De marcar a Morena a la utilería del Villa

Osvaldo entrenó en Peñarol y hacía enojar a Bagnulo cuando le pegaba a Morena; hoy es el equipier de Villa Teresa
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20 de noviembre de 2017 a las 05:00
"Lo levantaba en la pata a (Fernando) Morena. Un día vino el Hugo Bagnulo a decirme que no me arrimara mucho a Morena. Y le dije: 'Yo, adentro de la cancha le pego a mi madre; si pone a mi vieja, le pego'. No lo podía tocar al Potrillo. El viejo lo cuidaba", rememoró Osvaldo Roberto de aquellos años donde soñaba con ser jugador y entrenaba en el Peñarol de las estrellas.

En Los Aromos convivía con el Chueco José Batlle Perdomo, José Luis Zalazar, Daniel Vidal, César Pereira. Fueron cuatro meses.

En su juventud, Osvaldo no medía las consecuencias. Recordó que su padre, con quien repartía diarios en Sayago, le decía: "Te gustan todas". Y se iba "de gira" por los bares.

Al no quedar en Peñarol se fue a Rampla donde se lesionó cuando estaba a punto de debutar. Entonces apareció un profe conocido que le ofreció ir a Villa Teresa. Llegó y no se fue más.

Desde 1984 a la fecha, en el Villa jugó, ascendió, fue compinche y compañero de Vito Beato, acompañó al club en el ciclismo y desde hace unos años es el encargado de la utilería del equipo.

Osvaldo rememora aquellos viejos tiempos de jugador. "El Villa es camión sí, porque a los campeonatos de antes íbamos en camión. Una vuelta Sandoval (Ariel, entrenador del ascenso de 1984) hizo un partido en Los Aromos y fuimos en camión. Dos por tres el Canario hacía partido con Peñarol y nosotros íbamos en camión (risas). Sandoval era un mago como técnico. Yo andaba bien y me decía: 'Osvaldito, vas a tener 200 pares de zapato'. ¡Yo no tenía ni uno! Mi primer par de zapatos me los regaló él y eran de Gustavo Fernández. Unos intercambiables que me los ponía y con las canchas duras sabés como quedabas. Pero era fuerte. Yo andaba, pero me gustaban todas (dice, mientras hace un gesto con el dedo como diciendo que tomaba). Mi viejo me cantaba las 40, te gusta andar de minas, te gusta la joda, te gustan todas, y era verdad. Andaba, me querían todos los equipos, ¡hasta el Paco me quería! Pero después que le sacaban el corcho a la botella... me gustaba el trago. Y después de los partidos nosotros salíamos de gira".

A pocos metros, arriba de una mesa, unos de los fundadores del cuadro, Domingo Franco, dobla unas camisetas de la Cuarta.

Y Osvaldo cuenta una historia que lo tiene como protagonista a don Domingo: "Una vez andábamos de gira en Rivera y Larrañaga, hay un bar ahí y era el último que hacíamos. Eran las dos o las tres de la mañana y me decían Osvaldo tenés que ir vos hasta la casa. Veníamos en taxi, le golpeaba y le decía: 'Papá mirá que andamos de gira y quedamos cortos'. ¿Cuánto precisás? Me decía y me daba la plata. Pero él sabía que el martes cuando había que entrenar estábamos al firme".

El utilero agrega: "Por algo no llegué. Capaz que, como era yo, me hubiera escrachado por ahí con un coche con cuatro o cinco minas arriba. Cuando jugaba en el Tercero de Peñarol hacíamos todos los bailes. Me acuerdo que al Negro Próspero Silva lo teníamos que dejar en la calle Maldonado, en la sede. Y vos cuando sos joven... se nace para llegar. Lo que pasa es que a veces llegan otros que se cuidan".

Los avatares de la vida lo llevaron a Osvaldo a Argentina por lo que no vivió la etapa cuando el club se fusionó con Salus y Huracán formando una nueva institución llamada Alianza.

A su regreso pasó a vivir en una casa frente a la sede. Y de ahí a la utilería fue un paso. "Estaba en el ciclismo, siempre estuve acá y nos damos una mano. Es fácil porque vos tenés que darle el gusto a los jugadores. Acá es todo sacrificio. Ahora están con el asunto de con qué número juegan; antes, con tal de jugar, te ponías la 50, ahora quieren el 10. Y hay líos con eso. Yo le doy la 10 al titular, si sos suplentes no podés pelear por esa camiseta. Yo le doy prioridad que elija al titular. Y los otros andan entrompados. Pero es la ley, tiene prioridad el que va a entrar jugando".

Si hay un personaje identificado con Villa Teresa es Vito Beato. El exentrenador del club logró ascensos como jugador y como entrenador llevó al club a Primera.

Vito jugó con Roberto y se crió con el Tano. Es amado en el Villa. "Acá en el Villa es una institución. Subió como jugador, subió como técnico. Ponía plata. No había para el ómnibus o para los jugadores y sacaba del bolsillo. Palabras mayores en el club. Es hincha. El aroma del tuco para los tallarines caseros llama. La sede del Villa se prepara para el almuerzo. Las dos pequeñas manzanas que están en la mesa de la utilería no serán tocadas. La charla va llegando a su fin.

"¿Qué es el Villa para mí?", se pregunta Osvaldo mientras piensa... "Tenés que estar acá para saber lo que es esto. Es diferente a todo. En mi vida es algo muy grande. Vivimos muchas cosas acá".
Parado a su lado, el Tano Romanielli acota: "Yo tengo mis hermanos, mi familia, todos acá en el club. Este es mi club. Esto es mi vida. Le di todo... El Villa es esto...", dice mientras se golpea el corazón y los ojos se le ponen vidriosos por las lágrimas.

"Cuando la fusión con Salus no pisé el club"

El Tano Mauro Romaniello lleva a Villa Teresa en la sangre. Se le nota cuando habla del club. Por eso sintió como una traición cuando el Villa se fusionó con Salus y Huracán del Paso de la Arena bajo el nombre de Alianza.

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"Cuando se realizó la fusión y formaron Alianza me fui del Villa. No estaba de acuerdo. Muchos no fuimos más. No pise más el club durante siete años. De 2000 a 2007 pasaba por enfrente y seguía de largo. Me gritaban, vení, vení. No, yo hasta que no se vayan de al lado del Salus no volvía. Anti Salus. Toda la vida nos peleamos contra ellos, me llevé tantas piñas, tantos palos de los milicos en el lomo, que voy a ir a gritar por ellos. No. Cuando se abrieron volví", contó a Referí.

El Tano, que mientras se realizaba la nota estaba cocinando un tuco para comer unos tallarines caseros, expresó: "Acá la camiseta no se puede cambiar. Una vez hicieron un diseño nuevo y todo el mundo tiró la bronca. Los viejos son muy tradicionalistas".

Jugadores del barrio, no

El Tano habla con admiración del extécnico del club Vito Beato. "Con el Vito me crié desde chiquito. El Loco le sabe llegar a los jugadores pero tiene un tema: no le gustan los jugadores del barrio. No quiere jugadores del barrio porque se lleva bien con todo el mundo y si los tiene que relajar no los relaja. Él te decía de frente y mano: 'Jugadores del barrio no quiero", expresó el Tano Mauro Romaniello que colabora con Osvaldo en la utilería.

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El ascenso del 84

Roberto, el utilero del Villa es el tercero que está parado desde la izquierda. La foto es del ascenso de 1984. Fue compañero de Vito Beato de quien dijo: "¡Uhhh! Las veces que lo vi pelear por el Villa. Una vez jugamos contra Basáñez en la cancha de Fénix. Si nos ganaban subían. Les empatamos. El Loco saltó solo para la tribuna de Basáñez y el Oreja González le pegó una piña y lo noqueó. Pero había que aguantarlo al Loco...Remaba. Le gustaba remar (pelear)".
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Juan Tejera

"A Juancito Tejera lo fuimos a buscar a La Teja. Dormía acá. Había dejado de jugar al fútbol y volvió. Dormía arriba de la mesa del casín porque no tenía lugar. Después le hicimos acá adentro (en la utilería) una pieza para dormir. Juancito es hincha del Villa. Dos por tres se da una vuelta por el club", dijeron los utileros.

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Picada y refuerzo

"El Loco Vito hacía venir a los jugadores a la sede luego de los paridos. Lo sienten más. No los dejaba tomar cerveza. Se hacía una picada y 100 o 200 refuerzos con refrescos", contó Osvaldo.
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Fumando espero

"En el entretiempo de un partido con Peñarol el Loco Omar Pérez, Viña y el Bolla (Pereira)se fueron a fumar. Y yo le decía al Loco: 'Bo, ¿cómo es esto?'", reveló el Tano Romaniello.
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Fundador

Domingo Franco, uno de los fundadores del Villa, aprontando la ropa de la Cuarta división. El club organiza un festival el día del niño donde regala entre 300 y 400 camisetas.

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Recoba y Pacheco juntos

"Eso fue el Pato Torena que largó ese bolazo que el Chino y el Tony venían. Después quería agarrar de presidente. Puso plata y todo. Pero vos lo llevas al Pato a la Asociación y es un lío", dijeron los utileros.

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A pulmón

Los jugadores de Villa Teresa se refrescan e hidratan con jugó de sobre que diluyen en bidón de tres o cinco litros; comen naranjas y bananas que les da un puesto de la zona.

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Gerónimo Beato lo lleva al Villa en la piel

No se puede negar que Vito Beato le traspasó su amor al Villa a su hijo Gerónimo. El joven tiene tatuada en la pierna su imagen con las siglas del club y la fecha del ascenso a Primera. Pero con un detalle: del otro lado dejó el espacio en blanco "para agregar la fecha del próximo ascenso", dijo a Referí.
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