El IVA iba a bajar

Aquella frase me vino en la cabeza luego de escuchar esta semana a Danilo Astori, vicepresidente de la República y mentor de la exitosa política económica de las dos administraciones de la izquierda gobernante. Entrevistado por radio Sarandí Astori puso en duda otra vez el cumplimiento de aquella, la única promesa concreta de campaña en materia económica , la baja de la tasa básica de IVA de 22% a 20%.

Preguntado sobre si el gobierno cumplirá este año aquella promesa Astori dejó la incertidumbre planteada. ¨Está muy asociado a la situación fiscal del país, tenemos que graduar la aplicación de esta decisión y estamos haciendo un seguimiento estrecho (porque) cada punto de IVA supera los 60 70 millones de dólares afirmó.

Durante la última campaña los entonces candidatos José Mujica y Danilo Astori prometieron en un documento que, de triunfar la fórmula del Frente Amplio en las elecciones, "los impuestos indirectos disminuirán y que entre ellos se verificará el abatimiento de dos puntos del IVA en el próximo período", es decir, el que está en curso.

La rebaja de los dos puntos de IVA fue una de las banderas políticas de la campaña del Frente Amplio y tuvo al astorismo como su principal propulsor. Sin embargo, una vez que José Mujica ganó la interna del oficialismo y luego la Presidencia, esta promesa comenzó a encontrar obstáculos. El primer mandatario no era partidario de aplicar una rebaja generalizada del impuesto sino que él y su equipo de asesores de la Torre Ejecutiva, se inclinaban por aplicar una reducción de este impuesto focalizada únicamente a los sectores de menores ingresos.

El 2011 fue un punto crítico para la aplicación de esta promesa. Luego de fuertes diferencias en la interna del gobierno, finalmente una reunión entre el vicepresidente y el presidente terminó zanjando la discusión.

Mujica cedió y accedió a que se enviara al Parlamento un proyecto de ley que preveía una rebaja de dos puntos de IVA para las operaciones con tarjetas de débito y/o crédito. La iniciativa terminó ingresando en marzo de 2012 al Parlamento y fue promulgada en junio de ese año. Hasta ahora solamente se eliminó el IVA para las compras realizadas con tarjetas del Mides y las AFAM, a través de las cuales se canalizan los subsidios sociales . En su momento, el MEF manejó como nueva fecha tentativa para aplicar la rebaja del IVA el primer semestre de 2013.Pero a tres años de aquella promesa la misma corre el riesgo de quedar en eso, una promesa.

El deterioro fiscal que enfrenta el gobierno amenaza una vez más con aplazar una promesa electoral del Frente Amplio: aplicar una rebaja de dos puntos porcentuales del IVA (del 22% al 20%) que en un principio tendría carácter general, y después se decidió que regiría solo para todas aquellas operaciones que se realicen con medios de pago electrónicos.

Esta semana el vicepresidente de la República, Danilo Astori, dejó entrever que si las finanzas públicas no mejoran en los próximos meses, será difícil instrumentar la medida este año.

“Hay solamente un tema de aplicación. Esa es una decisión política tomada y forma parte de las decisiones a tomar en la práctica; (pero) está muy atada a la situación fiscal del país”, admitió el vicepresidente .

Luego de un largo debate en la interna del gobierno, el Parlamento aprobó una iniciativa de cambios tributarios a mediados del año pasado.

El artículo 9 de la ley 18.910 facultó al Ejecutivo a “reducir en hasta dos puntos porcentuales la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA), aplicable a las enajenaciones de bienes y prestaciones de servicios, efectuadas a consumidores finales, siempre que la contraprestación se efectúe mediante la utilización de tarjetas de crédito, tarjetas de débito”.

Era la norma que habilitaba el cumplimiento de una promesa que viene desde la Reforma Tributaria aplicada en 2007. Según explicó Astori, el gobierno debe “graduar la aplicación” de la rebaja del IVA, ya que se trata de una decisión “muy importante”.

“Hemos señalado que la carga al valor agregado es muy alta y al mismo tiempo muy injusta. No podemos independizar la aplicación. La ley aprobó la facultad para hacer esto en función de la situación fiscal”, recordó Astori.

Esta no es la primera medida que las autoridades postergan por el déficit fiscal. A principios de año, el jefe de la Asesoría Macroeconómica, Andrés Masoller, declaró a El País que “por ahora” no está previsto incrementar de siete a ocho Bases de Prestaciones y Contribuciones (BPC) mensuales el mínimo del IRPF, y de ocho a nueve BPC el del Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS), con retroactividad al 1° de enero de 2012.

“La situación fiscal es bastante delicada y se está evaluando la posibilidad de postergar ese aumento”, dijo.

En 2012, las cuentas públicas cerraron con un rojo de 2,8% del PIB muy por encima del 1,7% de la meta oficial. En tanto, en enero el déficit mostró una leve desaceleración (-2,7%) pero fue casi el doble de la proyección de -1,4% estimada por Economía para 2013.

¿Todo esto no quiere decir que el compañero Danilo y su equipo se hayan vuelto unos neoliberales, mote que se le puso en los 90 a la corriente de pensamiento económico que inspirada en el Consenso de Washington establecía como premisas básicas para el manejo económico el orden de las cuentas públicas?

No. Rotutandemente no. Astori no cambió y siempre tuvo un discurso serio, coherente y de hecho es el artífice principal de los logros económicos y sociales que tuvo el país desde que gobierna la izquierda en 2005. Lo que sucedió es que lo que antes estaba mal y se le ponía adjetivos ahora se ve con otro lente. Antes pagar la deuda y cuidar las finanzas públicas era de neoliberal, por ejemplo.

Lo que el astorismo busca con evitar que se se incremente el deterioro fiscal y así aventar males mayores que terminan pagando los que menos tienen. La caja del Estado es como las cuentas de una casa: si se gasta más de lo que se tiene –y la izquierda lo hizo en medio de una bonanza histórica- hay que cortar egresos (gasto en obras, educación, salud, seguridad, etc) o aumentar los ingresos (con más deuda o impuestos). La aritmética no tiene ideología.