Director del INE: "Manipular datos implicaría coludir a 50 personas (y) es imposible"

Al día 14 de ejercer el cargo y a uno de los primeros casos confirmados por covid-19 en el país, Aboal se debió reunir con un comité de crisis para planificar cuatro posibles escenarios: del menos grave al más grave. Al día 16, se saltó al más grave posible con una disrupción casi total del trabajo (en oficina y en campo) y la disyuntiva entre “mandar a todo el mundo a la casa amenazando las estadísticas del país” se instaló.

Finalmente, a pesar de las medidas de precaución sanitaria tomadas, los últimos datos del INE salieron en tiempo y forma, gracias a "un trabajo fantástico de los funcionarios para sostener las encuestas", destacó Aboal en entrevista con el El Observador.   

¿Con qué se encontró al llegar al INE?

Ya conocía un poco la institución y la seriedad en términos de estadísticas de cómo se trabaja. Es un gran activo del país que hay que preservar. Estaba también al tanto de algunos de los problemas que había, por ejemplo, a pesar de que desconocía la dimensión, sabía que el organigrama estaba roto. Había muchas jefaturas y direcciones acéfalas. Incluso, en el informe de transición de Laura Nalbarte, que fue muy bueno, estas cosas estaban dichas.

¿Qué se hizo al respecto?

Una vez que llegue trate de decir: “La situación existe, resolvámosla”. De las seis direcciones que tiene el INE ninguna tenía director y cuando ibas a nivel de los departamentos -un nivel inferior-, varios también estaban acéfalos. Entonces ocurría que el director tenía que coordinar cada pequeña cosa con cada uno de los jefes de sección. Es imposible que una organización de 300 personas funcione cuando te tenés que sentar al lado de cada persona, porque se pierde la visión del bosque. Ahí marcamos tres elementos de muy corto plazo y una de ellas fue llenar esas vacantes.

Generó ruido, hubo un comunicado de la Asociación de Empleados de Estadísticas y Censos (Aseec) criticando las designaciones directas.   

Obviamente generó ruido, pero se fue muy transparente con el gremio y con los funcionarios. En este momento no tenemos un jefe de Índice de Precios al Consumo (IPC), no teníamos un jefe de la sección relevamiento de la Encuesta Continua de Hogares, que es un lugar clave. Iniciamos llamados a concurso para algunas secciones y designamos en algunas áreas a la subdirectora como directora, o a la jefa de departamentos como subdirectora. En muchas situaciones ya se venían cumpliendo esos roles, pero se les fue asignando funciones y subiendo escalafones.

¿Qué otros cambios piensa implementar?

Lo primero fue el organigrama, después generar un plan estratégico de aquí a dos o tres meses y un tercer elemento de corto plazo es el cambio de base de muchos índices. Un cuarto objetivo que se mezcla es tener en cuenta que el INE es el rector del sistema estadístico nacional y esa función no se está haciendo de forma fuerte. También podríamos ir hacia un INE que sea una especie de LATU de las estadísticas. Poner un sello de calidad a las estadísticas producidas en otros lugares del Estado, aunque hoy no estamos en condiciones de hacerlo. 

“Lo que me gustaría, no sé si de acá a cinco años o más, es que el INE sea una referencia a nivel regional”

¿Qué implica el cambio de los índices, una actualización?

El Índice Medio de Salarios, el Indice del Precio al Consumo (mide la inflación), el de costos de la construcción, todos tienen sus bases de hace más de diez años. La canasta de consumo del IPC con la que fue construida tiene una base de 2010, pero está basada en una encuesta de 2006. Esa es la estructura de consumo que se pondera. De hecho, aun cambiando el año de base va a ser a partir de la encuesta de 2016, por lo que cuando logremos el cambio que va a ser para el año que viene, ya va a estar un poco atrasado. Obviamente que hay muchas cosas que hoy consumimos que hace 15 años no lo hacíamos, por ejemplo, en lo vinculado a las tecnología de la información y la comunicación. También pretendemos avanzar en mejorar la calidad de los procesos. 

¿A qué se refiere? 

En vez de usar planillas Excel para pegar cosas de forma manual, vamos a trabajar en que haya programas más automatizados. Hay elementos de calidad que van en los procesos. Estamos aprovechando los cambios de base para establecer una organización del trabajo clara, sabiendo quién es responsable de cada tarea. El nombramiento del nuevo subdirector del INE, Federico Seguí, va en esta línea, debido a que era previamente el jefe de la asesoría de calidad. Otro aspecto es el uso de registros administrativos. El INE hace muchas encuestas, pero hay muchos datos que están en el Banco de Previsión Social (BPS), la Dirección General Impositiva (DGI) o el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), que es información muy rica y útil que no estamos explotando. A veces incluso se termina preguntando dos veces lo mismo a las empresas, cuando la información ya está en BPS. Ahí hay una oportunidad enorme de agilizar procesos y de reducir molestias a las empresas o las personas consultando dos o tres veces por datos que ya proporcionaron.

Aunque en general hay confianza y respaldo a las cifras del INE, cada tanto existen cuestionamientos –aunque puntuales- sobre todo desde el arco político. ¿A qué cree se debe?

Ya hice un par de aclaraciones hace un par de semanas, que me parecen suficientes. En el lugar en el que estoy hay que tener un difícil balance entre defender a la institución y a su vez no entrar en debates que son políticos. Hay que transitar por ese delgado filo de la navaja. Hay que distinguir dos elementos que a veces se confunden en la discusión pública. Uno es la manipulación de los datos y otra son los problemas por bases viejas o de procesos que se pueden mejorar, que son elementos de calidad. Además, manipular datos en el INE implicaría coludir a 50 personas para falsear alguna cosa. Es imposible hacer eso, sobre todo con la institucionalidad que existe en Uruguay. Lo que sí hay es una oportunidad en la mejora de calidad y hay una línea estratégica en ese sentido. 

Sigue habiendo limitaciones al medir la pobreza solo en ingresos. ¿Se puede avanzar?  

Hay dos elementos al respecto que ya hemos conversado a la interna, que incluso uno de ellos ya estaba en carpeta, pero sin pasos concretos. Lo primero es que tenemos que avanzar hacia una nueva línea de pobreza por ingresos, porque básicamente la encuesta de gastos e ingresos que va a salir con el cambio en el IPC, va a permitir tener información más reciente.

¿Pero se puede avanzar más, en términos más estructurales para medir realmente la pobreza?

Por ingresos por más que se actualice sigue siendo incompleto y no considera elementos de mucha vulnerabilidad que podés tener día a día. Está en carpeta tener un indicador multidimensional de pobreza, que no solo considere los ingresos, sino que tenga en cuenta otros elementos. Por ejemplo, tener satisfechos otros aspectos básicos del hogar. Que permita tener una visión más compleja que saber simplemente cuánto ganás por mes. Es un tema para avanzar, no para sustituir uno por otro, sino para agregarlo. Seguir en la línea de pobreza en base a ingresos pero actualizada (la actual es de 2006), basada en una canasta de consumo de 2016. Hay que ir hacia la otra medida que es más compleja y probablemente publicar las dos, porque miden cosas distintas pero complementarias.