En 2021 Showmatch tuvo sus mediciones de rating más bajas en años
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > TELEVISIÓN

¿El fin del gran circo televisivo de Tinelli? Cómo Showmatch llegó a su momento más crítico

La pérdida de rating y el momento complicado que atraviesa el programa de Marcelo Tinelli ilustran un cambio en el entretenimiento y un desgaste del ciclo
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22 de noviembre de 2021 a las 05:05

El gran circo de la televisión rioplatense está por cerrar sus puertas. Quizás, para siempre. Showmatch, el programa de entretenimiento por excelencia en las pantallas uruguaya y argentina durante las últimas décadas, está tocado y todo apunta a que se acerca el “chau, chau, chau, chauchauchau, chauuuuuu” final para esta versión del programa de Marcelo Tinelli y el sistema solar propio que esta estrella generó a su alrededor.

En las últimas semanas, la conversación en torno al ciclo no giró sobre el certamen La Academia, heredero de los Bailando, Cantando y demás congresos de celebridades, pseudocelebridades, famosos, ignotos y estrellas internacionales de tallas tan diversas como Pamela Anderson, Mike Tyson, Lorenzo Lamas e Ilona Staller, alias La Cicciolina, mostrando tanto sus talentos para mover el cuerpo, como para generar escándalos y escandaletes. La conversación giró en torno a una posible salida antes de tiempo del aire, y a la crítica situación del programa en los rubros rating y en el vínculo de Tinelli con Canal 13, que lo emite en Argentina.

Mientras el conductor negocia su destino para 2022, las noticias desde la orilla occidental del Río de la Plata dan por hecho que si Marcelo Hugo vuelve a la televisión el año que viene, será con un formato distinto. No se conocen detalles, salvo que será un ciclo de entretenimiento. Pero no será con sus certámenes inspirados por programas como el estadounidense Dancing with the stars o el Mira quién baila español.

Y así se marca el fin de una era para el entretenimiento televisivo regional. El cierre para un programa que durante una década y media dictó parte de la conversación mediática y de la cultura popular, y que fue debatido, criticado y vilipendiado, sobre todo por la academia y el universo más culto, pero que durante años fue imbatible.

Ese invicto ya lo vino perdiendo en los últimos años. En 2017, aunque aún lideraba en las mediciones de audiencia acá y allá, tuvo un año marcado por un escándalo millonario, que tuvo como episodios clave la expulsión del programa de los estudios de la productora Ideas del Sur y la recisión de contrato con esa empresa. Tinelli la había vendido en 2016 a un grupo inversor, Índalo, que terminó demandado por la agencia impositiva argentina.

Marcelo Tinelli se ha enfocado en los últimos años en la político y en lo deportivo

En 2018 Tinelli se reconstituyó con LaFlia, una nueva productora. Ese año, Showmatch fue el séptimo programa en Argentina. En 2020 ni siquiera se emitió, a causa de la pandemia. Y este 2021, ha llegado a sus cotas más bajas de rating en la historia del ciclo. En el correr del año, llegó a marcas como su piso de rating más bajo de su historia (2,7 puntos) en setiembre, y el promedio más bajo del año en noviembre. Para ser un programa que se jactaba por sus mediciones de 30 puntos, ahora llegó a 6,1.

El periodista, escritor y docente argentino Alejandro Seselovsky, autor del libro Trash – retratos de la Argentina mediática y que está trabajando desde 2013 en una biografía de Marcelo Tinelli, apuntó que esas mediciones estratosféricas fueron, pero ya no son. “Showmatch midió 30 puntos, pero cuando solo tenías a la televisión tradicional como gran fuente de entretenimiento. Hoy por hoy en la televisión abierta perdió fuerza el entretenimiento, perdió músculo ahí pero ganó en lo informativo. La pandemia, por ejemplo, fue un hecho televisivo. Vimos a los muertos apilados en televisión, a los líderes mundiales hablando en la televisión. Las masas vamos a la televisión en vivo para informarnos, ver un partido o un evento en vivo, pero el entretenimiento está en otro lado”.

Y así, esos 30 puntos que en algún momento midió Showmatch, son un signo de otra época. Sus techos de rating hoy son más bajos porque el encendido es menor, por lo que sin dudas tuvo un bajón en sus mediciones, pero no es tan catastrófico.

Bailando con la más fea

Aunque este año el programa de Tinelli apostó al cambio de marca con La Academia, una propuesta que en teoría incluiría a sus participantes bailando, cantando y hasta metiéndose en otras disciplinas, como las acrobacias circenses y las imitaciones, al final no estuvo muy lejos de los Bailando tradicionales. Apostó también al humor en sus emisiones de viernes, pero duró poco. Tampoco lo ayudó demasiado Canal 13, que lo fue desplazando gradualmente del horario central de las 21.30. Ahora Showmatch está más cerca del viejo espacio en la grilla de Videomatch, rozando la medianoche, que del prime time que dominó durante años.

Richard Danta, magíster en Comunicación, docente de semiótica y profesor del Departamento de Humanidades y Comunicación de la Universidad Católica del Uruguay, considera que el factor clave es el “descarte popular”. La intelligentsia criticó a Tinelli pero también se fascinó con su figura y sus programas, sobre todo por el impacto cultural y antropológico de su ciclo, así que no fue una suerte de triunfo de ese sector.

Lo que sí influyó, en parte, fueron los cambios sociales que se profundizaron en los últimos años. Tinelli hizo cosas en su programa que hoy ya no se aceptan, desde reclutar a dos bandas compuestas por personas con enanismo para jugar al fútbol sobre hielo, hasta cortar polleras de las bailarinas que pasaban por la famosa “pista”  de Showmatch para bailar cumbia. La actriz Carla Conte fue la primera en decirle que no lo aceptaba. Y lo hizo al aire. Luego se sumaron otras voces que llevaron a que esta práctica quedara atrás.

Seselovsky recordó que por su acto de las polleras, Tinelli pidió disculpas públicamente, pero que ese tipo de cambios sociales, entre ellos los reclamos de los movimientos feministas que están entre los conflictos más visibles actualmente, pueden haber tenido su peso en este bajón. “En algún momento la velocidad del presente nos va a sobrepasar a todos. Todos nos hacemos viejos y nos morimos, es el curso natural de las cosas. El programa de Marcelo parece estar un poco rezagado y obturado por la velocidad y los enunciados del presente”, consideró el periodista.

Pero el factor más grande fue lo que el público busca cada vez que necesita entretenerse. Según Danta, “el consumo de Tinelli y sus programas es más bien generacional, sus programas siempre fueron una plataforma de construcción de su figura, él siempre es la cara visible, el líder y conductor en el sentido más estricto, los programas sin él no tienen sentido. Se puede distinguir incluso entre programas de primera clase, que son los que lo tienen a él, los de segunda clase, que son los que no conduce como el último Cantando, y los de tercera clase, los programas satélite que hablan de lo que pasa en Showmatch”, explicó. “Entonces los que lo miran son sus contemporáneos y los que se criaron con él. Y esa cantidad de público no es suficiente para sostener propuestas que requieren un alto rating para ser viable, como este”.

Al mirar lo sucedido en Argentina en esta temporada, se ve que los programas que han superado a Showmatch en las cifras de audiencia (o sea, los que han tenido el favor del público) fueron más o menos los mismos que los que dominan en ese sentido en la pantalla uruguaya: los reality shows y las competencias gastronómicas internacionales adaptadas localmente: La Voz, MasterChef, Bake Off, y siguen firmas. En Argentina, esos programas son emitidos por el canal Telefe, que gracias a ellos ha superado consistentemente a Canal 13.

Pablo “Chato” Prada, productor y uno de los socios indispensables de Tinelli en Showmatch, comentaba en abril que en MasterChef “incorporaron a las celebrities, que era algo muy nuestro. Es atractivo”, elogiando la decisión de la competencia que jugó su parte en esta caída.

En julio, Prada dijo lo siguiente al programa radial argentino Mientras tanto: "Estamos atravesando un momento bastante difícil con el formato de Showmatch. Buscaremos tratar de mejorar y seguir entreteniendo, pero si la gente quiere ver otra cosa, bueno, haremos otra cosa".

Sin embargo, Danta apunta que esa intención de adaptarse a los pedidos de cierto público funciona cuando los cambios no se notan forzados, algo que cree que le pasó a Showmatch este año. “Las personas de 30 años para abajo consumen la televisión de forma diferente, a lo sumo miran informativos o reality shows de competencia, que pueden tener el escándalo como componente pero no es lo importante. El escándalo en esos programas muere ahí, en Showmatch se perpetuaba las 24 horas, a través de la prensa de espectáculos, los programas satélite y las redes sociales. De alguna forma, el programa nunca terminaba”.

Seselovsky cree que Tinelli sabe leer el rating, y conoce tanto a su público como el circo que tiene. Ese que quizás cierra o quizás reinventa. “Las nuevas coordenadas de la época le dejan menos margen para la escandalogía, hoy eso pasa en las redes”, explicó.

El gran escándalo argentino del año no ocurrió en la pista de Showmatch. Ni siquiera en televisión. Ocurrió en Instagram. El evento farandulero más consumido fue el ida y vuelta entre Wanda Nara, Mauro Icardi y Eugenia “la China” Suárez. “Fue la telenovela del año", dice Seselovsky, "un producto de masas que consumimos todos. Marcelo ya no es la plataforma de ese tipo de situaciones. Sigue teniendo a los personajes, como Pampita, pero ya no tiene la trama. Ya no le pertenece, y eso le enfría la pantalla. Hoy las pantallas calientes son otras”.

Buenas noches, Tiktok

El público más joven se entretiene, sobre todo, a través de las redes sociales, desde YouTube hasta TikTok. Cuando Tinelli trató de meterse en esa esfera, huyó despavorido.

Una tarde de fines de agosto de este año, el popular Cabezón debutó en la plataforma de streaming Twitch, donde en los últimos tiempos han emergido figuras como su compatriota Coscu y el español Ibai Llanos, que han logrado hitos comunicacionales que dejaron turulatos a los periodistas, conductores y comunicadores más veteranos.

Tinelli duró 16 minutos en esta nueva pantalla. Los insultos de los hinchas de San Lorenzo, el club del que es hincha y fue presidente (ahora está de licencia mientras ocupa la presidencia de la Liga de Fútbol Profesional argentina), que lo juzgan por el presente del club, hicieron que cortara repentinamente una transmisión incómoda y en la que mostró que más allá de retoques estéticos, ejercicios y tatuajes, es un señor de 61 años. Luego volvió a la plataforma, pero la primera sensación que el conductor dejó fue la misma que el meme del Señor Burns de Los Simpson vestido de adolescente y cargando una patineta. Danta es categórico: “una situación así no termina siendo ni simpática ni dando cringe. Es patética”.

Seselovsky apuntó que más allá de sus incursiones en medios más nuevos, la desconexión de Showmatch con el presente también se hizo patente este año en la televisión.

El primer programa de cada año es un evento en sí mismo en la cronología anual de los programas de Tinelli. Es la gran apertura del ciclo, una apuesta que reúne a actores, músicos y demás figuras antes de que empiecen los certámenes de cada año. En su edición 2021, todo concluyó con un homenaje al personal de salud por su trabajo en la pandemia, a cargo de un plantel musical compuesto por César “Banana” Pueyrredón, Pipo Cipolatti, Marcela Morelo, “Pájaro” Gómez de Vilma Palma, “Cucho” Parisi de Los Auténticos Decadentes, y Fabiana Cantilo.

“Era algo de Facebook, era dramático. El único vigente ahí es Cucho. Y esa escena te hace pensar qué nervio toca un programa que siempre fue de masas. Muestra que envejeció su enunciado. No juzgo la calidad de los que participaban, sino que me pregunto ¿qué estás comunicando? ¿A quién le estás hablando? Hay una desconexión con el presente”.

En resumen, Marcelo –ese nombre solitario que indica que ya llegó a la etapa de divo, como Mirtha o Susana, dice Seselovsky– se quedó en lo que conocíamos como televisión. Hoy hay canales como YouTube o Netflix que a su manera, también son televisión, aunque de otro tipo. “Hay un agotamiento y como dicen los ingenieros, una fatiga de materiales. Es natural, son 30 años que no son iguales que los de Mirtha, porque el programa de Mirtha no disputó el primer puesto durante mucho tiempo, Marcelo siempre compitió ese puesto y siempre se miró de cerca que medía. Hay una fatiga del programa, del conductor y del formato, pero de la televisión abierta también”, señala.

Y agrega: “esas grandes figuras de la televisión van cumpliendo años y las cosas terminan. Tinelli es relativamente joven, y para el público de la televisión abierta no es tan grande. Aunque creo que ha perdido capacidad creativa, él tiene un programa caro y no tiene plata porque la plata ya no está en la televisión abierta”. El ejemplo que ilustra eso es que en 1992, Ritmo de la noche tuvo en su estudio a Luis Miguel, en su momento de mayor popularidad. En 2018, Showmatch no le pudo pagar el caché al actor Diego Boneta, que interpretó al cantante mexicano en la serie sobre su vida.

Otro elemento clave en esta reconfiguración mediática actual es que la televisión ya no tiene el mismo peso que antes cuando el espectador tiene que decidir dónde invertir su preciado y contado tiempo libre. De nuevo, Prada lo explicó en su entrevista con Mientras tanto: “No es la primera vez que nos ha pasado una cosa así. Los números no son los mismos de hace 10 años atrás”.

La ficción se consume, sobre todo, a través de las plataformas de streaming. La televisión abierta sigue dominando en los rubros noticiosos y en el entretenimiento familiar proporcionado por los certámenes de cocina, los de canto o talentos, o los juegos de preguntas y respuestas.

Danta consideró que los programas de Tinelli “nunca fueron programas de talento, sino una excusa para exponer miserias humanas, romances, separaciones. Usaron la exageración del lenguaje como la telenovela. Hoy que el entretenimiento está más separado en cuanto a su consumo, se consume por otro lado. Incluso se nota en que hay menos programas de chimentos exitosos” en comparación con los últimos tiempos.

Eso se nota incluso en Uruguay, donde la versión local de ese tipo de programas, Algo contigo de Canal 4, ha mantenido los chimentos pero tampoco son el único elemento central del programa. Ha ido diversificando contenidos en los últimos tiempos, para convertirse en algo más parecido a un magazine vespertino.

Seselovsky advierte, sin embargo, que no hay que matar todavía a Tinelli. “Hay que ver cómo se reinventa, si quiere hacerlo. Él ahora está más preocupado por su sobrevida política y por el fútbol. Pero no hay que decretar su final, hay que ver qué inventa, porque siempre tuvo capacidad de reinventarse. Lo que no va a hacer es mudarse de la televisión, porque no entiende otro mundo”.

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