Cuando se le pregunta a Santiago Alonso, director del reconocido restaurante La Casa Violeta, por qué continúa en un rubro complejo de baja rentabilidad, responde con convicción que uno tiene que dedicarse a lo que sabe hacer. “Sigo porque soy cocinero, porque sé dirigir la cocina. Tengo la suerte de hacer lo que me gusta y puedo vivir de esto. No puedo darme mucho lujo pero tampoco paso mal. La remamos, como todo el mundo”, comenta.
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