La empresa de ambulancias Russomando es una de las más fuertes del mercado. En 30 años de trayectoria se ganó la confianza de clientes como el Hospital Británico, Cosem, Blue Cross, Servicio Médico Integral, Hospital Pasteur, ASSE, Hospital Español e Instituto Nacional del Cancer, entre varios otros centros de renombre.
Pero además de grandes firmas esta compañía tiene también una plantilla 39 médicos a los que contrata como proveedores de servicios independientes y les paga bajo régimen de unipersonal, pero, en los hechos, son empleados en plena relación de dependencia según denuncian los trabajadores. Además, dicen que la compañía también incumple con el protocolo que establece la normativa para regular los traslados especializados de pacientes, lo cual pone en jaque la calidad asistencial que reciben los usuarios.
Según informaron los empleados a El Observador, en junio se conformó un núcleo de base dentro de la empresa para formalizar los reclamos laborales y exigir que la gerencia presente soluciones efectivas para un conflicto que sea arrastra “hasta tanto tiempo que ya se perdió la cuenta”.
“No hay médicos presupuestados pero todos trabajamos en relación de dependencia. Peleamos porque queremos que se nos reconozcan nuestras vacaciones, queremos poder cobrar aguinaldo como cualquier otro trabajador, y que si nos enfermamos, igualmente podamos percibir salario. Vivimos en una inseguridad laboral que no nos corresponde”, reclamó Gonzalo Ferreira Ortiz, médico vocero de los afectados por la empresa.
Además de denunciar la dependencia laboral aparentemente encubierta, el núcleo base también declara que Russomando no respeta las horas de descanso que necesitan tener los médicos para mantenerse lúcidos y continuar con su trabajo de ambulancia que, por cierto, se caracteriza por elevados índices de estrés.
“Muchas veces no tenemos los 30 minutos de descanso, o si lo tenemos, el lugar previsto para descansar se encuentra en condiciones muy desfavorables. El estado de las propias ambulancias tampoco es el correcto. No se respetan los horarios de salida ni los relevos”, determinó Ferreira Ortiz.
Asimismo el médico reveló que el salario que perciben en esta empresa es entre un 20% y un 30% menos de lo que se paga de media en el resto de las emergencias móviles.
La falta de descanso no es el único argumento que, según los empelados, configura un eventual factor de riesgo que perjudica la calidad asistencial de los los pacientes. Hay un hecho más objetivo y determinante vinculado al traslado especializado de usuarios.
Hace más de dos años se decretó cuáles son las condiciones en las que se deben mover a los enfermos en trayectos largos. “Pese a eso, la empresa Russomando lo ha incumplido sistemáticamente”, determina el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) en un comunica do firmado el martes 20 de noviembre.
Según la normativa, los viajes de ambulancia “entre los cuales la distancia sea superior a los 400 km deberá incorporarse otro chófer y/o enfermero”. Pero Russomando desconoce ese punto y, por ejemplo, en traslados para el norte del país, no refuerza el número de conductores ni tampoco el de enfermeros. “La empresa prefiere no contabilizar el trayecto de ida que deben hacer los funcionarios hasta recoger el paciente. Entiende que solo debe contar los kilómetros a partir de que el usuario ingresa en el vehículo”, explicó Ferreira Ortiz.
Según enfatizó el médico, esa interpretación pone riesgo al usuario y también a los médicos que asisten al viaje. Asimismo, comentó que cuando un empleado se negó a trasladar a un paciente en tales condiciones, explicando en la gerencia el riesgo de llevar a cabo ese trayecto, la empresa despidió al trabajador argumentando “mala conducta”. Quienes se desempeñan en Russomando afirmaron que esta situación fue utilizada como pretexto para sancionar a un trabajador que quince días antes había anunciado la conformación de un gremio, en una actitud que calificaron como “antisindical”.
El Observador llamó en reiteradas ocasiones a los directivos de Russomando pero los responsables no respondieron los llamados.
Los empleados afectados tuvieron varios encuentros pero ninguna solución efectiva. “Nos propusieron regularizar al 10% de la platilla. Eso son tres médicos. Es realmente una respuesta muy insuficiente. Nos volvimos a reunir y volvimos a esperar una nueva solución pero nos aseguraron que no iban a flexibilizar más, que no tenían nada nuevo para ofrecernos”, detalló el médico.
Ante la negativa recibida, el núcleo base llevará este conflicto a la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) el próximo 6 de diciembre, apostando que la intermediación del Ministerio de Trabajo pueda aportar soluciones.
*En una primera versión de esta nota se presentó a Ferreira Ortiz como empleado directo de la empresa debido a un error involuntario, cuando el médico no trabaja directamente allí, sino que es el vocero y representante sindical de los empleados afectados.
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