falta de un liderazgo negro adecuado y de cómo esto genera dudas dentro de las comunidades negras sobre su potencial político para garantizar un cambio. En 2007, apoyó públicamente al entonces senador Barack Obama. Habló ante más de un millar de sus seguidores en el famoso Teatro Apollo, del Harlem de Nueva York.

Sin embargo, desencantado con Obama, cuando el ya mandatario ganó el Premio Nobel de la Paz en 2009 dijo que sería difícil para Obama ser “un presidente de guerra con un premio de paz”.

West se retractó aún más de su apoyo a Obama en una entrevista de abril de 2011, afirmando que era “una mascota negra de los oligarcas de Wall Street y un títere negro de los plutócratas corporativos” que se había “convertido en el jefe de la máquina de matar y en un republicano de Rockefeller con la cara pintada de negro”.

Desde 2015 a la actualidad, West expresó su apoyo al senador demócrata Bernie Sanders. Durante una entrevista en CNN Tonight argumentó que los planes de Sanders para redistribuir la riqueza de las élites de Wall Street a los miembros más pobres de la sociedad serían beneficiosos para la comunidad afroamericana. El 24 de agosto de 2015 tuiteó: “Respaldo al hermano @BernieSanders porque es un corredor de larga distancia con integridad en la lucha por la justicia durante más de 50 años”.

En julio de 2016, después de que Sanders abandonara la carrera presidencial, West respaldó a la candidata del Partido Verde, Jill Stein, y a su compañero de fórmula, Ajamu Baraka. Durísimo crítico de la actual política exterior de los Estados Unidos, se refirió a Hillary Clinton como un “desastre neoliberal” y acusó a Clinton de “hacerse pasar por progresista”. Tras la victoria de Donald Trump, en un artículo de opinión para The Guardian, dejó en claro sus análisis: “Los votantes blancos de la clase media trabajadora rechazan la negligencia económica de las políticas neoliberales y la arrogancia santurrona de las élites, pero apoyaron un candidato que parece culpar de su miseria social a las minorías y en este proceso alienó a los inmigrantes mexicanos, a los musulmanes, a los negros, a los judíos, a los homosexuales y las mujeres”.

Decidido a “empoderar a las personas que fueron empujadas a los márgenes”, aunque casi sin otro recurso que su capital intelectual y sus intervenciones profundas y filosas, Cornel West, al que algunos medios definieron como el “candidato imposible”, podría ser un factor de peso en una elección en que, muy probablemente, volverá a tener a Biden y Trump como principales protagonistas.

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