Ines Guimaraens

Director de Ceres: “Me gustaría que el gobierno haga más énfasis en el día después”

El académico dijo que achatar la curva no puede ser una obsesión y que hay prepararse para un cambio cultural grande porque el virus seguirá por un buen tiempo; recurrir al FMI no puede descartarse si la crisis se extiende porque no habrá financiamiento

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02 de abril de 2020 a las 05:03

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El director ejecutivo de Ceres Guillermo Tolosa considera que las medidas que ha tomado el gobierno por el coronavirus van en la dirección correcta, pero advierte que la crisis obligará a redoblar los planes de ayuda para los que queden por el camino. Por otro lado, se mostró preocupado por la excesiva insistencia en“achatar la curva” de contagios del virus y dejar de lado cómo se instrumentará la reactivación de la actividad el día después del distanciamiento social porque eso requerirá un “cambio cultural” fuerte de la sociedad. Dijo que ante una coyuntura fiscal apremiante y la complejidad para salir a los mercados, no es justo que se pidan más medidas al gobierno sin fundamentar cómo serán financiadas. Y que si la pandemia se agudiza, no quedará otra alternativa que acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI). A continuación un resumen de la entrevista que el economista mantuvo con El Observador. 

¿Cuánto le pegará a Uruguay esta pandemia? ¿Se puede cuantificar su impacto?
Creo que no se ha hecho énfasis en que la constelación de shocks que está recibiendo la economía uruguaya no tiene precedentes. Por un lado, está la disrupción de la producción por el distanciamiento social, que es un shock muy difícil de calibrar porque nunca lo tuvimos para saber cuánto nos va a costar, pero sabemos que va a ser más costoso que en los países desarrollados en la medida que tenemos una menor proporción de trabajadores que se pueden adaptar el teletrabajo, que son los que la sobrellevan mejor. Aun con las medidas de distanciamiento social, esto le va a salir muy caro a la economía uruguaya. Además, para ser un país emergente, Uruguay tiene una población particularmente envejecida. Esto satura los sistemas de salud y eleva los costos asociados. El tema es que este shock hay que agregarles otros muy importantes como la incertidumbre que genera una parálisis total de la inversión y todas las actividades conexas como el mercado inmobiliario, construcción o todo el consumo durable como autos 0 km. Mientras China estuvo en cuarentena la venta de autos cayó 92%. Esto porque nadie consume con tan incertidumbre sobre su empleo y la economía de su país. Acá en Uruguay me temo que esas cifras de caídas van a ser muy altas. Otro aspecto a tener en cuenta es que esta crisis le pega sincronizadamente a todo el mundo. Cuando atravesamos la crisis de 2009, China estaba saliendo adelante, lo mismo en 2012 cuando la crisis europea con EEUU que se estaba recuperando. Por tanto, para Uruguay será un shock externo sin precedentes y con impacto sobre la demanda de bienes y el sector primario por una caída de los precios de los commodities, más allá del beneficio puntual por el desplome del petróleo. 

¿Y qué pasa con el acceso al financiamiento? Uruguay es un país con un déficit elevado y para ampliar las medidas de estímulo para su economía requerirá financiamiento extra. 
Esa es la tercera dimensión de impacto y que le pega a todos los emergentes, incluido Uruguay, porque con este pánico mundial se está generando una corrida hacia activos seguros. Eso implica que los países emergentes no tienen acceso al mercado de capitales directamente en este momento. Por tanto, a Uruguay se le endurecen las condiciones financieras para nuestro gobierno y empresas que requieran de fondeo del resto del mundo. Al final, cualquier sector de la economía uruguaya que mires está afectado por alguno de estos shocks: ninguno se salva. Esto es un cambio de patrón frente a otras crisis porque hay sectores que podían mostrar cierta resiliencia y ser menos afectados que otros. Acá, dejando de lado los servicios públicos (energía, OSE, educación), el resto de los sectores privados está siendo golpeado, más allá de alguna isla puntual como la venta de productos de limpieza o alimentos en los supermercados. 

Ines Guimaraens

¿Cómo evalúa las medidas que ha anunciado el Poder Ejecutivo para mitigar esos efectos?. Algunos reclamas un poco más de celeridad y profundidad, pero también hay ciertas restricciones con los fondos disponibles. 
Las medidas vienen en la dirección correcta. Hay dos áreas clave donde focalizarse, más allá de todo lo que sea gasto en salud con compras de test y respiradores como ya se está haciendo. Después en política económica hay todo un tema por encarar con las transferencias para aliviar la situación a quienes perdieron todo su ingreso y no tienen los colchones para sobrellevar esta situación. La solidaridad hacia la persona que está haciendo la changa y que tiene un ingreso variable que no está cubierto por el seguro de paro, eso es fundamental. No solo para el sector informal, también están los cuentapropistas que no tienen seguro de paro y no tienen una contención automática por parte del Estado. Entiendo que hay un reconocimiento del gobierno que habrá que elevar las transferencias existentes y que tendrán que ser incrementales en el corto plazo. Eso está por venir, es necesario, y hay un amplio consenso social. Sin embargo, hay desafíos importantes de implementación porque no podemos hacer como EEUU que sale a repartir cheques para gran parte de la sociedad porque tenemos recursos muy limitados. Es importante tomarse algo más de tiempo para calibrar bien esos apoyos más allá de la urgencia porque un error puede ser muy costoso para un lado o para el otro. Estamos en esta fina línea de los equilibrios macro y sociales y no hay una respuesta correcta porque es complejo no errarle. 

¿La estrategia que se está tomando es la correcta?
A nivel de los países más desarrollados estamos expuestos a medidas desde la cuarenta absoluta a paquetes de estímulos económicos que son enormes. En Uruguay eso no es parte del menú de las opciones que tenemos. Entonces, dado el abanico más restringido que tenemos hay que plantearse cómo tenemos que navegar este episodio. Es fundamental entender que Uruguay puede sufrir un shock muy profundo en un par de meses. Esto potencial puede ser absorbido, pero si la situación demora más de un par de meses va a ser muy complicado. Entonces, Uruguay va a tener que revertir el distanciamiento social para que la economía se normalice, pero asegurarnos como sociedad que eso no implica una propagación del virus. El foco desde Ceres es que tiene que existir un task force (grupo de trabajo) en el gobierno que esté no solo esté pensando en las medidas para hoy, sino para el día que reabre la economía. El virus va a seguir estando porque hasta que no haya vacunas y medicación va a seguir siendo una amenaza. Si se quiere evitar una catástrofe social el gobierno no puede mantener el distanciamiento social por todo un año. Cómo encara el país ese retorno a la normalidad es clave. El foco en qué están haciendo los países asiáticos es fundamental. Esos países muestran que sí se puede retornar a una normalidad a la actividad económica. Tenemos mucha sobrecarga de información de Italia y España de medidas extremas que para Uruguay van a ser muy difíciles de implementar. ¿Qué están haciendo los asiáticos para que la economía pueda funcionar con el virus?. Ese tiene que ser un ángulo clave de la política de respuesta a la crisis. En cómo vamos a estar pensado el día después del aislamiento social. Es fundamental empezar con esta batalla que no solo abarca el incremento en el número de test, aumentar los respiradores y la capacidad médica. Esto es una batalla cultural de hábitos en la cual el gobierno tiene un rol desde ya para comenzar a cambiarlos. Me gustaría ver una conferencia de prensa donde las autoridades que hablan estén con mascarillas, que se sienten más lejos, que se estén poniendo alcohol en gel a cada rato y que los periodistas se sienten más lejos unos de otros. Me gustaría ver un énfasis mayor para la preparación del país que se viene desde hoy.

No podemos esperar al 13 abril para ver qué hacemos y cómo funciona nuestra economía con este virus. No. Tenemos que empezar a demostrar hoy cómo funciona. Ya sabemos qué hicieron los países donde no se propagó el virus. Entonces, hay que adoptarlo desde hoy para machacar eso en la sociedad porque la economía necesita ponerse de pie. 

¿Y qué pasa con el riesgo sanitario? 
Acá está el concepto de la falsa oposición entre las vidas y la economía. En cada presupuesto nosotros le estamos poniendo un precio a la vida humana. Cuando vos decidís cuánto querés que se le atribuya a remedios de alto costo sabés que algunos van a quedar afuera y se van a morir. Sabés que cuando estás asignando recursos para una ruta nacional para que sea sencilla o doble vía podés cuantificar cuántos mueren por no hacerla de doble mano. Eso sucede todo el tiempo, por eso las medidas que algunos proponen de una cuarentena obligatoria tiene un costo incalculable por salvar una cantidad de vida que hoy no sabemos cuántas puedan ser porque los modelos de evolución del virus son muy discutibles y están cambiando. Posiblemente estemos hablando que el costo del coronavirus sea el más alto que cualquiera línea del Presupuesto de gobierno. Son decisiones éticas muy delicadas que no tiene una respuesta correcta o incorrecta. El debate se tiene que dar desde el realismo y no desde el slogan “la economía o la vida”. Esa es una falsa oposición que la violamos cada vez que hacemos un Presupuesto nacional. Por otro lado, acá se nos habla de la importancia de aplanar la curva como si fuera dada por Dios y algo inexorable que una vez que cae la cantidad de casos disfrutamos de ese tobogán y ya estamos del otro lado. Hay un trabajo muy serio sobre el coronavirus del Imperial College de Londres donde muestra el riesgo de achatar mucho la curva al principio; el riesgo de que te vuelva con fuerza y más vigor es altísimo. Es excelente que Uruguay esté achatando la curva más que otros países, pero esto no es la solución si no encarás para que no te venga después la segunda curva cuando la situación se normalice. El foco tiene que ser achatar la curva y que no vuelva la segunda con estos cambios en la actitud y cultura de la sociedad que se necesitará para los próximos meses. 

Ines Guimaraens

¿Cómo evalúa la asistencia para las empresas privadas?
La asistencia de liquidez a empresas que la perdieron por completo es clave, porque ello puede derivar en una situación de insolvencia y que tengan que despedir personal y entrar en bancarrota por falta de recursos en el corto plazo. Desde el punto de vista conceptual estamos todos de acuerdo que es necesario y se han tomado medidas importante como escalar el régimen de garantías para las pymes (por el SIGA), pero de nuevo es posible que no sea suficiente en la medida que la situación vaya empeorando en las próximas semanas. Es posible que haya que calibrar nuevas medidas en esa dirección, en particular, recursos genuinos para los bancos. Esto porque hoy son créditos con los propios recursos de los bancos, aunque con una mayor garantía del Estado. Con el BROU hay margen para que actúe de una forma contracíclica más allá del programa con el BID por US$ 50 millones que ya se anunció. También en materia de postergación de impuestos -donde ya se hicieron algunos anuncios- hay más margen para profundizar y dar más alivio a esas medidas a futuro porque el efecto sería por unos meses y no pegaría esencialmente sobre el déficit fiscal. Acá hay pocos estadísticas, pero en general el grueso de las empresas medianas y grandes en otros países suelen tener un colchón de liquidez de menos de un mes para sobrevivir y hacer frente a sus gastos de caja. La política pública debería hacer un esfuerzo para que un shock limitado no se traduzca en efectos el largo plazo. 

¿El financiamiento de esos planes de ayuda no es un tema menor? ¿Cual debería ser la estrategia?
Tiene que existir un primer frente que es endeudarse todo lo que se pueda con los organismo internacionales. Estamos todo de acuerdo que esta es una circunstancia excepcional que requiere respuestas como tal, que van a salir caras y que demandará un endeudamiento considerable. En la medidas que los mercados internacionales de deuda están cerrados -por ahora- para Uruguay, hay que acudir a organismos de créditos, golpear las puertas y ampliar las líneas lo máximo que se pueda. 

¿El Fondo Monetario (FMI) debería ser una opción? La ministra de Economía Azucena Arbeleche dijo que aún no estaba en lo planes inmediatos. 
La línea rápida del FMI -que es automática- debería activarse porque no hay costo ni es condicional. El problema es que todas esas líneas de organismo multilaterales (Banco Mundial, BID, CAF) son utilizadas para cubrir el déficit y amortizar parte de la deuda en momentos donde Uruguay no puede financiarse en los mercados internacionales. Por más esfuerzo que hagan los organismos multilaterales para ampliar sus líneas, lo que hay ahora alcanza para el déficit -que va a crecer mucho porque van a caer los ingresos del Estado-, pero te quedás sin fondos para financiar medidas adicionales por el coronavirus. Ahí dependerá de duración del shock y hay que empezarlo a calibrar. Un programa con el Fondo si la actividad económica no se recupera rápidamente va a ser difícil de evitar. Obviamente no es la prioridad del gobierno porque sería ya un programa con condicionalidad. Este contexto de restricción de liquidez disponible llevará a que las medidas sean más acotadas de lo que deberían ser de acuerdo a lo que están haciendo los países del norte donde hay paquetes de estímulo de 10% o 20% del PBI. Lamentablemente Uruguay va a quedar lejos de poder implementar programas de esas magnitud y escala para apoyar a la producción y los más vulnerables. Es injusto plantear el debate si las medidas son suficientes sin pensar en financiamiento. ¿Es posible que Uruguay pueda escalar su crédito internacional? La respuesta es no. 
 
¿Qué otra estrategia desde el gasto público se podría tomar?
Parte de la estrategia tiene que ser reasignar recursos -como ya se está haciendo- porque con el financiamiento disponible no será suficiente para atender esta emergencia sanitaria. La fase sobre la cual se va a tener que financiar el Fondo Coronavirus va a tener que ampliarse. Vas a tener que tomar más medidas con filosofía en modo de guerra con recursos extraordinarios desde distintos sectores, eso es inevitable. 
 

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